No solo es para mí un honor, sino motivo de satisfacción, presidir esta quincuagésima octava Ceremonia de Grados de la Universidad Icesi y compartir la satisfacción y la alegría que sienten tanto ustedes queridos graduandos, como sus padres, cónyuges, familiares  y amigos que los acompañan. Celebramos hoy la culminación de estudios de 275 nuevos profesionales; quince de ellos reciben título simultáneamente en dos carreras. Por primera vez, esos títulos se otorgan en catorce programas diferentes. Hoy, concedemos además, 141 títulos de Maestría, en seis programas; y 32 títulos de Especialización en diversas áreas. En total, vamos a entregar 463 diplomas. Entre ellos, el primero en Biología y el primero en Maestría en Economía. Esta ceremonia constituye, para aquellos que hoy reciben su primer grado post secundario, lo que un antropólogo llamaría “rito de paso” o, mejor aún, la última etapa de ese “rito de paso”, la vida universitaria, que transforma al adolecente en adulto, que se incorpora  ahora a la sociedad con el nuevo estatus de profesional. Cada vez que nos reunimos para una ceremonia como esta, quisiera referirme a lo más destacado de esas vidas universitarias de cada uno de los miembros del magnífico grupo que graduamos. La brevedad lo hace imposible y solo me referiré brevemente a aquellos que tuvieron el mejor desempeño académico. Juan José Vivas recibe su título en Administración de Empresas Magna cum Laude, o con Altos Honores. Siempre presente en el Cuadro de Honor de la Universidad, cursó un semestre en la Universidad de Mannheim, Alemania. Por ser tan buen estudiante, fue invitado muchas veces a servir como monitor  en áreas económicas y financieras; pero, al apreciar su humanismo y su capacidad crítica en el curso sobre Cien Años de Soledad, el profesor Hoover Delgado decidió también invitarlo a ser su monitor en ese curso. Luis Gabriel Cárdenas se gradúa simultáneamente en Administración de Empresas y en Economía y Negocios Internacionales. En ambos casos cum Laude. Siempre presente, también, en el Cuadro de Honor, realizó un semestre de intercambio en la Universidade Católica Portuguesa, en Lisboa. Fue monitor en Operaciones Bursátiles y obtuvo, entre más de 1.400 participantes, el tercer puesto a nivel nacional en el Concurso de la Bolsa Millonaria organizado por la  Bolsa De Valores de Colombia. María Juliana Vargas también se gradúa simultáneamente en Administración de Empresas y en Economía y Negocios Internacionales. Y también en ambos casos  se gradúa cum Laude. Figuró en el Cuadro de Honor de la Universidad desde el primer semestre. Yazmín Eliana Plaza obtiene, simultáneamente, grados en Economía y Negocios Internacionales y en Mercadeo Internacional y Publicidad, este último cum Laude. Hizo parte de equipos ganadores en diversos concursos de campañas publicitarias, entre ellas la de Donación de Sangre para el Banco de Sangre de la Fundación Valle del Lili. Natalia Sánchez, también obtiene simultáneamente grados en Economía y Negocios Internacionales y en Mercadeo Internacional y Publicidad, este último cum Laude. Desempeñó monitorias administrativas y académicas en la universidad desde el 2008 hasta el 2012, e hizo parte activa de diversas actividades deportivas y culturales de bienestar universitario. Otros trece estudiantes de diez programas diferentes reciben su grado cum Laude. Todos tienen mucho mérito. Entre ellos, destaco a Marcela Delgado, quien ya en 2005 había obtenido, con honores, su primer grado en Economía y Negocios Internacionales y hoy recibe, también cum Lude, el primer título en Biología que otorga la Universidad. Realizó su práctica en el zoológico de Cali, con excelente desempeño. A pesar de que en su currículo no recibió curso especializado en etología, la ciencia que tiene por objeto el estudio del comportamiento animal, la formación recibida y su iniciativa le permitieron realizar un estudio sobresaliente sobre el comportamiento de primates en el zoológico, que dará origen a una publicación de la que será coautora. Y a Daniel Iván Isaacs, quien se gradúa cum Laude en Economía y Negocios Internacionales; él, después de ganar el primer lugar en el Festival Interno de la Canción “Unicesi Canta”, en el año 2011, en la Modalidad de intérprete Solista Masculino, obtuvo el segundo lugar en el trigésimo segundo Festival Nacional Universitario de la Canción, el año pasado, en la misma modalidad. Podría seguir contando historias muy valiosas, como la de Mario Andrés López que hizo su práctica empresarial en Bulgaria, o la de Martín Durán que trabajó en la ampliación del Canal de Panamá. O la de Andrés Barrera que vivió en Bangalore, en la India, una pasantía con Infosys, el gigante del software. O la de Alejandro Rodríguez, que esta semana recibió el primer premio en la categoría de innovación tecnológica del concurso de Bavaria, “Destapa Futuro”, por su naciente empresa “Stevia de Colombia”.   ¡Felicitaciones para todos, graduandos y familiares! Celebramos, en esta ceremonia, otro evento especial. La Universidad concede al Doctor José Roberto Concha, Jefe del Departamento de Mercadeo y Negocios Internacionales, la distinción “Excelencia Académica” creada por el Consejo Superior hace unos años para reconocer los aportes especiales que hacen a la Universidad y a la sociedad los profesores más distinguidos en su trabajo de docencia, investigación y extensión. El profesor Concha combina una muy rica experiencia de gerencia empresarial que desempeñó por años, con una actividad académica cuyo valor se refleja en las evaluaciones que sus estudiantes hacen de sus cursos; en la aceptación para publicación de los productos de su investigación; en el reconocimiento de sus colegas de facultad, en particular por la incorporación de simuladores en los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación en los campos del mercadeo, las finanzas y la gestión; y en las realizaciones de Icecomex , el consultorio que él creó hace una década, con apoyo de estudiantes, con el objeto de orientar a pequeñas y medianas empresas en sus procesos de exportación. Ese consultorio ha recibido premios de parte de la Asociación de Directores de Comercio Exterior, en 2010, y de parte de la Asociación Nacional de Exportadores, en 2012. Este último le fue entregado por el Presidente de la República, en Medellín, el pasado Septiembre. Felicitaciones para el Doctor Concha y para su esposa Marta, que hoy nos acompaña. Pero no todas son noticias buenas para nuestra comunidad. Poco después de la anterior ceremonia de grados, a finales de agosto del año pasado, una enfermedad breve y muy agresiva terminó la valiosa vida del Profesor Hugo García Paredes, del Departamento de Diseño. Él acompañó desde su nacimiento, con sabiduría y entusiasmo, a nuestro programa de Diseño Industrial. Sus colegas profesores y todos los estudiantes y egresados de ese programa guardan de él un entrañable recuerdo. Terminando el año pasado, cuando ya disfrutaba de sus vacaciones, murió en un absurdo accidente de tránsito la estudiante de segundo semestre de Química Farmacéutica Isabela Palacio Herrera. Sus profesores y sus compañeros echan mucho de menos su calidez, su empatía y su bella voz. Un mes antes, en noviembre 2012, como resultado de una dura enfermedad, perdimos a la estudiante Diana Lorena Rodríguez Rincón. Ella avanzaba exitosamente hacia grados simultáneos en Administración de Empresas y Mercadeo Internacional y Publicidad. Ella fue hija y nieta ejemplar; se destacó por su responsabilidad, constancia y dedicación; por su carácter y por su lealtad. Una de sus compañeras dice: “fue una gran deportista y amante de aprovechar cada minuto del día, nunca paraba; con su energía y carisma contagiaba a todos los que la rodeábamos; recuerdo las épocas en que sus días empezaban a las 5:00 AM, iba a gimnasio, luego a Icesi, luego a la Academia de Dibujo Profesional, una apasionada por aprender y sobre todo por hacerlo bien”. La Universidad lamenta mucho la muerte de Diana. Hoy le entregaremos grado póstumo.  Tengo la costumbre, en oportunidades como esta, de referirme a los resultados que la universidad y sus estudiantes y egresados obtienen en las diversas formas que el Estado y la comunidad académica emplean para evaluar la calidad de las instituciones de educación superior. Lo hago como mecanismo de rendición de cuentas y para celebrar con ustedes, graduandos y familiares, sus logros y los de su Alma Mater. El Estado utiliza, principalmente, tres componentes en su sistema de aseguramiento de calidad: las pruebas Saber Pro, ahora obligatorias para todo aspirante a grado de educación superior, el Observatorio Laboral y la Acreditación Voluntaria de Alta Calidad. Las pruebas Saber Pro han sido sometidas a muchos ajustes y la información que hace pública el ICFES, la entidad responsable de su aplicación, es ahora más limitada. Pero, aunque no se publica nada sobre competencias específicas de las diversas carreras, sí se conocen amplia y detalladamente los resultados de la medición de Competencias Genéricas de todos los egresados del sistema de educación superior en el país. Esas competencias evaluadas son: lectura crítica, escritura, razonamiento cuantitativo, competencias ciudadanas e inglés. A fines del año recibimos los resultados de las pruebas aplicadas en el primer semestre de 2012. En esa oportunidad y en 2011 presentaron sus exámenes los graduandos de hoy. Y en todos los casos los resultados son excelentes. No solo están siempre entre los mejores del país, sino que, consistentemente, en todos los siete grupos que reúnen a nuestros diversos programas, son los mejores de Cali y de todo el Sur Occidente colombiano. El Observatorio Laboral para la Educación es “un sistema del Ministerio de Educación Nacional… para generar información sobre la oferta laboral y la identificación de necesidades de recursos humanos para el país”. Su función es hacer seguimiento a los egresados de los diversos programas e instituciones de educación superior para informar a la sociedad sobre sus condiciones de empleo y remuneración. El diario “El Tiempo”, de Bogotá, publicó, a principios de Enero pasado, una nota titulada “Egresados de universidades de élite ganan más”, basada en el último informe del Observatorio. Allí presenta las instituciones cuyos recién egresados reciben las mejores remuneraciones en sus empleos. Aunque nos preocupa el uso de la palabra élite, por la connotación que comúnmente da la gente a esa palabra y a eso me referiré más adelante, nos satisface ver que la Universidad Icesi es la única de Cali y del Sur Occidente que aparece en la breve lista que publica el periódico. Los empleadores, sean empresas privadas, gobierno u organizaciones sin ánimo de lucro, tienden a preferir y remunerar mejor a nuestros egresados. Lo dice el Observatorio y lo confirman conversaciones espontáneas. A nosotros nos llena de orgullo oír a empresarios, banqueros, magistrados, dirigentes políticos, etc. resaltando las competencias y los valores de nuestros egresados. El tercer mecanismo del sistema estatal de aseguramiento de calidad es la Acreditación voluntaria de Alta Calidad. Icesi también ha participado activa y exitosamente en ese sistema. Estos procesos tienen dos propósitos y beneficios: uno externo, de señalar a los interesados y a la sociedad en general que determinado programa o institución satisface determinadas condiciones de alta calidad esperadas; el otro, interno, exige a la institución de educación superior autoevaluarse como tal o evaluar alguno de sus programas, buscando el mejoramiento permanente de sus condiciones de funcionamiento y verificando su impacto en la sociedad. La Universidad tiene reacreditados una o más veces sus programas más tradicionales. Y los programas de Derecho y Contaduría Pública y Finanzas Internacionales, que nacieron con este siglo, ya recibieron su acreditación de alta calidad. En los próximos años buscaremos la acreditación de los programas de más reciente apertura, a medida que vayan cumpliendo las condiciones de antigüedad exigidas. Pero la acreditación nacional no debe ser suficiente; y siempre queremos compararnos con estándares internacionales. Por eso se buscó y se obtuvo la acreditación internacional de la Maestría en Administración por parte de AMBA, entidad británica especializada en acreditación de programas de MBA en todo el mundo. Y por eso, desde hace cinco años, la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas viene en el proceso de acreditación internacional por parte de la AACSB International (sigla en inglés de la Asociación para el avance de las escuelas de negocios). La AACSB International es la entidad que acredita a las grandes escuelas de negocios del mundo, incluyendo las de Harvard y Stanford, en los Estados Unidos, la London Business School, en Inglaterra, o el INSEAD, en París. El proceso ha sido exigente y riguroso,  ha producido cambios de consideración en esa facultad, e impactos positivos en toda la Universidad. Como parte del protocolo de este proceso, pasado mañana estará con nosotros el Dr. Robert Scherer, Decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de Dallas, en los Estados Unidos, coordinador del grupo de Decanos pares que nos visitará a fines de octubre, en el último paso del proceso de acreditación, antes de la aprobación final por la AACSB. Seríamos la segunda Facultad de su campo acreditada por ellos en Colombia y la decimoquinta en toda América Latina.   Una de las exigencias de las acreditaciones de alta calidad y de los estándares internacionales es la del nivel de preparación académica de los profesores. En los países desarrollados, prácticamente todos los profesores universitarios tienen el título de PhD, el más alto que puede conceder una universidad. En Colombia, hace quince años, según datos del Ministerio de Educación, solo el 2% de los profesores tenían ese nivel de formación. La formación avanzada del profesorado es fundamental para el buen cumplimiento de las misiones de la Universidad: docencia, investigación e impacto en la sociedad. La comunidad universitaria colombiana ha venido avanzando en esa dimensión. Pero muy pocas instituciones lo han hecho al ritmo de la nuestra. Entre la última ceremonia de grados y hoy, defendieron sus tesis doctorales, último paso para la obtención del título, Ximena Dueñas, en Economía, en la Universidad de Columbia, en Nueva York, Juan Salamanca, en Diseño, en el Instituto Tecnológico de Illinois, en Chicago, Mario Cajas y Abdón Mauricio Rojas, en Derecho, en la Universidad de los Andes, y Jorge Hernán Ramírez, en Ciencias Médicas, aquí en la Universidad del Valle. Hoy tenemos más de 180 profesores de planta; de ellos, 69 tienen ya su título doctoral; otros 26 son candidatos a doctores; y 19 más adelantan sus estudios en esa dirección.  Más del 60% de nuestros profesores de planta son doctores o lo serán en el futuro cercano. Los números siguen cambiando. Durante la próxima semana defenderán sus tesis doctorales las antropólogas Inge Valencia y Alhena Caicedo, en la Universidad de París, y la Ingeniera de Sistemas Norha Milena Villegas, en la Universidad de Victoria, en Canadá. Para terminar, quiero dejarles unas breves reflexiones sobre uno de los problemas sociales que más afectan a Colombia y al mundo en general en nuestra época. El de la desigualdad, en sus diversas dimensiones; en particular, la desigualdad económica y la de oportunidades. Hasta finales de los años 70, la teoría económica más aceptada decía que, en democracias industriales avanzadas, los ingresos inevitablemente tenderían a la igualdad o permanecerían con una distribución estable. La realidad posterior ha destruido completamente esa teoría. Durante las últimas tres décadas, a la par con los avances de las tecnologías de la información y las comunicaciones y con la globalización, la desigualdad se ha profundizado en el mundo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es una entidad creada por las democracias más avanzadas del mundo hace ya cincuenta años. Su misión es la de promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de los pueblos alrededor del mundo. Ha sido una especie de “club de países ricos” que en los últimos años se ha abierto, aparentemente, a países que compartan valores del capitalismo democrático y que tengan instituciones con cierto grado de avance. Recientemente ha acogido a México y a Chile. El Gobierno del Presidente Santos está empeñado en que Colombia haga parte de la OCDE. Un estudio reciente de esa organización titulado “Estamos divididos: por qué la desigualdad sigue aumentando” reporta sus conclusiones sobre las causas, consecuencias e implicaciones de política relacionadas con la intensificación de los extremos de riqueza y de pobreza en sus 22 países miembros. Revela ese informe que la desigualdad en los países de la OECD está en el nivel más alto del último medio siglo. En 2007, 1% más rico de la población de los EEUU, una sociedad que se ha preciado tradicionalmente de su igualdad de oportunidades, recibía el 24% del ingreso total. La desigualdad ha aumentado, particularmente, dentro de los países con mayor población del mundo: Estados Unidos, China, India, Rusia. En los dos últimos años fuimos testigos de agitados movimientos de protesta contra la desigualdad tanto en los países ricos como en el resto del planeta. El movimiento “Occupy”, ocupemos, que empezó en Wall Street, el principal centro financiero de los Estados Unidos y del mundo, a la codicia de cuyos líderes se achaca buena parte de la responsabilidad por la grave crisis económica que ha golpeado durante los últimos cuatro años precisamente a los países más ricos del mundo, se extendió por más de ochenta países. La protesta de los “Indignados” en España, se vivió muy de cerca aquí en Colombia. El lema político más usado por esos movimientos fue “Nosotros somos el 99%”, refiriéndose indirectamente a la concentración del ingreso y de la riqueza entre los que reciben y poseen el otro uno por ciento. En los últimos meses comienzan a oírse voces serias que proponen que no solo buscar la reducción de la pobreza extrema, sino también de la riqueza extrema. El Presidente Barak Obama, se posesionó para su segundo periodo, el mes pasado. En su discurso de posesión, después de mostrar unos cambios positivos recientes en la economía americana, hizo una apasionada invitación al pueblo de su país a recuperar la equidad y la igualdad de oportunidades como valores tradicionales de ese país: “Conciudadanos, estamos hechos para este momento, y lo aprovecharemos solo si lo hacemos todos juntos. Porque nosotros, la gente (the people), entendemos que nuestro país no puede ser exitoso cuando a un grupo cada vez más pequeño le va muy bien y una mayoría creciente apenas sobrevive.” En estos días se ha conocido la evaluación económica que sobre Colombia ha hecho la OCDE. El informe reconoce una economía fuerte, con un pronóstico promisorio. Pero se centra en los que considera los tres desafíos principales para las autoridades del país: ajustarse a la bonanza de las materias primas; estimular el crecimiento de la productividad y reducir la desigualdad en los ingresos. Mucho de lo que trae el informe ya es conocido. Aunque reconoce la reducción en la tasa de desempleo, señala que se mantiene muy alta para los estándares de Latino América y de la OCDE. Subraya, además, que la mayoría de los que trabajan lo hacen en empleos informales y de baja productividad. Confirma la necesidad de mejorar los resultados del sistema educativo para mejorar la productividad y la oferta laboral. Pero llama la atención el énfasis que pone el informe en la desigualdad de los ingresos.  Dice que “aunque el crecimiento económico reciente ha ayudado a reducir la pobreza absoluta y, en una proporción menor, la desigualdad de los ingresos, Colombia se mantiene como uno de los países más desiguales del mundo” El informe tiene solo dos capítulos. Como un mensaje muy claro al Estado y a la sociedad colombiana, el primero se titula “Enfrentando la desigualdad”; el segundo se refiere a la necesidad de aumentar  la productividad y el crecimiento económico. No es esta la oportunidad para entrar a comentar el contenido de ese primer capítulo. Baste ahora señalar que esa parece ser la principal tarea que le pone la OCDE al país como aspirante a su membrecía. En su libro “Sin ánimo de lucro: por qué la democracia necesita de las humanidades”, la filósofa de la Universidad de Chicago, Martha Nussbaum, dice: “Ningún sistema educativo funciona bien si sus beneficios sólo llegan a las élites más adineradas. La distribución del acceso a la educación de calidad es un asunto urgente para todas las democracias modernas”. Así pensamos en Icesi. Cuando me quejaba, hace unos minutos, del uso de la palabra élite para señalar a nuestra universidad entre aquellas cuyos egresados tenían las mejores remuneraciones, quise señalar que nuestros egresados sí conforman una élite, pero en el sentido de élite académica, intelectual, profesional, humana. Pero es importante recalcar a ustedes, que hoy dejan las aulas como profesionales competentes, la responsabilidad moral que asumen ante el fenómeno de la desigualdad. Muchos de ustedes, quizá todos, van a ser, como ya somos muchos de los que estamos aquí, parte del uno por ciento. Y todos tenemos el deber de participar en la reducción de ese, el peor entre los indicadores económicos del país. La Universidad está tratando de hacer su mejor aporte en ese sentido. No solo con la investigación en temas relacionados con desigualdad que hacen varios de sus profesores y con la sensibilidad que esperamos dejar sembrada en sus mentes y en sus corazones. Sino con la oferta de oportunidades de estudio de calidad para centenares de jóvenes que, teniendo capacidad intelectual, buenas bases académicas y deseos de progreso, no poseen los recursos normalmente requeridos para acceder a una institución como esta. Las becas Icesos se establecieron a partir de Julio de 2006. El propósito fue, desde el principio, dar respuesta al desafío planteado por Martha Nussbaum. Incluyen descuento mínimo, en la matrícula, del 25%, subsidio semestral equivalente a un salario mínimo mensual, almuerzo completo en la cafetería de la Universidad, préstamo de los textos requeridos y programa de acompañamiento en los primeros semestres, tendiente a asegurar la adaptación al cambio de la vida escolar a la universitaria. Estas becas, que en casi todos los casos se apalancan con el crédito ACCES de Icetex, cubren hoy a más de 500 de nuestros estudiantes; para lograr eso, hemos contado con el apoyo desinteresado de la Fundación Valle del Lili, de Gases de Occidente, de Mayagüez  y de varias otras empresas de la región. Hoy se gradúan 10 de ellos. Los felicitamos y les deseamos muchos éxitos. Los dejo ahora, queridos graduandos con un hermoso fragmento del discurso pronunciado por el cantante catalán Joan Manuel Serrat en ocasión del Doctorado Honoris Causa que le otorgó la Universidad Complutense de Madrid en 2009: “Reivindico valores como la libertad y la justicia como un algo único, pues no hay libertad sin justicia, ni justicia sin libertad. Lo hago frente a la preponderancia aplastante del dinero, valor supremo por el que se miden y se valoran las cosas y las gentes. Reivindico la justicia y la libertad, porque reivindico la vida. Reivindico a la humanidad en su sentido más amplio. Reivindico a los humanos y a la naturaleza, que nos acoge y de la que formamos parte. Reivindico el realismo de soñar en un futuro donde la vida sea mejor y las relaciones más justas, más ricas y positivas, y siempre en paz. Y sobre todo,… como un derecho que todo lo condiciona…, reivindico el conocimiento como el pilar fundamental que nos sustenta y que nos caracteriza positivamente como especie. No solo es para mí un honor, sino motivo de satisfacción, presidir esta quincuagésima octava Ceremonia de Grados de la Universidad Icesi y compartir la satisfacción y la alegría que sienten tanto ustedes queridos graduandos, como sus padres, cónyuges, familiares  y amigos que los acompañan. Celebramos hoy la culminación de estudios de 275 nuevos profesionales; quince de ellos reciben título simultáneamente en dos carreras. Por primera vez, esos títulos se otorgan en catorce programas diferentes. Hoy, concedemos además, 141 títulos de Maestría, en seis programas; y 32 títulos de Especialización en diversas áreas. En total, vamos a entregar 463 diplomas. Entre ellos, el primero en Biología y el primero en Maestría en Economía. Esta ceremonia constituye, para aquellos que hoy reciben su primer grado post secundario, lo que un antropólogo llamaría “rito de paso” o, mejor aún, la última etapa de ese “rito de paso”, la vida universitaria, que transforma al adolecente en adulto, que se incorpora  ahora a la sociedad con el nuevo estatus de profesional. Cada vez que nos reunimos para una ceremonia como esta, quisiera referirme a lo más destacado de esas vidas universitarias de cada uno de los miembros del magnífico grupo que graduamos. La brevedad lo hace imposible y solo me referiré brevemente a aquellos que tuvieron el mejor desempeño académico. Juan José Vivas recibe su título en Administración de Empresas Magna cum Laude, o con Altos Honores. Siempre presente en el Cuadro de Honor de la Universidad, cursó un semestre en la Universidad de Mannheim, Alemania. Por ser tan buen estudiante, fue invitado muchas veces a servir como monitor  en áreas económicas y financieras; pero, al apreciar su humanismo y su capacidad crítica en el curso sobre Cien Años de Soledad, el profesor Hoover Delgado decidió también invitarlo a ser su monitor en ese curso. Luis Gabriel Cárdenas se gradúa simultáneamente en Administración de Empresas y en Economía y Negocios Internacionales. En ambos casos cum Laude. Siempre presente, también, en el Cuadro de Honor, realizó un semestre de intercambio en la Universidade Católica Portuguesa, en Lisboa. Fue monitor en Operaciones Bursátiles y obtuvo, entre más de 1.400 participantes, el tercer puesto a nivel nacional en el Concurso de la Bolsa Millonaria organizado por la  Bolsa De Valores de Colombia. María Juliana Vargas también se gradúa simultáneamente en Administración de Empresas y en Economía y Negocios Internacionales. Y también en ambos casos  se gradúa cum Laude. Figuró en el Cuadro de Honor de la Universidad desde el primer semestre. Yazmín Eliana Plaza obtiene, simultáneamente, grados en Economía y Negocios Internacionales y en Mercadeo Internacional y Publicidad, este último cum Laude. Hizo parte de equipos ganadores en diversos concursos de campañas publicitarias, entre ellas la de Donación de Sangre para el Banco de Sangre de la Fundación Valle del Lili. Natalia Sánchez, también obtiene simultáneamente grados en Economía y Negocios Internacionales y en Mercadeo Internacional y Publicidad, este último cum Laude. Desempeñó monitorias administrativas y académicas en la universidad desde el 2008 hasta el 2012, e hizo parte activa de diversas actividades deportivas y culturales de bienestar universitario. Otros trece estudiantes de diez programas diferentes reciben su grado cum Laude. Todos tienen mucho mérito. Entre ellos, destaco a Marcela Delgado, quien ya en 2005 había obtenido, con honores, su primer grado en Economía y Negocios Internacionales y hoy recibe, también cum Lude, el primer título en Biología que otorga la Universidad. Realizó su práctica en el zoológico de Cali, con excelente desempeño. A pesar de que en su currículo no recibió curso especializado en etología, la ciencia que tiene por objeto el estudio del comportamiento animal, la formación recibida y su iniciativa le permitieron realizar un estudio sobresaliente sobre el comportamiento de primates en el zoológico, que dará origen a una publicación de la que será coautora. Y a Daniel Iván Isaacs, quien se gradúa cum Laude en Economía y Negocios Internacionales; él, después de ganar el primer lugar en el Festival Interno de la Canción “Unicesi Canta”, en el año 2011, en la Modalidad de intérprete Solista Masculino, obtuvo el segundo lugar en el trigésimo segundo Festival Nacional Universitario de la Canción, el año pasado, en la misma modalidad. Podría seguir contando historias muy valiosas, como la de Mario Andrés López que hizo su práctica empresarial en Bulgaria, o la de Martín Durán que trabajó en la ampliación del Canal de Panamá. O la de Andrés Barrera que vivió en Bangalore, en la India, una pasantía con Infosys, el gigante del software. O la de Alejandro Rodríguez, que esta semana recibió el primer premio en la categoría de innovación tecnológica del concurso de Bavaria, “Destapa Futuro”, por su naciente empresa “Stevia de Colombia”. ¡Felicitaciones para todos, graduandos y familiares! Celebramos, en esta ceremonia, otro evento especial. La Universidad concede al Doctor José Roberto Concha, Jefe del Departamento de Mercadeo y Negocios Internacionales, la distinción “Excelencia Académica” creada por el Consejo Superior hace unos años para reconocer los aportes especiales que hacen a la Universidad y a la sociedad los profesores más distinguidos en su trabajo de docencia, investigación y extensión. El profesor Concha combina una muy rica experiencia de gerencia empresarial que desempeñó por años, con una actividad académica cuyo valor se refleja en las evaluaciones que sus estudiantes hacen de sus cursos; en la aceptación para publicación de los productos de su investigación; en el reconocimiento de sus colegas de facultad, en particular por la incorporación de simuladores en los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación en los campos del mercadeo, las finanzas y la gestión; y en las realizaciones de Icecomex , el consultorio que él creó hace una década, con apoyo de estudiantes, con el objeto de orientar a pequeñas y medianas empresas en sus procesos de exportación. Ese consultorio ha recibido premios de parte de la Asociación de Directores de Comercio Exterior, en 2010, y de parte de la Asociación Nacional de Exportadores, en 2012. Este último le fue entregado por el Presidente de la República, en Medellín, el pasado Septiembre. Felicitaciones para el Doctor Concha y para su esposa Marta, que hoy nos acompaña. Pero no todas son noticias buenas para nuestra comunidad. Poco después de la anterior ceremonia de grados, a finales de agosto del año pasado, una enfermedad breve y muy agresiva terminó la valiosa vida del Profesor Hugo García Paredes, del Departamento de Diseño. Él acompañó desde su nacimiento, con sabiduría y entusiasmo, a nuestro programa de Diseño Industrial. Sus colegas profesores y todos los estudiantes y egresados de ese programa guardan de él un entrañable recuerdo. Terminando el año pasado, cuando ya disfrutaba de sus vacaciones, murió en un absurdo accidente de tránsito la estudiante de segundo semestre de Química Farmacéutica Isabela Palacio Herrera. Sus profesores y sus compañeros echan mucho de menos su calidez, su empatía y su bella voz. Un mes antes, en noviembre 2012, como resultado de una dura enfermedad, perdimos a la estudiante Diana Lorena Rodríguez Rincón. Ella avanzaba exitosamente hacia grados simultáneos en Administración de Empresas y Mercadeo Internacional y Publicidad. Ella fue hija y nieta ejemplar; se destacó por su responsabilidad, constancia y dedicación; por su carácter y por su lealtad. Una de sus compañeras dice: “fue una gran deportista y amante de aprovechar cada minuto del día, nunca paraba; con su energía y carisma contagiaba a todos los que la rodeábamos; recuerdo las épocas en que sus días empezaban a las 5:00 AM, iba a gimnasio, luego a Icesi, luego a la Academia de Dibujo Profesional, una apasionada por aprender y sobre todo por hacerlo bien”. La Universidad lamenta mucho la muerte de Diana. Hoy le entregaremos grado póstumo.  Tengo la costumbre, en oportunidades como esta, de referirme a los resultados que la universidad y sus estudiantes y egresados obtienen en las diversas formas que el Estado y la comunidad académica emplean para evaluar la calidad de las instituciones de educación superior. Lo hago como mecanismo de rendición de cuentas y para celebrar con ustedes, graduandos y familiares, sus logros y los de su Alma Mater. El Estado utiliza, principalmente, tres componentes en su sistema de aseguramiento de calidad: las pruebas Saber Pro, ahora obligatorias para todo aspirante a grado de educación superior, el Observatorio Laboral y la Acreditación Voluntaria de Alta Calidad. Las pruebas Saber Pro han sido sometidas a muchos ajustes y la información que hace pública el ICFES, la entidad responsable de su aplicación, es ahora más limitada. Pero, aunque no se publica nada sobre competencias específicas de las diversas carreras, sí se conocen amplia y detalladamente los resultados de la medición de Competencias Genéricas de todos los egresados del sistema de educación superior en el país. Esas competencias evaluadas son: lectura crítica, escritura, razonamiento cuantitativo, competencias ciudadanas e inglés. A fines del año recibimos los resultados de las pruebas aplicadas en el primer semestre de 2012. En esa oportunidad y en 2011 presentaron sus exámenes los graduandos de hoy. Y en todos los casos los resultados son excelentes. No solo están siempre entre los mejores del país, sino que, consistentemente, en todos los siete grupos que reúnen a nuestros diversos programas, son los mejores de Cali y de todo el Sur Occidente colombiano. El Observatorio Laboral para la Educación es “un sistema del Ministerio de Educación Nacional… para generar información sobre la oferta laboral y la identificación de necesidades de recursos humanos para el país”. Su función es hacer seguimiento a los egresados de los diversos programas e instituciones de educación superior para informar a la sociedad sobre sus condiciones de empleo y remuneración. El diario “El Tiempo”, de Bogotá, publicó, a principios de Enero pasado, una nota titulada “Egresados de universidades de élite ganan más”, basada en el último informe del Observatorio. Allí presenta las instituciones cuyos recién egresados reciben las mejores remuneraciones en sus empleos. Aunque nos preocupa el uso de la palabra élite, por la connotación que comúnmente da la gente a esa palabra y a eso me referiré más adelante, nos satisface ver que la Universidad Icesi es la única de Cali y del Sur Occidente que aparece en la breve lista que publica el periódico. Los empleadores, sean empresas privadas, gobierno u organizaciones sin ánimo de lucro, tienden a preferir y remunerar mejor a nuestros egresados. Lo dice el Observatorio y lo confirman conversaciones espontáneas. A nosotros nos llena de orgullo oír a empresarios, banqueros, magistrados, dirigentes políticos, etc. resaltando las competencias y los valores de nuestros egresados. El tercer mecanismo del sistema estatal de aseguramiento de calidad es la Acreditación voluntaria de Alta Calidad. Icesi también ha participado activa y exitosamente en ese sistema. Estos procesos tienen dos propósitos y beneficios: uno externo, de señalar a los interesados y a la sociedad en general que determinado programa o institución satisface determinadas condiciones de alta calidad esperadas; el otro, interno, exige a la institución de educación superior autoevaluarse como tal o evaluar alguno de sus programas, buscando el mejoramiento permanente de sus condiciones de funcionamiento y verificando su impacto en la sociedad. La Universidad tiene reacreditados una o más veces sus programas más tradicionales. Y los programas de Derecho y Contaduría Pública y Finanzas Internacionales, que nacieron con este siglo, ya recibieron su acreditación de alta calidad. En los próximos años buscaremos la acreditación de los programas de más reciente apertura, a medida que vayan cumpliendo las condiciones de antigüedad exigidas. Pero la acreditación nacional no debe ser suficiente; y siempre queremos compararnos con estándares internacionales. Por eso se buscó y se obtuvo la acreditación internacional de la Maestría en Administración por parte de AMBA, entidad británica especializada en acreditación de programas de MBA en todo el mundo. Y por eso, desde hace cinco años, la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas viene en el proceso de acreditación internacional por parte de la AACSB International (sigla en inglés de la Asociación para el avance de las escuelas de negocios). La AACSB International es la entidad que acredita a las grandes escuelas de negocios del mundo, incluyendo las de Harvard y Stanford, en los Estados Unidos, la London Business School, en Inglaterra, o el INSEAD, en París. El proceso ha sido exigente y riguroso,  ha producido cambios de consideración en esa facultad, e impactos positivos en toda la Universidad. Como parte del protocolo de este proceso, pasado mañana estará con nosotros el Dr. Robert Scherer, Decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de Dallas, en los Estados Unidos, coordinador del grupo de Decanos pares que nos visitará a fines de octubre, en el último paso del proceso de acreditación, antes de la aprobación final por la AACSB. Seríamos la segunda Facultad de su campo acreditada por ellos en Colombia y la decimoquinta en toda América Latina. Una de las exigencias de las acreditaciones de alta calidad y de los estándares internacionales es la del nivel de preparación académica de los profesores. En los países desarrollados, prácticamente todos los profesores universitarios tienen el título de PhD, el más alto que puede conceder una universidad. En Colombia, hace quince años, según datos del Ministerio de Educación, solo el 2% de los profesores tenían ese nivel de formación. La formación avanzada del profesorado es fundamental para el buen cumplimiento de las misiones de la Universidad: docencia, investigación e impacto en la sociedad. La comunidad universitaria colombiana ha venido avanzando en esa dimensión. Pero muy pocas instituciones lo han hecho al ritmo de la nuestra. Entre la última ceremonia de grados y hoy, defendieron sus tesis doctorales, último paso para la obtención del título, Ximena Dueñas, en Economía, en la Universidad de Columbia, en Nueva York, Juan Salamanca, en Diseño, en el Instituto Tecnológico de Illinois, en Chicago, Mario Cajas y Abdón Mauricio Rojas, en Derecho, en la Universidad de los Andes, y Jorge Hernán Ramírez, en Ciencias Médicas, aquí en la Universidad del Valle. Hoy tenemos más de 180 profesores de planta; de ellos, 69 tienen ya su título doctoral; otros 26 son candidatos a doctores; y 19 más adelantan sus estudios en esa dirección.  Más del 60% de nuestros profesores de planta son doctores o lo serán en el futuro cercano. Los números siguen cambiando. Durante la próxima semana defenderán sus tesis doctorales las antropólogas Inge Valencia y Alhena Caicedo, en la Universidad de París, y la Ingeniera de Sistemas Norha Milena Villegas, en la Universidad de Victoria, en Canadá. Para terminar, quiero dejarles unas breves reflexiones sobre uno de los problemas sociales que más afectan a Colombia y al mundo en general en nuestra época. El de la desigualdad, en sus diversas dimensiones; en particular, la desigualdad económica y la de oportunidades. Hasta finales de los años 70, la teoría económica más aceptada decía que, en democracias industriales avanzadas, los ingresos inevitablemente tenderían a la igualdad o permanecerían con una distribución estable. La realidad posterior ha destruido completamente esa teoría. Durante las últimas tres décadas, a la par con los avances de las tecnologías de la información y las comunicaciones y con la globalización, la desigualdad se ha profundizado en el mundo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es una entidad creada por las democracias más avanzadas del mundo hace ya cincuenta años. Su misión es la de promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de los pueblos alrededor del mundo. Ha sido una especie de “club de países ricos” que en los últimos años se ha abierto, aparentemente, a países que compartan valores del capitalismo democrático y que tengan instituciones con cierto grado de avance. Recientemente ha acogido a México y a Chile. El Gobierno del Presidente Santos está empeñado en que Colombia haga parte de la OCDE. Un estudio reciente de esa organización titulado “Estamos divididos: por qué la desigualdad sigue aumentando” reporta sus conclusiones sobre las causas, consecuencias e implicaciones de política relacionadas con la intensificación de los extremos de riqueza y de pobreza en sus 22 países miembros. Revela ese informe que la desigualdad en los países de la OECD está en el nivel más alto del último medio siglo. En 2007, 1% más rico de la población de los EEUU, una sociedad que se ha preciado tradicionalmente de su igualdad de oportunidades, recibía el 24% del ingreso total. La desigualdad ha aumentado, particularmente, dentro de los países con mayor población del mundo: Estados Unidos, China, India, Rusia. En los dos últimos años fuimos testigos de agitados movimientos de protesta contra la desigualdad tanto en los países ricos como en el resto del planeta. El movimiento “Occupy”, ocupemos, que empezó en Wall Street, el principal centro financiero de los Estados Unidos y del mundo, a la codicia de cuyos líderes se achaca buena parte de la responsabilidad por la grave crisis económica que ha golpeado durante los últimos cuatro años precisamente a los países más ricos del mundo, se extendió por más de ochenta países. La protesta de los “Indignados” en España, se vivió muy de cerca aquí en Colombia. El lema político más usado por esos movimientos fue “Nosotros somos el 99%”, refiriéndose indirectamente a la concentración del ingreso y de la riqueza entre los que reciben y poseen el otro uno por ciento. En los últimos meses comienzan a oírse voces serias que proponen que no solo buscar la reducción de la pobreza extrema, sino también de la riqueza extrema. El Presidente Barak Obama, se posesionó para su segundo periodo, el mes pasado. En su discurso de posesión, después de mostrar unos cambios positivos recientes en la economía americana, hizo una apasionada invitación al pueblo de su país a recuperar la equidad y la igualdad de oportunidades como valores tradicionales de ese país: “Conciudadanos, estamos hechos para este momento, y lo aprovecharemos solo si lo hacemos todos juntos. Porque nosotros, la gente (the people), entendemos que nuestro país no puede ser exitoso cuando a un grupo cada vez más pequeño le va muy bien y una mayoría creciente apenas sobrevive.” En estos días se ha conocido la evaluación económica que sobre Colombia ha hecho la OCDE. El informe reconoce una economía fuerte, con un pronóstico promisorio. Pero se centra en los que considera los tres desafíos principales para las autoridades del país: ajustarse a la bonanza de las materias primas; estimular el crecimiento de la productividad y reducir la desigualdad en los ingresos. Mucho de lo que trae el informe ya es conocido. Aunque reconoce la reducción en la tasa de desempleo, señala que se mantiene muy alta para los estándares de Latino América y de la OCDE. Subraya, además, que la mayoría de los que trabajan lo hacen en empleos informales y de baja productividad. Confirma la necesidad de mejorar los resultados del sistema educativo para mejorar la productividad y la oferta laboral. Pero llama la atención el énfasis que pone el informe en la desigualdad de los ingresos.  Dice que “aunque el crecimiento económico reciente ha ayudado a reducir la pobreza absoluta y, en una proporción menor, la desigualdad de los ingresos, Colombia se mantiene como uno de los países más desiguales del mundo” El informe tiene solo dos capítulos. Como un mensaje muy claro al Estado y a la sociedad colombiana, el primero se titula “Enfrentando la desigualdad”; el segundo se refiere a la necesidad de aumentar  la productividad y el crecimiento económico. No es esta la oportunidad para entrar a comentar el contenido de ese primer capítulo. Baste ahora señalar que esa parece ser la principal tarea que le pone la OCDE al país como aspirante a su membrecía. En su libro “Sin ánimo de lucro: por qué la democracia necesita de las humanidades”, la filósofa de la Universidad de Chicago, Martha Nussbaum, dice: “Ningún sistema educativo funciona bien si sus beneficios sólo llegan a las élites más adineradas. La distribución del acceso a la educación de calidad es un asunto urgente para todas las democracias modernas”. Así pensamos en Icesi. Cuando me quejaba, hace unos minutos, del uso de la palabra élite para señalar a nuestra universidad entre aquellas cuyos egresados tenían las mejores remuneraciones, quise señalar que nuestros egresados sí conforman una élite, pero en el sentido de élite académica, intelectual, profesional, humana. Pero es importante recalcar a ustedes, que hoy dejan las aulas como profesionales competentes, la responsabilidad moral que asumen ante el fenómeno de la desigualdad. Muchos de ustedes, quizá todos, van a ser, como ya somos muchos de los que estamos aquí, parte del uno por ciento. Y todos tenemos el deber de participar en la reducción de ese, el peor entre los indicadores económicos del país. La Universidad está tratando de hacer su mejor aporte en ese sentido. No solo con la investigación en temas relacionados con desigualdad que hacen varios de sus profesores y con la sensibilidad que esperamos dejar sembrada en sus mentes y en sus corazones. Sino con la oferta de oportunidades de estudio de calidad para centenares de jóvenes que, teniendo capacidad intelectual, buenas bases académicas y deseos de progreso, no poseen los recursos normalmente requeridos para acceder a una institución como esta. Las becas Icesos se establecieron a partir de Julio de 2006. El propósito fue, desde el principio, dar respuesta al desafío planteado por Martha Nussbaum. Incluyen descuento mínimo, en la matrícula, del 25%, subsidio semestral equivalente a un salario mínimo mensual, almuerzo completo en la cafetería de la Universidad, préstamo de los textos requeridos y programa de acompañamiento en los primeros semestres, tendiente a asegurar la adaptación al cambio de la vida escolar a la universitaria. Estas becas, que en casi todos los casos se apalancan con el crédito ACCES de Icetex, cubren hoy a más de 500 de nuestros estudiantes; para lograr eso, hemos contado con el apoyo desinteresado de la Fundación Valle del Lili, de Gases de Occidente, de Mayagüez  y de varias otras empresas de la región. Hoy se gradúan 10 de ellos. Los felicitamos y les deseamos muchos éxitos. Los dejo ahora, queridos graduandos con un hermoso fragmento del discurso pronunciado por el cantante catalán Joan Manuel Serrat en ocasión del Doctorado Honoris Causa que le otorgó la Universidad Complutense de Madrid en 2009: “Reivindico valores como la libertad y la justicia como un algo único, pues no hay libertad sin justicia, ni justicia sin libertad. Lo hago frente a la preponderancia aplastante del dinero, valor supremo por el que se miden y se valoran las cosas y las gentes. Reivindico la justicia y la libertad, porque reivindico la vida. Reivindico a la humanidad en su sentido más amplio. Reivindico a los humanos y a la naturaleza, que nos acoge y de la que formamos parte. Reivindico el realismo de soñar en un futuro donde la vida sea mejor y las relaciones más justas, más ricas y positivas, y siempre en paz. Y sobre todo,… como un derecho que todo lo condiciona…, reivindico el conocimiento como el pilar fundamental que nos sustenta y que nos caracteriza positivamente como especie.”