El campo es la vida del pueblo
Ángela María Riascos Morales es una joven bonaverense de 21 años, nieta de Doña Eladia Caicedo, estudiante de séptimo semestre de Agronomía en la Universidad del Pacífico y lideresa del Semillero de la Asociación de Mujeres Campesinas Negras e Indígenas de Buenaventura (AMUCIB).
Desde pequeña, Ángela participó de manera activa en procesos de incidencia social y política en AMUCIB, aprendiendo y replicando conocimientos que giran en torno a los saberes ancestrales de su comunidad ubicada en El Bajo Calima. Entre sus mejores recuerdos de infancia, destaca las jornadas de círculos de aprendizaje con las mayoras de la comunidad en donde conversaban sobre los beneficios y usos de las hierbas que crecen en su territorio.
El Semillero de la organización AMUCIB, que Ángela lidera desde hace tres años, es un espacio en el que se ha propuesto desafiar los estereotipos que envuelven a las mujeres que deciden luchar por su territorio, siempre teniendo como referente a las mayoras de su comunidad: lideresas destacadas. Entre sus tareas más constantes se destacan la reivindicación, el reconocimiento y la revitalización de la cultura, el tejido socioeconómico y los saberes ancestrales.
Ángela destaca su gran interés por la agricultura. Ella proviene de un colegio agropecuario donde el enfoque principal era el Pancoger, el cual está envuelto en una práctica agrícola integral que sustenta la vida diaria en su comunidad: «Aquí se siembra, se cosecha y se vive el Pancoger». Gracias a los aprendizajes de su abuela y a la inmersión en los procesos de liderazgo de AMUCIB, Ángela entendió que apostarle al campo ofrecería soluciones eficaces y pertinentes a la gran mayoría de las problemáticas que enfrenta su comunidad.
Desde pequeña, Ángela participó de manera activa en procesos de incidencia social y política en AMUCIB, aprendiendo y replicando conocimientos que giran en torno a los saberes ancestrales de su comunidad ubicada en El Bajo Calima. Entre sus mejores recuerdos de infancia, destaca las jornadas de círculos de aprendizaje con las mayoras de la comunidad en donde conversaban sobre los beneficios y usos de las hierbas que crecen en su territorio.
El Semillero de la organización AMUCIB, que Ángela lidera desde hace tres años, es un espacio en el que se ha propuesto desafiar los estereotipos que envuelven a las mujeres que deciden luchar por su territorio, siempre teniendo como referente a las mayoras de su comunidad: lideresas destacadas. Entre sus tareas más constantes se destacan la reivindicación, el reconocimiento y la revitalización de la cultura, el tejido socioeconómico y los saberes ancestrales.
Ángela destaca su gran interés por la agricultura. Ella proviene de un colegio agropecuario donde el enfoque principal era el Pancoger, el cual está envuelto en una práctica agrícola integral que sustenta la vida diaria en su comunidad: «Aquí se siembra, se cosecha y se vive el Pancoger». Gracias a los aprendizajes de su abuela y a la inmersión en los procesos de liderazgo de AMUCIB, Ángela entendió que apostarle al campo ofrecería soluciones eficaces y pertinentes a la gran mayoría de las problemáticas que enfrenta su comunidad.
Ángela Riascos Morales cree firmemente en que el campo es la vida del pueblo y su reconocimiento es el primer paso para acercarnos a la equidad.