Liderazgos afrofemeninos populares
Ana Milena Díaz es una mujer negra, bonaverense, afrofeminista y popular. Esta maestra por vocación y socióloga por pasión asegura que crecer en un sector popular, moldeó quién es hoy en día. Ana revela que creció en medio de mucho amor, compañerismo y unidad comunitaria. Gracias a su infancia, Buenaventura siempre será para ella sinónimo de alegría y resiliencia, un lugar envuelto por el sonido de las olas del mar y el aroma de la lluvia.
Desde pequeña fue amante de la escritura. Su profesora de primaria, una maestra apasionada por los procesos comunitarios negros le enseñó a escribir poesía, a hablar de su cultura y gastronomía. Gracias a su enseñanza oral, Ana desarrolló un gran amor por la cultura y tradiciones de su comunidad.
Para Ana, la escritura representa la oportunidad de contar su historia, narrar la vida que la rodea y contar el día a día de los jóvenes del Distrito de Buenaventura. Gracias a esto, evidencia las violencias, la desigualdad, las injusticias y los impactos del conflicto armado en su territorio.
Actualmente Ana hace parte del Centro de Formación y Empoderamiento para las Mujeres AMBULUA, una experiencia significativa que le ha permitido fortalecer sus habilidades y proponer iniciativas con enfoques étnicos, de género y pedagógicos. En la organización, se realizan acciones que involucran escritura creativa y escritura como forma de sanar el corazón. A través de estos textos, las mujeres plasman cómo han experimentado diferentes formas de violencia y cómo las acciones cotidianas del contexto las han afectado emocional y mentalmente. Estos textos se convierten en un espacio de liberación y sanación, pero también en una forma de reivindicar y exigir los derechos de las mujeres negras.
Desde pequeña fue amante de la escritura. Su profesora de primaria, una maestra apasionada por los procesos comunitarios negros le enseñó a escribir poesía, a hablar de su cultura y gastronomía. Gracias a su enseñanza oral, Ana desarrolló un gran amor por la cultura y tradiciones de su comunidad.
Para Ana, la escritura representa la oportunidad de contar su historia, narrar la vida que la rodea y contar el día a día de los jóvenes del Distrito de Buenaventura. Gracias a esto, evidencia las violencias, la desigualdad, las injusticias y los impactos del conflicto armado en su territorio.
Actualmente Ana hace parte del Centro de Formación y Empoderamiento para las Mujeres AMBULUA, una experiencia significativa que le ha permitido fortalecer sus habilidades y proponer iniciativas con enfoques étnicos, de género y pedagógicos. En la organización, se realizan acciones que involucran escritura creativa y escritura como forma de sanar el corazón. A través de estos textos, las mujeres plasman cómo han experimentado diferentes formas de violencia y cómo las acciones cotidianas del contexto las han afectado emocional y mentalmente. Estos textos se convierten en un espacio de liberación y sanación, pero también en una forma de reivindicar y exigir los derechos de las mujeres negras.
Desde AMBULUA, Ana le apuesta a la deconstrucción de visiones que han perpetuado la exclusión de los afrodescendientes y negros del Distrito de Buenaventura de espacios de poder y formación. Su objetivo es contribuir a acabar con la inequidad y crear una sociedad más justa y equitativa en Buenaventura.
La ciudad Clean
¡Oia! Después del long time regreso a mi ciudad natal, a mi Turín Turan, a Puerto roto, aquí en Mi Barrio Olímpico, donde tengo tantos recuerdos de mi infancia. Donde por circunstancias de la vida muchos paisanos no están, esos con los que formábamos boros pa’ ir a la marea a nadar.
Arrastro mi maleta y mientras me acerco a mi chanti, así era como yo y mis socios le decíamos a nuestras casas; no sé si todavía los pelados les sigan diciendo así. Mientras hago el recorrido, escucho a lo lejos decir: «¡Oia manito, qué bueno que trajo!» Volteo a ver y es viejo Chimani con ojos chill de tanto fumar. Se acerca, nos damos el five y me dice: «Manito vacíleme ando mal de piso. Hoy son las verbenas de la playita y vos jabes que hay que pegarle nítido pa’ que los culos puedan llegar». «Paisano, relájese. Más tarde llégueme al chanti. Ahí vemos manito que podemos resolver».
Autora: Ana Milena Díaz
Arrastro mi maleta y mientras me acerco a mi chanti, así era como yo y mis socios le decíamos a nuestras casas; no sé si todavía los pelados les sigan diciendo así. Mientras hago el recorrido, escucho a lo lejos decir: «¡Oia manito, qué bueno que trajo!» Volteo a ver y es viejo Chimani con ojos chill de tanto fumar. Se acerca, nos damos el five y me dice: «Manito vacíleme ando mal de piso. Hoy son las verbenas de la playita y vos jabes que hay que pegarle nítido pa’ que los culos puedan llegar». «Paisano, relájese. Más tarde llégueme al chanti. Ahí vemos manito que podemos resolver».
Autora: Ana Milena Díaz