“Yo quiero que exista en Colombia, mujeres afro guionistas, mujeres afro directoras de arte, mujeres afro directoras de cine”
– Heny Cuesta
El Centro de Estudios Afrodiaspóricos – CEAF de la Universidad Icesi, tuvo la oportunidad de generar una conversación con Heny Cuesta para visibilizar su historia de vida y liderazgo:
Heny Lorena Cuesta es directora de Cimarrón Producciones, una productora audiovisual y de comunicaciones con enfoque étnico, social y ambiental que nace como una apuesta contestataria frente a lo que ella describe como un sistema patriarcal, racista y homofóbico.
El Centro de Estudios Afrodiaspóricos – CEAF de la Universidad Icesi, tuvo la oportunidad de generar una conversación con Heny Cuesta para visibilizar su historia de vida y liderazgo:
CEAF: ¿Qué nos puede contar de su historia de vida?
Heny Cuesta: Soy una mujer afrocolombiana nacida en Cali. Provengo de un contexto fuerte de violencia en el barrio donde vivía. Este tema no lo hablo mucho, sin embargo, hace parte de lo que soy hoy como mujer y también de mi forma de ver la vida. En esa ciudad continuamente viví qué era el racismo y el clasismo. Me enfrenté a la muerte de alguna de las personas con las que, quizá, había jugado el día anterior. Era un constante choque vivir una realidad en donde lo evidente era la muerte. Esto me permitió entender que, muchas veces, no hay tiempo para hacer cosas, y si tengo la oportunidad de hacer esas cosas en el momento, pues las hago. Esa es, hasta el momento, una premisa de vida que conservo dado todo lo que experimenté.
Después, a la edad de 15 años, mi familia y yo migramos a Bogotá para tener una mejor calidad de vida: para que mi papá pudiese tener un trabajo estable y pudiese seguir sus sueños como abogado y futbolista; también mi mamá y mis hermanos pequeños. Es en Bogotá cuando más evidencié el racismo y me di cuenta qué significaba ser una persona negra en Colombia. Ahí comprendí el peso social que la gente me da por mi color de piel y mi cultura. Yo soy Pacífico por todo lado: mi papá es de Quibdó y mi mamá es de Andagoya, lugar de cantadoras. Ambos son chocoanos. Así que mis costumbres y mi acervo cultural han estado muy ligadas a la región.
Ahí empezó ese proceso de formación y autorreconocimiento, de conocer quién era y cuál era mi objetivo de vida, porque cuando una comprende eso es cuando una entiende qué es lo que le apasiona y por ahí caminas independientemente de lo que te diga el mundo.
CEAF: Entonces comenzó a caminar por el universo de la dirección y producción de cine y televisión.
Heny Cuesta: Sí, es ahí cuando empecé la travesía gigante de elegir la carrera que decidí estudiar. Actualmente, soy directora y productora de cine y televisión. Detrás de eso hay una historia muy personal y profunda en términos de esa experiencia vivida como mujer negra. Lo que me motivó es el no sentirme identificada ni sentir una referencia en este espacio, de seguir viendo que, como comunidades étnicas, seguíamos y somos ese punto aparte que se muestra en ciertas cosas puntuales, pero nunca con una dignificación de la imagen.
Justamente, Cimarrón Producciones nació cuando empiezo a encontrar esos propósitos profundos de vida y empecé a adentrarme en los movimientos sociales y de activismo contra el racismo en Bogotá, y vi esas necesidades y vacíos que existen desde la realización audiovisual. Ahí me autorrespondí la pregunta de cuál podría ser mi papel para hacer ese cambio, para que esas perspectivas e imaginarios cambien.
CEAF: ¿Qué más nos puede contar sobre su experiencia en Cali y Bogotá?
Heny Cuesta: Creo que ambas son las ciudades más racistas, lo cual es curioso, por una parte, para Cali, pues es una de las ciudades donde hay más población afro y negra en el país, y por otra, para Bogotá, porque como capital acoge a un montón de personas de diferentes regiones pero que, al ser una ciudad centralizada, te excluye de todo lo que eres; te excluye aún más cuando eres una persona negra. Aunque ya los procesos que se han venido adelantando de carácter organizativo han logrado que ganemos algunos espacios, seguimos viviendo en un escenario desesperanzador.
En Cali me fue difícil enfrentarme a la idea constante que lo que yo representaba como mujer no era suficiente para la sociedad que me rodeaba. En ese tiempo ni siquiera como mujer, como niña. Desde muy pequeña tuve que experimentar este panorama de sentirme rechazada, de sentir todo el tiempo que no encajas en una sociedad que busca eliminar lo que eres y tu voz. Tuve esa sensación de que no era lo suficientemente bonita y que era muy negra. Tuve esa sensación de que yo no era ese prototipo de persona perfecta que la televisión vendía, de que tenía que esconderme cuando en clase hablaban de lo negro como ese aspecto feo y despreciable. Sé que esto lo viví yo, mi hermano, mi hermana y mis compañeros(as).
Te encuentras en un panorama donde no tienes a nadie que te diga: ¡Espera! Así no es, eso no te corresponde a ti. No está mal que tu cabello no sea lo que muestra la televisión, la prensa, lo que dicen los otros y otras. Son experiencias que se viven desde que tienes uso de razón y puedes llamar tus sentimientos y darles un tratamiento o no dárselo. Sencillamente, te dejas llevar por ese dolor y desde ahí miras cómo lo camuflas o conviertes en algo que te ayude a sobrellevarlo.
CEAF: ¿Cómo fue su proceso en la universidad?
Heny Cuesta: En ese transcurso, llegar a la capital fue enfrentarme nuevamente a este discurso y darme cuenta que llegas a una ciudad donde te afecta hasta el clima, porque empieza a quemar tu piel y a resecarla. Fue darme cuenta que, aunque creciera como persona, estaba en una ciudad que me decía una y otra vez que no era suficiente.
En Bogotá no tuve la posibilidad de llegar a una universidad distrital que me permitiera unirme a quienes habitaban otros territorios, y, por su parte, las universidades privadas no son creadas para negros y negras. Además, entré a una carrera a la que históricamente no hemos ingresado. Ser la única mujer negra en este escenario fue muy triste. Pero este discurso en el cual me movía constantemente me hizo entender que tenía que formarme desde un enfoque diferencial que no me iba a dar la academia, y que debía buscar dicho enfoque por mí misma desde el cómo mi representación en ese lugar iba a marcar una diferencia para otros(as) que llegaran y desde el cómo puedo cambiar esas narrativas para quienes vienen detrás de mí y para quienes ya se fueron.
Esa búsqueda es de no acabar, pero estoy convencida de que día tras día la fuerza que toma tu espíritu y tu voz para sobrellevar y sobreponerte la han construido esas narrativas dañinas y perjudiciales que se han tejidos durante siglos. Así que para mí ser una mujer negra racializada se constituye en un sinónimo de resistencia. Sé que la palabra es proverbial, pero cuando la vivimos constantemente se convierte en un estandarte, en ese símbolo que te guía.
CEAF: ¿Es Cimarrón Producciones una de las respuestas a ese “cómo puedo cambiar esas narrativas para quienes vienen detrás de mí y para quienes ya se fueron”?
Heny Cuesta: Cimarrón Producciones es una apuesta contestataria a este sistema excluyente, patriarcal, racista y homofóbico en el cual todo el tiempo estamos. Es un proceso para tramitar el dolor, para empezar a dar un vuelco, para empezar a dar una voz propia, y, como lo digo yo, esa es mi forma de ser contestataria frente a ese sistema, de decirle a este medio en el que estamos: lo que tú me estás vendiendo es mentira.
Cimarrón nació en el 2013, pero creo que nació como en el 2000, cuando día tras día no me vi reflejada en la pantalla del televisor, cuando tuve que enfrentarme a comerciales que me causaban dolor y tristeza, y a burlas constantes a causa de la imagen que vendían de las personas racializadas en la televisión y el cine. Yo siempre decía: algún día quiero estar ahí y ser yo la que pueda contar una historia. Quiero que otros rostros puedan ser los que cuenten y sean la cara de esa novela que ve mi mamá.
CEAF: ¿Qué más nos puede contar de la productora que usted lidera?
Heny Cuesta: Cuando empecé a estudiar cine lo hice con esta intención: ¿qué puedo hacer yo para cambiar esas narrativas dentro de la industria cinematográfica? Cuando empezó mi proceso de activismo me di cuenta que ese llamado es cada vez más fuerte. Sin embargo, yo no podía luchar contra una maquinaria tan grande como lo es esta industria, porque evidentemente soy una mujer negra en una carrera de hombres que nació, además, en un contexto de pobreza. Entonces, el pensarme en tener cámaras de millones o un súper estudio de grabación o un equipo de 50 a 100 profesionales de la New York Film Academy, era un imposible. Pero, ¿qué podía y puedo hacer yo con lo que tengo, con lo que sé y con lo que ellos(as) no pueden hacer por mí y mi comunidad?
Así que Cimarrón nació en ese 2013 mientras yo estaba en este proceso activista y digo: quiero hacer la primera productora liderada por mujeres negras. Esto lo conversé con mi amiga María de los Ángeles, y ella me dijo que teníamos que hacerlo. Ahí empezó este proceso, uno en donde las mujeres negras tienen un espacio para narrar sus historias. Cimarrón se convirtió en lo inimaginable en ese tiempo en el que estaba sola, sin referentes cinematográficos o alguien que estuviese haciendo lo mismo.
Tuvimos que preguntarnos también cómo haríamos para que fuéramos nosotras quienes contáramos el territorio, las que escribiéramos, las que fuésemos y cubriésemos ese evento que hace una organización que es de proceso afrocentrado.
CEAF: ¿Es esto último la particularidad de Cimarrón?
Heny Cuesta: Sí, y que Cimarrón se convirtió en una productora que trabajaba en temas de activismo, género, raza, lo social, lo cultural... Ese es el ramaje que empezó a formarse aquí adentro y que no lo tiene otra productora. No quiere decir que no existan procesos maravillosos trabajando desde hace muchos años, pero la diferencia la hace el emerger en una ciudad como Bogotá sola, diciendo desde aquí: ¡hay que hacerlo! Porque en el territorio las dinámicas, el apoyo y los recursos para trabajar son diferentes. Aquí se empieza más bien un proceso de resistencia y contestatario frente al sistema.
Cimarrón nació desde el nadie te ve, nadie sabe quién eres, nadie sabe que estás ahí para que otras mujeres creyeran en su propia fuerza como artistas, productoras y realizadoras. Ahora ha sido reconocida como uno de los procesos de innovación social más importantes de la ciudad, un proyecto medianamente joven que ha comenzado a entrar a unos escenarios en los cuales nunca me imaginé estar; como por ejemplo el encuentro liderado por la Iniciativa de Mujeres Premio Nobel de Paz en África para llevar la experiencia de Cimarrón como la voz de las mujeres feministas emergentes que están en este momento siendo de impacto e influencia para otros. Para mí fue realmente importante verme en este espacio… Vernos, porque detrás de una estamos todas. Las mujeres que entran a Cimarrón, tengamos recursos o no, tengamos trabajo o no, estamos siempre en pro de que nuestra narrativa genere cambio.
CEAF: Los espacios que ha empezado a ocupar Cimarrón dan cuenta del impacto de la productora.
Heny Cuesta: El impacto de Cimarrón ha sido también el de convertirnos en un referente para otros jóvenes, mujeres y proyectos que están viéndonos como parte de un proceso de construcción propia en términos de comunicación de las comunidades negras. Ha sido interesante encontrarnos con esto de si quieren saber cómo es hacer cine comunitario, si quieren saber cómo lo estamos haciendo como comunidades étnicas con bajo presupuesto o con el presupuesto que se tenga, ¡vayan a Cimarrón! Eso nos lleva a tener espacios de incidencia como lo es Muestra Afro de Bogotá.
También hemos podido participar en la formulación y formación de los talleres que se han abierto por parte del Consejo afro al cual pertenecemos, el Wida Monikongo. Esto nos ha permitido conectarnos con organizaciones de base en toda Colombia, como la Convergencia de Organizaciones AfroColombianas –CNOA, y nos ha llevado a trabajar con la Agencia Presidencial de Cooperación en proyectos de sistematización documental de procesos específicos que tienen que ver con comunidad y cultura.
Todo esto va convirtiéndose en una proyección que Cimarrón tiene y en ese sueño profundo que tengo de que podamos ser la productora que le entregue a Colombia este icono de “En el país las mujeres negras hacen cine”. Yo quiero que se levanten mujeres, mujeres guionistas, mujeres directoras de arte, mujeres directoras y buenas productoras. Quiero ser una referente. Que veamos cuán necesario es entrar a esos espacios de poder de los cuales históricamente hemos sido excluidas.
CEAF: ¿Qué es para usted la equidad y cómo Cimarrón Producciones contribuye a ello?
Heny Cuesta: Voy a dar un ejemplo desde lo cinematográfico. ¿Qué pasa si se producen en Colombia 20 películas, de las cuales 19 son completamente hechas por hombres y la faltante ha sido hecha sólo la mitad por mujeres? Ahí no hay equidad en términos de género por ningún lado. Lo que buscamos con la equidad es mirar cómo le damos a esto una balanza.
En este momento, mi activismo está logrando que las mujeres negras tengan un espacio que históricamente no han tenido. No tenemos acceso a crear producciones o estar en medios o estar en pantallas o en otros procesos porque no hay espacios para construir esas cosas. Yo creo que Cimarrón hace un proceso maravilloso de dar visibilidad, de forjar, de generar fuerza, de brindar credibilidad y confianza y de construir procesos reales para que las mujeres sean las que los lideren.
Otra cosa que siento que hacemos bastante bien es empezar a entrar a escenarios como muestras y Consejos, que tengan que ver con lo artístico y lo cinematográfico para meter lo negro ahí dentro. Entonces lo que hacemos es que la balanza siempre diga recuerde que aquí estamos, recuerde que estas ideas también cuentan, recuerde que hay un equipo y hay un grupo de mujeres que lo estamos haciendo.
Personalmente, todo el tiempo estoy buscando también cómo entrar en escenarios de participación, cómo generar ideas que fortalezcan otros procesos, mirando la manera de converger, empalmar diferentes disciplinas y sacar de ahí otras formas de hacer. Creo que Cimarrón también se constituye en esa forma de juntarnos con otros(as) y de generar impacto no sólo desde lo audiovisual o la realización, sino desde otros aspectos como los son lo cultural, lo social y lo ambiental. Nos movemos desde la formación, los laboratorios, los diálogos que tejemos con mujeres, mayoras, sabedoras, pero también con niñas y niños.