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Edición 14

Gobernabilidad y Gobierno Corporativo en el Sector Salud: Revisión de Literatura

La Gobernabilidad es un término que se aplica a diferentes niveles y tiene implicaciones diferentes según el tipo de organización que se analice. La gobernabilidad del sector salud pasa por los organismos de control, el sistema de rendición de cuentas y la estructura organizacional de las empresas que forman parte del sistema. Tradicionalmente el Gobierno Corporativo atañe a las relaciones entre accionistas y administradores, y los medios que los accionistas tienen de asegurarse un retorno de su inversión. La comunidad empresarial y los órganos de regulación han producido principios de buen gobierno buscando su aplicación generalizada, con el fin de aumentar la confianza de los inversionistas y promover un clima de inversión. Es usual asumir que el objetivo del gobierno corporativo es maximizar el valor de los accionistas, pero diferentes tipos de organizaciones y esquemas de propiedad están considerando a los “stakeholders” o grupos de interés dentro del objetivo de maximización. Central al propósito del Gobierno Corporativo es la minimización y tratamiento adecuado de los conflictos de interés, que pululan en las relaciones entre los diferentes “stakeholders”. Diferentes instancias y mecanismos se han instituido para tratar estos intereses divergentes. La Junta Directiva como organismo colegiado donde interactúan representantes de los propietarios o “stakeholders”, con la administración es uno de los principales. Las acciones de la junta, como se estructura y la forma en que trabaja son aspectos que se han estudiado a profundidad para determinar su dinámica. Un punto de reciente análisis son los incentivos a miembros de junta. Por mucho tiempo la visión de la dispersión de la estructura de propiedad difusa, de las grandes corporaciones americanas, permaneció como el paradigma dominante en el análisis de la problemática de gobierno corporativo. Sin embargo estudios con información de otras economías, mostraron un panorama diferente, donde el control accionario es la norma, a través de diferentes estructuras que permiten mantener el poder de decisión, aún si los derechos de flujos de caja son inferiores. En general se encuentra que mayores porcentajes de propiedad se asocian a un mejor desempeño de la firma, los cual corresponde a lo anticipado por Jensen y Meckling (1976).

Proesa Universidad Icesi