Salamaya: Conocimiento + Oportunidades
Mi nombre es Carlos Amézquita, egresado de Diseño Industrial de la Universidad Icesi y esta es mi historia:
Yo ya era vendedor. Crecí ayudando a mi mamá a vender mercancía y aprendí a relacionarme fácilmente con la gente. Esa competencia vino a ser importante más adelante.
Uno sabe que la vida le trae muchas experiencias y mucho aprendizaje, pero lo que uno no sabe es cuándo lo va a poder aplicar. Mi vida empresarial es una muestra de cómo las oportunidades se cruzan con los conocimientos y generan éxito. Porque alguien me dijo que la suerte es la suma de una oportunidad con el conocimiento para sacarle jugo.
Decidí estudiar Diseño Industrial porque a pesar de sacar un puntaje perfecto en matemáticas del Icfes y tener papá ingeniero, mi instinto creador era más fuerte. Esa es otra competencia que me formó como empresario.
Debo aclarar que, a pesar de que mi mamá siempre fue comerciante, la vena empresarial en mi familia era casi inexistente. Mi papá es el típico ejemplo de un empleado con una carrera académica y profesional impecable; y ahora está jubilado tal como debía ser. Mis hermanos alguna vez montaron un conato de empresa y terminaron empapelados tratando de liquidarla correctamente luego de que cada uno consiguió un trabajo más prometedor. Y yo era el loco de la casa.
Mientras estudiaba, conocí a Carolina Rodríguez y me propuso que nos asociáramos. Ella es diseñadora gráfica y por esa época trabajaba como freelance, cosa atractiva para mi. Ella manejaba su tiempo, tenía sus clientes y vivía tranquila. Así que nos asociamos y nació Salamaya. Corría junio del 2.003.
Mi papá me prestó $400.000 para arrancar y empecé a trabajar con Carolina mientras cursaba sexto semestre. Fue una época divertida. Alquilamos un apartamento que sería la oficina y empezamos a buscar clientes. Carolina ya sabía mucho del negocio y eso no ayudó, además de que sus clientes pasaban a ser ahora, nuestros clientes. Recuerdo con especial cariño que el primer cliente que aporté al negocio era un profesor mío que tenía una empresa de Icopor. Fue cliente por varios años.
¿Qué hacíamos en Salamaya? Diseño e impresión litográfica. Para una agencia pequeña crecer en Cali es difícil pero lo logramos sin mayores contratiempos con mucho esfuerzo y la ayuda de Dios.
La formación administrativa de la universidad fue un aporte invaluable para la vida de Salamaya. Y con eso se completaron los ingredientes: la oportunidad y el conocimiento.
En el 2.007 nuestra relación profesional se convirtió también en una relación matrimonial y mi motivación personal hacia la empresa cambió y me amplió la frontera del sueño. Ahora lo veía como mi futuro a largo plazo.
Y así el sueño sigue transformándose. Actualmente nos dedicamos a la consultoría en marcas y diseño; y logramos cambios importantes e impactantes en las empresas que nos contratan. Nuestra motivación es el éxito de nuestros clientes.
Hemos pasado por muchos momentos divertidos y por otros bien difíciles pero siempre resulta satisfactoria la vida del empresario. He trabajado como docente y como consultor en algunas instituciones, pero nunca he dejado de tener como prioridad mi empresa.
A lo largo de estos 8 años hemos atendido a más de 120 empresas en varias ciudades de Colombia y Estados Unidos. Hemos atendido multinacionales y pequeños emprendimientos. Hemos ganados concursos, nos han publicado en libros, hemos dictado conferencias, hemos tenido problemas y grandes éxitos, hemos perdido y hemos crecido; pero lo más importante es cada día nos la gozamos y aprendemos algo nuevo. Uno nunca sabe cuando se presenta la próxima oportunidad.
Para mayor información sobre la empresa, visite la página web.