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Camilo
Melo, de estrato 2,
estudia en la Icesi (Cali). |
Con préstamo de U$500
millones otorgado por el Banco Mundial ampliarán créditos
del Icetex.
Hasta el año pasado, los deudores eran apenas 60.000. Según
la entidad, 18 de cada 100 jóvenes estudian con préstamos,
lo que supone un reto a largo plazo para recuperar la histórica
inversión.
El dato de cuántos en total tienen crédito no se
conoce, pero, según la Asociación Panamericana de
Crédito Educativo (Ápice), en el país 22
entidades ofrecen préstamos educativos además del
Icetex, y cubrirían un 40 por ciento del mercado, es decir,
unos 140 mil jóvenes más.
"Es duro, pero es cierto,
ya no estamos en un escenario de becas y ante la falta de cobertura,
esta es la estrategia que ha funcionado", dice Beatriz Torres,
experta en el tema, del Centro de Investigaciones Económicas
de la Escuela Colombiana de Ingeniería.
En el caso de los créditos
de entidades privadas, el mercado de estos es estable. Pero la
preocupación por el futuro del dinero que hoy entrega el
Estado a los estudiantes, y que la Nación a su vez debe
al Banco Mundial, empieza a aumentar a la par con el número
de solicitudes, sobre todo si se tiene en cuenta que luego de
varios planes de alivio, todavía hay 15.000 deudores morosos
del Icetex.
Tan solo en el primer semestre
de este año, la entidad desembolsó 827.407 millones
de pesos para nuevos créditos y 167.215 millones para préstamos
antiguos. Esto, según Ápice, no tiene comparación
en Latinoamérica.
"En Colombia el problema
con los créditos es la alta deserción de estudiantes:
casi la mitad se retira. Además, en economías como
la nuestra, el tema del empleo es un riesgo alto, sobre todo si
el crédito sigue fluyendo hacia áreas con empleo
saturado", dice el director de la entidad, Jorge Téllez.
"Sin embargo, la economía
ahora es más estable y hay una mayor garantía de
que el egresado salga con empleo", agrega.
Ante el riesgo, el Icetex es enfático
en afirmar que la responsabilidad de garantizar que el estudiante
pague la deuda es compartida, y destaca el papel que empezaron
a jugar las universidades para vigilar que el alumno pague sus
intereses durante la época de estudios y el crédito
como tal al final de la carrera.
"Hay que comparar el crédito
educativo con el microcrédito. Son personas a las que nunca
les han prestado dinero y no por eso van a volverse morosos. Hay
que crear la cultura de pago", explica Martha Lucía
Villegas, presidenta de la entidad oficial.
Además de esto, el hecho
de que el 80 por ciento de los egresados empieza a trabajar en
menos de un año es una buena garantía de que los
recursos para crédito circulen sin grandes retrasos, afirma
el viceministro de Educación Superior, Gabriel Burgos.
"Lo esencial es que los jóvenes
piensen: debo pagar el crédito para que otro tenga la misma
oportunidad que yo tuve", dice Martha Lucía Villegas.
Es
la primera deuda de su familia
Durante dos años, Camilo Melo tuvo que conformarse con
arreglar bicicletas en el taller de su papá, pues no había
logrado un cupo para ir a la universidad.
Por eso hoy, cuando cursa tercer
semestre de Diseño de Medios Interactivos en Icesi, solo
piensa en finalizar su carrera y no es tan duro que cada año
su deuda con el Icetex crezca unos 6 millones de pesos. Su ventaja
es tener subsidio de comida y transporte, y una beca parcial.
No los dejan ir
Según el Ministerio de Educación, uno de los retos
del Icetex es comprometer a las universidades para que garanticen
que el egresado endeudado termine la carrera, consiga empleo y
pague el crédito.
Entre estas estrategias figuran
las de universidades como la Icesi, que entrega becas parciales
y subsidios de manutención combinados con el crédito,
para jóvenes de estratos bajos. La garantía de pago
es el alto perfil del egresado y la baja deserción.
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