Cali se queda de Bogotá y Medellín
Redacción de El País – Publicado en diciembre 11 de 2007

Si el presupuesto del próximo año de las principales ciudades se repartiera entre sus habitantes, a cada bogotano le correspondería $1’791.000, a cada habitante de Medellín casi $1’000.000 y a cada caleño apenas $476.000.

Ese dato refleja el atraso que, en materia presupuestal, registra la capital del Valle frente a Bogotá y Medellín.

La situación es de verdad preocupante. Mientras la población de la capital de la República es algo más de tres veces la de Cali, el presupuesto de esa ciudad es trece veces superior al de la Sultana del Valle. Y si se compara con Medellín, la cosa no es más halagadora, pues mientras las dos ciudades tienen poblaciones similares, el presupuesto de la capital antioqueña prácticamente dobla al de Cali.

El problema no es sólo de cantidad, sino de la forma en la que se reparten los recursos.

Mientras Medellín destina el 81% de su presupuesto anual a proyectos de inversión social y Bogotá el 78%, la situación financiera por la que atraviesa Cali sólo le permite invertir el 61% (de un total que de por sí es menor) en el bienestar de sus ciudadanos.

Buena parte de ese desnivel en los porcentajes de inversión social se explica en los gastos que una y otra ciudad destinarán para el funcionamiento de su planta administrativa.

Para el próximo año Bogotá y Medellín utilizarán el 16% del presupuesto para este rubro, mientras Cali deberá hacer uso del 31% de sus recursos anuales para pagar funcionamiento.

Igualmente, mientras el 1,6% del gasto de la capital antioqueña se destina al pago de la deuda pública, Cali debe reducir el 7,1% de su capacidad de inversión para cumplir esa obligación.

¿Por qué Cali tiene un presupuesto inferior al de Medellín teniendo los mismos habitantes? ¿A qué se debe que sea menor la inversión social? y ¿cuáles son al alternativas que tiene la capital vallecaucana para salir de la crisis económica en la que se encuentra?

Las razones

A diferencia de las demás capitales, Cali ha padecido en los últimos años todos los males que impiden que una ciudad pueda salir adelante: una elevada deuda pública, niveles altos de evasión de impuestos y mal manejo fiscal.

Para Pedro Pablo Sanabria, director de la carrera de economía y políticas públicas de la Universidad Icesi, al comparar los presupuestos de Medellín y Cali se ve el resultado de dos estrategias completamente opuestas de manejo fiscal.

“La primera orientada a un saneamiento y manejo responsable de las finanzas y la segunda, el resultado de varias malas administraciones que han dejado descuadernado al Municipio. Y aunque ha habido un leve mejoramiento, todavía estamos muy lejos de ciudades similares”, señaló.

De acuerdo con expertos, mientras esa situación no se supere, seguirá siendo insignificante el ajuste anual que se le pueda realizar al presupuesto de Cali. En comparación con el del 2007, hubo un incremento de $11.000 millones.

Ese aumento, según el concejal Orlando Chicango, podría ser mayor en los próximos días, puesto que el nuevo alcalde, Jorge Iván Ospina, buscará una mayor partida para el 2008.

“La verdad es que el próximo Alcalde tiene la ventaja de que la ley le permite modificar el presupuesto, acoplarlo al nuevo plan de desarrollo e incluir algunas propuestas planteadas en campaña”, señaló Chicango.

Sin embargo, insiste Sanabria, “para alcanzar los niveles de ciudades como Medellín, hay que sanear las finanzas y buscar la manera de que la gente pague sus impuestos a tiempo y eso es labor de la Administración Municipal”.

Otros conceptos

Según Gabriel Jaime Rico, concejal de Medellín, para cualquier ciudad del país son fundamentales los ingresos que recibe por el impuesto de industria y comercio y predial.

“Lo que no se explica uno es que Cali reciba tan pocos ingresos, entendiendo que hoy la capital del Valle tiene mucha más industria que Medellín”, manifiesta Rico, quien aclara que “el hecho de que Cali gaste un 61% en inversión, es de todas formas un logro”.

Concepto que emite en la base de que la Ley 617 o de Ajuste Fiscal obligaba a que las ciudades tuvieran siquiera un 50% en inversión y 50% en gastos propios de funcionamiento.

En otros términos, lo que busca es que las ciudades logren cada día una menor dependencia de las transferencias nacionales y optimicen la captación de recursos propios.

“Es que la actividad comercial y el desarrollo de la ciudad deben ser suficientes para financiar los gastos corrientes de funcionamiento e inversión del Municipio, restablecer su solidez económica, recuperar la capacidad de pago y optimizar el cumplimiento de sus competencias”, indica Sanabria.

De ahí que para salir cuanto antes de la crisis fiscal y financiera de Cali sea necesario que la gente cumpla con sus obligaciones tributarias y una administración que tome ejemplos como el de Medellín, del manejo claro de lo público.

Cifras

- 59 centavos de cada peso que recibía Cali en el 2005 iban destinados a pago de deuda

- 356 es el puesto que ocupa la capital vallecaucana en el ranking fiscal del país.

- 749 mil millones se han destinado en el 2008 para gastos de inversión.


Para aclarar dudas contacte a la oficina de Comunicaciones de la Universidad Icesi. Teléfono: 555-23-34 ext. 351; correo electrónico: agenciadeprensa@icesi.edu.co

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