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Discurso
ceremonia de grado febrero 8 de 1997
Cali, 8 de febrero de 1997
Dr. Francisco Piedrahita Plata
Constituye para mí una profunda
satisfacción estar hoy aquí presidiendo por primera vez
una Ceremonia de Grados en el ICESI. Comparto sinceramente la emoción
que deben sentir tanto ustedes, los 107 graduandos en Administración
de Empresas, los 23 graduandos en Ingeniería de Sistemas, los 3
caballeros que hoy reciben su título de Magister en Administración
y las 94 damas y caballeros que hoy finalizan sus Especializaciones en
distintos campos, como sus padres, cónyuges, familiares y demás
personas queridas que los acompañan.
El Proceso Educativo es como un arco que se templa durante
años preparando al joven para la vida. Me corresponde hoy representar
la mano del arquero que suelta la cuerda para que salga la flecha disparada,
volando.
Como parte fundamental de ese proceso educativo, el ICESI
ha orientado sus esfuerzos durante estos últimos años a
dotarlos de los conocimientos, las habilidades y los valores que ustedes
van a necesitar en ese vuelo. Un vuelo que no va a ser siempre fácil.
Que va a encontrar obstáculos. Que va a estar sujeto a vientos
de cambio desde distintos ángulos. Unos largos, sostenidos. Otros
repentinos, sorpresivos.
Los últimos años de la década pasada
vieron cambios trascendentales en la política mundial. Cayó
el comunismo en casi todo el mundo con sus barreras tangibles e intangibles;
cayó el Muro de Berlín y arrastró consigo toda la
Cortina de Hierro. Terminó el “Apartheid” en Sur Africa;
y se acabaron las dictaduras de derecha en América Latina
Esos y otros cambios en el mundo, y en particular en América,
tuvieron gran influencia en las reformas a las instituciones políticas
y a las reglas de juego de la economía colombiana que se dieron
en la primera mitad de este decenio. Nueva Constitución, transformación
del sistema judicial; apertura económica con reducciones dramáticas
de aranceles, eliminación de licencias de importación y
un sinnúmero de pactos comerciales con diferentes países
y grupos de países; reformas cambiaria, laboral y financiera; privatizaciones,
etc.
Y toda esa transformación que debería ayudarnos
a salir del subdesarrollo se dió mientras, por otra parte el país
se desmoralizaba por la nefasta acción de las mafias del narcotráfico
y se desangraba en las mil guerras internas que mantenemos y que nos han
llevado a merecer el infame título de “País más
violento del mundo”.
Los cambios que he descrito, producidos todos durante
los diez últimos años, no son sino anticipo de los que vendrán:
de los que afectarán repetidamente sus vidas y sus trabajos. Les
presentarán permanentemente oportunidades y amenazas, para emplear
los términos que ustedes se acostumbraron a usar en sus ejercicios
de planeación.
El impulso globalizante no parece tener freno. Jalonada
por fuerzas como el crecimiento de los mercados, la reducción gradual
de barreras arancelarias y no arancelarias en todo el mundo, los procesos
de privatización, la apertura casi universal a la inversión
extranjera, la facilidad de las comunicaciones, y muchas más, la
globalización de la economía seguirá teniendo nuevos
efectos sobre todas las empresas colombianas: los precios bajan pero hay
más mercados disponibles; aparecen nuevos competidores, pero se
pueden usar nuevas tecnologías; y así, muchos más
..., unas de cal y otras de arena.
Hace ya varios años se viene hablando, sobre todo
en los países desarrollados, de cómo estamos pasando de
la sociedad capitalista a la sociedad del conocimiento. Peter Drucker
en su libro “La sociedad post-capitalista”describe cómo
el cambio en el significado del conocimiento que empezó hace 250
años ha transformado a la sociedad y a la economía. Para
él, “hoy el conocimiento es el único recurso significativo”;
la tierra, el capital y el trabajo han pasado a ser secundarios. Describe
cómo, primero, el conocimiento aplicado a las herramientas, los
procesos y los productos trajo la Revolución Industrial en el siglo
XVIII. Y cómo luego, hace 100 años, el conocimiento aplicado
al estudio del trabajo trajo la Revolución de la Productividad.
Al tercer cambio en la dinámica del conocimiento, Drucker lo llama
la Revolución de la Administración: la aplicación
del conocimiento al conocimiento. “Proporcionar conocimiento a fin
de averiguar cómo aplicar mejor el que ya existe para obtener resultados
es, en realidad, lo que entendemos por Administración.” Y
el conocimiento se está aplicando también para definir qué
nuevo conocimiento se necesita, su factibilidad y su aplicación
eficaz. Estas son las fases de la innovación sistemática.
Al haber escogido la Administración de Empresas
o la Ingeniería de Sistemas como carreras profesionales se colocan
ustedes en la cresta de esta ola de la Revolución Administrativa
que tiene una tarea inmensa en la transformación de Colombia: ustedes
serán responsables de la aplicación y el rendimiento del
conocimiento.
Pero si Drucker, quizá el iniciador de la Revolución
de la Administración, nos hace ver que haremos parte, cada vez
más, de la Sociedad del Conocimiento, otros, con fuertes argumentos,
nos sitúan acercándonos a la edad de la información.
El avance tecnológico y el concurrente abaratamiento de costos
de los computadores y de los servicios de telecomunicaciones han tenido
ya un impacto dramático sobre la vida y el trabajo de los residentes
en países desarrollados. Y comienzan a tenerlo en países
como el nuestro. La capacidad instalada de cómputo mundial, medida
en millones de instrucciones por segundo, aumentó doce veces en
los últimos diez años. Las telecomunicaciones crecen a ritmos
parecidos. Y el Internet crece mucho más rápido. Como producto
de estos cambios, los países del ahora mal llamado “mundo
industrializado”están viendo cambios importantes en la productividad
de muchos procesos y en la calidad o conveniencia de otros. Varios investigadores
han visto la gran oportunidad, para países como el nuestro, de
saltarse varias etapas en su proceso de desarrollo mediante la inversión
masiva en estas tecnologías y su dominio por toda la sociedad.
Quizá el impacto más notable que vamos a
sentir de estas tres fuerzas de cambio descritas, a saber, la globalización,
el avance del conocimiento y su manejo por la administración y
el crecimiento en la capacidad de cómputo y de telecomunicación,
el impacto más notable, decía, lo vamos a sentir en el trabajo
mismo. Y en particular en el trabajo gerencial. Hace casi cuarenta años
dos famosos profesores de Administración predijeron, en un artículo
titulado “La Gerencia en los 80’s”, que el computador
haría con los mandos medios de las empresas lo que la Peste Negra
hizo con los europeos del siglo XIV. Y la predicción se ha cumplido,
en los países ricos, en alto grado. Con una diferencia importante:
como los autores sólo conocían los grandes computadores
de su época, previeron una organización con unos jefes arriba
controlando obreros y demás empleados con grandes cantidades de
información centralizada. Pero los sistemas distribuídos
de hoy, reparten el poder y acaban con las jerarquías. Por eso
las organizaciones se pueden aplanar. Y no sólo aplanarse, sino
distribuirse geográficamente, sin necesidad de reunirse en un lugar
de trabajo común, usando los cada vez mejores servicios telefónicos,
alámbricos e inalámbricos, para comunicarse y comunicar
sus computadores. La tecnología, además, abarata las transacciones
y muchas empresas prefieren contratar con terceros productos y servicios
que antes hacían internamente; lo que llamamos outsourcing. El
sitio de trabajo promedio en los Estados Unidos tiene hoy menos gente
que en la década anterior.
No cabe duda entonces, que Ustedes salen a enfrentarse
a un mundo no sólo cambiante, sino con un ritmo de cambio cada
vez más acelerado. Caótico, dicen algunos. Y prepararlos
para ese mundo ha sido el empeño permanente de todos en el ICESI
en estos años durante los cuales Ustedes han estudiado aquí.
Facilitar la adquisición de los conocimientos, los valores y las
habilidades requeridos para triunfar responsablemente en ese mundo ha
sido la tarea de sus profesores.
Permítanme hacer un par de reflexiones sobre expectativas
que tenemos hoy, al verlos partir.
La primera se refiere a la necesidad de que ustedes, durante
su permanencia en el ICESI hayan aprendido a aprender. Ese es, paradójicamente,
el aprendizaje más importante que queremos lograr. Esperamos que
enriquezcan sus vidas con un proceso educativo permantente. Saben ustedes,
y lo hemos repasado ahora, que muchos de los conocimientos que se llevan
serán obsoletos en pocos años. Ellos deben servir de base
para seguir aprendiendo. Y ese seguir aprendiendo implica algunos de los
valores y habilidades que ustedes deben llevarse: amor por el saber ,
por el estudio, por la lectura; y habilidad para buscar la imformación
pertinente, para la consulta, para la discusión y la reflexión
crítica.
La segunda reflexión se refiere a la responsabilidad
que acompaña el honor de este grado. La palabra Administrador,
que de alguna manera cubre a todos los graduandos de hoy, viene del latín
AD-MINISTRA-DERE, que quiere decir, dar, tender, extender la mano, o más
brevemente, SERVIR. El Gerente es un Servidor. Ha sido colocado para servir
a su organización, a sus jefes, a sus subalternos, a sus clientes,
a la sociedad. Debemos tender la mano, servir con responsabilidad.
Las organizaciones que ustedes creen o para las que ustedes
trabajen no podrán sobrevivir, y menos crecer, en una sociedad
enferma, como la nuestra de hoy. Ya no estamos en la época cuando
el Presidente de la Andi declaraba: “El país está
mal pero la economía está bien.” Ahora el país
está mal y la economía también.
Ustedes y los de su generación jugarán un
papel trascendental en la construcción de una nueva sociedad que
respete la ley y que promueva valores superiores a ésta como la
tolerancia y la solidaridad. Tenemos que construir una sociedad vivible,
desarrollable.
Desde el ICESI seguiremos poniendo nuestra cuota. Como
organización de excelencia que somos, buscamos el mejoramiento
permanente. Cuando llegué a la Rectoría, hace ya casi cinco
meses, encontré una visión para el futuro de la Institución
fruto de las discusiones de sus profesores y directivos. Queremos ser
percibidos, a principios del próximo siglo, como la mejor universidad
del país en las disciplinas empresariales. Consideramos que ya
gozamos de esa percepción de mejores a nivel regional. Pero llegar
a ser los mejores del país va a requerir unos esfuerzos adicionales
en los que ya estamos empeñados. Queremos liderar en Colombia esa
Revolución de la Administración. Después de comparaciones
nacionales e internacionales, estamos, una vez más, revisando nuestros
currículos, buscando el balance más adecuado entre la educación
liberal y la profesional y asegurando el refuerzo de los valores y habilidades
que consideramos indispensables en todo egresado ICESI. Queremos, así
mismo, fortalecer la investigación tanto en su función generadora
de nuevos conocimientos, como en su carácter enriquecedor del aprendizaje
del estudiante.
Seguiremos, además siendo una Universidad pequeña
y selectiva.
Para ofrecer una gama de opciones más amplia a
los aspirantes a ingresar al ICESI y diversificar al mismo tiempo nuestra
población estudiantil de pregrado, vamos a iniciar un programa
de Ingeniería Industrial a partir del segundo semestre de este
año y otro de Diseño Industrial a partir del segundo semestre
del próximo año.
Dos realidades recientes son buenas noticias en este proceso
de mejoramiento continuo: por una parte, esta semana inició labores
nuestro nuevo Centro de Investigación y Consultoría en Competitividad
bajo la dirección del Doctor Manuel José Carvajal; desde
allí esperamos apoyar a las empresas de la región y del
país en estrategia, calidad, productividad y demás áreas
relacionadas y acercar más a profesores y estudiantes del ICESI
a la realidad empresarial. Por otra parte, hace ya más de un mes
iniciamos el movimiento de tierras y este mes empezaremos la construcción
de dos edificios que mejorarán notablemente nuestro espacio fisico
y nos darán capacidad suficiente para muchos años. A partir
del segundo semestre de este año contaremos con una nueva Biblioteca,
que triplica la actual en espacio, nuevas salas de cómputo, nuevos
laboratorios y nuevas aulas, así como más espacio para el
mejor estar y la comodidad de estudiantes y profesores.
Bien, Señoritas, Señoras y Señores graduandos, reciban
nuestra más cordial felicitación; lleven con dignidad su
carácter de ICESIANOS, y harán al ICESI cada vez más
grande. Nosotros aquí haremos lo que esté a nuestro alcance
para que ustedes se sientan cada día más orgullosos de su
Alma Mater.
Que esas flechas que hoy salen disparadas, vuelen alto
y lejos. Desde aquí estaremos velando por ellas.
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