SER INDEPENDIENTE
SERGIO ROJAS
SERGIO ROJAS
En este foto ensayo quiero contar y dar a conocer mi cigarrería, donde paso la mayor parte de mi tiempo —de lunes a sábado—.
La presencia de las rejas se hizo necesaria porque la cigarrería queda en la entrada de la casa y aquí viven varias personas. Uno de ellos se atendía solo, cogía cosas sin permiso y no dejaba el dinero; por esa razón decidimos instalarla, para estar tranquilo, y así evitar pérdidas.
Mi negocio queda en el primer piso de la casa. En el segundo, vivo yo junto a mi familia; de modo que siempre puedo comenzar temprano mi jornada. La tienda está ubicada en Bogotá, detrás del Dorado plaza, un centro empresarial; cerca de aquí está el aeropuerto y también la terminal de transporte. Anteriormente, el barrio era residencial, pero con el tiempo se transformó en una zona industrial y comercial. Por aquí todo queda cerca y siempre es fácil encontrar avenidas principales para movilizarse a cualquier lugar de la ciudad.
Poco a poco, el proyecto de la cigarrería que siempre soñé, se fue consolidando. Tuve que concentrarme en tres prioridades: primero, surtirlo muy bien; segundo —algo muy importante—, conseguir clientes. Comencé con pie derecho, lentamente fui avanzando con mi negocio, empecé a vender y consolidé una clientela buena y fiel. Mi tercera meta fue mantenerla y hacerla sentir satisfecha.
Muchas personas que acuden a mi negocio quedan marcadas por la atención que les brindo. Soy una persona simpática, conversador y con muy buen sentido del humor. Esto me ha ayudado a tejer amistades y a fortalecer buenas relaciones con mis clientes. Tal ha sido el resultado, que incluso me he encontrado con alguno de ellos para salir y compartir un rato agradable.
Muchas personas que acuden a mi negocio quedan marcadas por la atención que les brindo. Soy una persona simpática, conversador y con muy buen sentido del humor. Esto me ha ayudado a tejer amistades y a fortalecer buenas relaciones con mis clientes. Tal ha sido el resultado, que incluso me he encontrado con alguno de ellos para salir y compartir un rato agradable.
Con el tiempo, la cigarrería empezó a obtener buenas ganancias, de modo que me permitió viajar con mi familia por primera vez en avión y conocer San Andrés y Cartagena. Fue un privilegio para mí y para mis seres queridos. Desde entonces se volvió tradición salir de viaje cada año a diferentes lugares del país.
De pronto se dio un cambio radical en mi vida: las ventas comenzaron a bajar. Al principio no entendía por qué, pero descubrí que las empresas y oficinas cercanas se habían trasladado a otros lugares; así que surtía la tienda, pero no vendía nada; y por supuesto, no obtenía ganancias. Pensé que había llegado el día y me dije: “no puedo más, me tocó vender mi negocio”.
Hoy puedo mirar hacia atrás y concluir que, si se tiene paciencia, y se invierte el tiempo necesario para trabajar en un negocio propio, es posible alcanzar la felicidad. Hoy estoy tranquilo porque esencialmente el compromiso ha sido conmigo mismo. He conseguido con esfuerzo uno de mis mayores logros durante estos largos e intensos años: ser independiente.
Geometrías Íntimas
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