“Cuando no conocía mis derechos, cuando no conocía mi historia, no tenía las herramientas suficientes para defenderme”
- Clarisa Arrechea Ocoró
Desde los doce años Clarisa Arrechea lidera procesos comunitarios en Timbiquí, Cauca. Hoy, esta mujer afrodescendiente es estudiante de trabajo social y la vocal principal del Consejo Comunitario Renacer Negro. En su ejercicio como lideresa, Clarisa da cuenta de la importancia de reconocer la historia afrodescendiente para la garantía de los derechos del territorio, de las comunidades y de las mujeres.
El Centro de Estudios Afrodiaspóricos – CEAF de la Universidad Icesi, tuvo la oportunidad de generar una conversación con Clarisa Arrechea para visibilizar su historia de vida y liderazgo:
CEAF: ¿Cómo se convierte en vocal principal del Consejo Comunitario Renacer Negro?
Clarisa Arrechea Ocoró: Crecí mirando a mi mamá tomando partido en procesos políticos y comunitarios. Aunque me disgustaba que en ocasiones sacrificara mucho tiempo propio, me fui enamorando de la forma en que ella lo hacía. Comprender cómo se vulnera el derecho a las mujeres, especialmente, a las mujeres negras, que es lo que yo conozco porque soy una, me impulsó a apropiarme de los procesos y así ayudar a fortalecerles, a darles herramientas suficientes para que ellas mismas puedan tener lo que se necesita para reclamar y garantizar sus derechos. Lo mismo en cuanto al territorio, la idea es mostrar a las personas cuál es el derecho étnico-territorial que tenemos las comunidades afrodescendientes.
Inicié a los 12 años, apoyando actividades comunitarias y liderando procesos, principalmente a grupos de mujeres. Hace unos 5 años me vinculé a un proceso del Consejo Comunitario, que involucró una sentencia que falló a nuestro favor y desde el cual se ha venido trabajando con mujeres, jóvenes y con la defensa del territorio. Me eligieron como secretaria desde entonces y después de 3 años me convertí como vocal principal del Consejo Comunitario.
CEAF: ¿Qué más nos puede contar sobre su liderazgo?
Clarisa Arrechea Ocoró: Actualmente, soy también trabajadora social en formación. Escogí esa carrera precisamente porque desarrollo estos procesos en el territorio. Ahora estoy organizando un pequeño grupo de trabajadores sociales con el propósito de hacer intervenciones de tipo social en la comunidad para fortalecer a las nuevas generaciones en la conservación de la tradición y la cultura y, sobre todo, en los derechos que tenemos como pueblos étnicos.
Hago parte de los grupos de mujeres, donde una de las actividades que hemos hecho para dignificarnos ha sido el encuentro de mujeres en Santa María, que juntó aproximadamente 100 asistentes. Ahí pudimos conversar sobre las experiencias tristes que han vivido algunas y que, de alguna manera, han servido para compartir y querernos entre nosotras mismas. También, hace aproximadamente 2 años, estamos realizando unos intercambios de saberes entre mayores, mayoras, líderes, lideresas, jóvenes, niñas y niños para dignificarnos, pues en este espacio, más que adquirir conocimientos, adquirimos y rescatamos la cultura.
CEAF: ¿Cuál es el significado de los procesos que usted lidera para la comunidad?
Clarisa Arrechea Ocoró: Para la gente del territorio estos procesos son como sembrar la vida. Nosotras y nosotros siempre decimos que un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, así que nuestro trabajo es que todas y todos sepan por qué llegamos donde estamos, especialmente los jóvenes. Nuestros mayores y mayoras, quienes nos han llevado hasta este punto, quienes nos han acompañado y quienes nos han hecho amar estos procesos, nos han mostrado todo lo que nuestros ancestros tuvieron que pasar para llegar acá: la esclavitud, el uso de las mujeres y la comercialización de los niños como objetos. Esto motiva a seguir luchando por el territorio y que nadie nos invisibilice ni racialmente ni de ninguna otra forma.
En este sentido, buscamos que las nuevas generaciones conozcan de la historia, no sólo lo que les contaron externamente, sino la vivida desde el territorio y desde la memoria de nuestros ancestros, mayores y mayores. Asimismo, que se empoderen de los derechos que hemos adquirido a través de muchos líderes y lideresas que expusieron demasiado para que tuviésemos lo que tenemos ahora.
CEAF: ¿Cuál considera son los retos y logros de su liderazgo?
Clarisa Arrechea Ocoró: Uno de los más difíciles ha sido la equidad de género, porque convivimos en un territorio totalmente machista y no es fácil que los hombres entren en razón respecto al tema. No podemos decir que hemos avanzado mucho, ya que la cultura machista está impregnada en cada una de las acciones sociales. También tenemos el reto político, porque no hay equidad ahí. Sin embargo, hemos realizado un trabajo que lentamente ha dado sus frutos, pues hoy por hoy podemos decir que hemos ganado una de tantas batallas en el municipio: tenemos alcaldesa por primera vez en la historia, una alcaldesa autónoma, y tenemos concejala mujer. Esto ha costado peleas y tiempo, pero continuamos con el proceso tratando de vincular más, enamorándolas con nuestros ideales, que son buenos para todas y todos, claro, porque esto se trata de inclusión y equidad.
Por otro lado, actualmente tengo un gran grupo de jóvenes que, además de participar en los diferentes procesos, se han motivado a prepararse y a aportar cuando terminen sus colegios. He logrado que sepan quienes somos, de dónde venimos, qué queremos, cómo lo queremos, cuáles son sus derechos y para dónde vamos. Esto es importante porque créeme que cuando no conocía mis derechos y no conocía mi historia, no tenía las herramientas suficientes para defenderme ni para hacer valer lo que valgo. Otro gran impacto es que hay más participación de las mujeres desde el derecho, desde su voz.
Añado también que, aunque Timbiquí ha sido un lugar bastante tranquilo, hubo un tiempo en donde se implementó la violencia por grupos al margen de la ley y esto distorsionó la tranquila convivencia en ese entonces. Hoy por hoy podemos afirmar que las cosas han cambiado, no como quisiéramos, pero ahora la comunidad se siente con la capacidad para decirle a quien llega: ¡Este territorio es nuestro! Aquí las reglas deben de hacerse en conjunto. Nadie nos va a desconocer como comunidades étnico-territoriales. Para mí todos estos son los impactos positivos que he logrado con mi participación en diferentes procesos y principalmente con la articulación de los 7 consejos del municipio.
CEAF: Usted ha nombrado varias veces la palabra equidad. ¿Qué significa para usted?
Clarisa Arrechea Ocoró: Para Clarisa la equidad es el cambio generacional que necesitan todas las comunidades étnico-territoriales del país y es, además, que no tengan que "mendigar" los derechos que poseen. Si cada comunidad y cada Consejo no tuviesen que preocuparse por la economía o por defender el territorio donde viven, podrían enfocarse en llevar a cabo las actividades que por cultura les enseñaron sus ancestras y ancestros. De conseguirse esta equidad, tendríamos una Colombia más pacífica y menos violenta; con mayor amor por la tierra; con jóvenes queriendo hacer música, deseando estar más en la zona rural que en zona industrializada.
CEAF: ¿Cómo su liderazgo y los procesos de Renacer Negro contribuyen con ese país equitativo que acaba de describir?
Clarisa Arrechea Ocoró: Comencemos por esto: los procesos que llevamos a cabo, por ejemplo, con el intercambio de saberes, buscan descontaminar la mente de los más jóvenes del pensamiento industrializado. Con esto me refiero a que algo está pasando con el chico o chica cuando está en segundo, tercer o cuarto grado y ya quiere irse del territorio porque desea ir a estudiar donde hay carros, motos, bicicletas, tiendas costosas y quiere usar un montón de cosas que tienden a hacerle olvidar o hacerle pasar a un segundo plano lo que tiene en su territorio: tierra, río, playa, productos propios, lo que nos hace diferentes... A eso le llamamos pensamiento o contaminación industrializada. A pesar que no está mal, no está del todo bien en tanto sí existe una relación entre la construcción de la equidad en el territorio y la descontaminación del pensamiento industrializado. Cuando se descontamina la mente de una niña, niño, joven o adolescente, en ellos y ellas podemos encontrar la motivación por hacer cultura y ofrecer más cosas positivas para la gente. En el momento en que se crea, da o se recibe de una persona descontaminada de la industria del centro del país, esa persona nos ayuda a seguir creciendo y, a su vez, a continuar enamorando a las nuevas generaciones de los procesos y de la historia.
CEAF: Finalmente, ¿de qué forma la comunidad afronta la pandemia del COVID-19?
Clarisa Arrechea Ocoró: Cuando inicia la pandemia, nuestros mayores y mayoras nos dijeron que con las botellas curadas era suficiente: mantenían muchas hierbas medicinales en su azotea. En este municipio nos acogimos de manera integral a esto y a todo lo ancestral: los remedios caseros, los médicos tradicionales, las parteras y, en general, a quienes sostienen este territorio a base de hierbas y creencias. O sea, a parte de la prevención con tapabocas, nos apoyamos, hombres y mujeres, en la medicina tradicional.
La pandemia nos enseñó que debemos estar prevenidos para cualquier tipo de situaciones sin importar si es hombre o mujer. Somos un equipo para sobrevivir a las adversidades. También nos enseñó que para el centro del país valemos poco y que somos un lugar aislado del país, pues en comparación con otros lugares no se tuvo la misma importancia a la hora de la prevención y las ayudas.