Blog
Por: Ramiro Guerrero
————
Resumen
Este documento analiza la dinámica del Covid-19 en Colombia con base en los registros del INS. Estima retrospectivamente el número de casos que pudo haber habido entre el 5 de abril y el 22 de mayo, con base en la mortalidad observada en fechas posteriores. A diferencia de otras estimaciones que se han hecho con un método similar este trabajo corrige un sesgo en la estimación de la letalidad, asociado al hecho de que la mayoría de las defunciones registradas por Covid corresponde a diagnósticos póstumos. La primera sección del documento ilustra el asunto de los diagnósticos póstumos. La segunda analiza los flujos de información sobre casos covid, y los puntos del proceso de atención donde puede haber fugas de información y por lo tanto subregistro de casos positivos. La tercer analiza y estima la letalidad por Covid. La cuarta utiliza dicha estimación para calcular cuántos casos Covid sintomáticos pudo haber habido 28 días atrás, y compara el número de casos presuntos con los efectivamente detectados.
Buena parte de los casos Covid positivos que se detectan diariamente corresponden a personas fallecidas cuyo diagnóstico es póstumo.La siguiente gráfica muestra la proporción de los casos confirmados, según día de reporte web, que corresponde a diagnósticos póstumos. Es decir, a personas que ya han fallecido cuando llega el resultado de la prueba. Entre 1.5 y 2.5 por ciento de los casos detectados cada día corresponde diagnósticos póstumos. Si en un día hay 3.000 casos confirmados, aproximadamente entre 45 y 75 son de personas ya fallecidas.
Fugas de información de casos positivos
Esta sección analiza el proceso que sigue un paciente que ha contraído síntomas de Covid. El ideal es que consulte y sea atendido, notificado y diagnosticado oportunamente. Ese es el caso ilustrado por las líneas verdes al lado derecho del diagrama de flujo. Puede pasar, sin embargo, que no consulta, o no es atendido, y/o no es notificado, y/o no se le hace la prueba. En esos casos, el resultado depende de si el paciente se agrava o no. Si la condición clínica del paciente no diagnosticado no se agrava, hay una pérdida de información. Todos los puntos azules en el diagrama representan terminaciones del proceso en las cuales hubo pérdida de información (subregistro de casos covid positivos sintomáticos). Ahora bien, si el paciente se agrava, tiende a hospitalizarse tardíamente (o incluso a fallecer antes de la hospitalización). Los casos no detectados oportunamente que después se agravan, transitan las líneas rojas.
De los muertos reportados por Covid son muchos más los que se diagnosticaron de manera póstuma que aquellos que fueron positivos en vida y luego fallecieron. La información de los diagnosticados de manera póstuma se pierde en la mitad del proceso, y se recupera de manera tardía cuando han transitado las líneas rojas del diagrama de flujo.
Con el registro de casos Covid podemos analizar la letalidad del Covid. En esta sección se presenta dicha estimación y se corrige por los sesgos ya comentados que hay en el registro.
Dada una letalidad estable es posible calcular retrospectivamente el número de pacientes infectados sintomáticos que debió haber habido en el pasado. Por ejemplo, si la letalidad a 28 días de los mayores de 70 es 10 por ciento, y hoy fallecen 10 de ellos, quiere decir que hace 28 días debieron haberse infectado 100 de ellos. El cálculo siguiente toma los muertos (por fecha de fallecimiento) para cada grupo de edad, e infiere cuántos infectados debió haber habido 28 días antes, para calcular el número total (presunto) de infectados en el pasado. Luego compara el número presunto de infectados sintomáticos con el número de ellos que fueron detectados con PCR.
Entre el 5 de abril y el 22 de mayo se detectaron con PCR 24.690 casos sintomáticos. De acuerdo a la anterior estimación, en ese periodo debió haber habido un total 141.655 infectados sintomáticos nuevos.
Comentarios finales
1. El anterior número presunto de casos infectados sintomáticos surge de un cálculo muy preliminar, que debe ser todavía revisado, y cuyos supuestos se deben validar antes de publicar el dato o cualquier conclusión derivada del mismo.
2. El cálculo supone que la letalidad es estable (no mejora en el tiempo) y que la experiencia pasada de los diagnosticados en vida es un buen estimador de la letalidad general. Si bien la anterior estimación corrige un sesgo importante y conocido, pueden subsistir otros.
3. El número presunto de infectados en mayo se basa en las defunciones de junio. Aproximadamente la mitad de las defunciones de junio corresponde a dos departamentos de la Costa Atlántica. Es posible que buena parte de la brecha entre el número de casos presuntos y detectados se concentre en esa región, y que en el resto del país haya habido una brecha menor.
4. El análisis debe profundizarse a nivel de regiones.
5. Es importante investigar los indicadores del proceso (por ejemplo, los tiempos transcurridos entre síntomas, notificación, diagnóstico, etc..) para detectar en tiempo real deficiencias en los flujos de información sin tener que esperar a que suba la mortalidad para constatar que los hubo.
6. La letalidad sirve no sólo para calcular el número de infectados que pudo haber habido en el pasado, sino los que faltan para terminar la epidemia en ausencia de cura o vacuna. El número estimado de muertes totales al final de la epidemia cambia dramáticamente según el supuesto que se haga acerca de porcentaje de asintomáticos. Siendo tan determinante ese parámetro, es imperativo profundizar la investigación para reconfirmar su valor y establecer si eventualmente varía con la edad.