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La brecha entre pobreza y afiliación al régimen subsidiado

Septiembre 2016
Autores: Sergio I. Prada & Johan S. Loaiza

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El Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) colombiano se creó bajo el principio de solidaridad, de acuerdo con el cual los individuos aportan según su capacidad de pago y reciben servicios de acuerdo con sus necesidades de salud. También, desde su creación se planteó la protección financiera como un objetivo del mismo. La separación del SGSSS en los regímenes Contributivo y Subsidiado, respondió al origen y monto de los recursos de cada uno. Las contribuciones de patronos y empleadores obligatorias eran la gran fuente del Contributivo y las transferencias municipales y otros recursos públicos la gran fuente del Subsidiado. Este último atendería a la población “más pobre y vulnerable”.

El instrumento escogido para realizar la selección de los potenciales afiliados al recién creado régimen de salud fue el Sisben[1], cuyo diseño técnico fue previo a la aprobación de la Ley 100, en el marco de la nueva constitución, con el propósito de “proveer a los gobiernos locales de un instrumento técnico para focalizar el  gasto social hacia los hogares más pobres y vulnerables” (Vélez, Castaño & Deutsch, 1999). El SISBEN tiene un índice que busca reflejar el nivel de bienestar económico de los hogares (Castaño citado por Bottia, Cardona-Sosa & Medina, 2012), según el puntaje del índice calculado para un hogar, este es clasificado en uno de 6 niveles de bienestar (de inferior a mejor condición socioeconómica). Específicamente, los dos primeros niveles están asociados con los grados de mayor intensidad de la pobreza[2], siendo las familias clasificadas en estos niveles, elegibles para ser afiliadas al régimen subsidiado. Sólo en casos muy excepcionales, los hogares clasificados en el nivel tres pueden ser también afiliados al régimen subsidiado. Así las cosas el volumen de personas en el régimen subsidiado y el volumen de personas en pobreza deberían coincidir o al menos estar en ordenes de magnitud similar.

La Tabla 1 presenta los números totales de personas clasificadas en situación de pobreza monetaria y de afiliados al régimen subsidiado, para un conjunto de 24 departamentos más Bogotá. Como se evidencia en la última columna, existe una brecha entre ambas poblaciones para todas las observaciones, lo que implica la presencia de personas beneficiarias del SGSSS a pesar de no encontrarse en situación de pobreza por ingresos. Los departamentos de Antioquia y Valle del Cauca son los que presentan las poblaciones más numerosas, al igual que, las brechas más grandes: 898.594 y 866.880 personas, respectivamente. El Archipiélago de San Andrés, si bien reporta la diferencia absoluta menos significativa, 12.879 afiliados, esta brecha supera substancialmente la población en situación de pobreza del departamento (5.572 personas). El acumulado de estos 24 departamentos más la ciudad de Bogotá muestra para 2015 una brecha de más de nueve millones de personas.
Brecha entre personas en situación de pobreza monetaria vs
población total afiliada al régimen subsidiado
Fuentes:
DANE: Encuesta Continua de Hogares (2002-2005) y Gran Encuesta Integrada de Hogares (2008-2015). Información disponible para 24 departamentos y Bogotá D.C. Período: 2015. Estimaciones de población 1985 – 2005  y proyecciones de población 2005 – 2020. Total departamental. Período: Abril, 2015.
Fondo de solidaridad y garantía (FOSYGA) – Base de Datos Única (BDUA): Reporte afiliados activos, suspendidos e interrumpidos,  por departamento. Información disponible para 32 departamentos y Bogotá D.C. Período: Abril, 2015.
 
La brecha señalada constituye evidencia parcial[3] del error de inclusión de los esquemas de focalización de los subsidios del SGSSS, es decir, de la elección equivocada de personas no pobres como afiliados al régimen subsidiado. De acuerdo con Mkandawire (citado por Bottia, Cardona-Sosa, & Medina, 2012)  las razones que podrían explicar este tipo de error de la focalización, están en su mayoría estrechamente relacionadas con la existencia de incentivos perversos a actuar estratégicamente para beneficiarse. Así mismo, como lo afirma Fresneda, la falta de actualización o seguimiento del Sisben y los errores en la captación de datos son otras razones posibles.
 
Aunque las estadísticas presentadas en la tabla puedan ser imprecisas en algunos miles de personas, queda claro que la brecha entre el número de pobres y el número de personas que reciben un subsidio del 100% en su afiliación al sistema de salud de Colombia esta por el orden de los millones. Esto es evidencia de una ineficiencia enorme del sistema de regulación y de rectoría en la financiación del mismo. La depuración y actualización de las bases de datos del régimen subsidiado es urgente. Allí hay una suma importante de recursos financieros que el sistema tanto necesita para garantizar su sostenibilidad. Un cálculo simple a mano alzada muestra que si se incorporaran por lo menos un millón ochocientos mil hogares, cuya contribución fuera de $27.578 pesos mensuales, correspondiente al 4% de un salario mínimo legal vigente para 2016 ($689.454), se recaudaría anualmente cerca de 600 mil millones de pesos adicionales de forma permanente.
 


Bibliografía

Bottia, M., Cardona-Sosa, L., & Medina, C. (2012). El SISBEN como mecanismo de focalizacion individual del regimen subsidiado en salud en Colombia: ventajas y limitaciones. Revista de Economíıa del Rosario, 15(2), 137-177.
Fresneda, Ó. (2003). La focalización en el régimen subsidiado de salud: elementos para un balance. Revista de Salud Pública, 5(3), 209-245.
Vélez, C., Castaño, E., & Deutsch, R. (1999). Una Interpretación Económica del Sistema de Focalización de Programas Sociales: El caso SISBEN en Colombia. Coyuntura Social (21).


[1] Debe aclararse que el SISBEN no es el único criterio para la selección de los beneficiarios al Régimen Subsidiado, dado que el primer filtro para ser elegible es la pertenencia a una población definida como especial: niños abandonados, personas indigentes, población desplazada, comunidades indígenas, ex miembros de Grupos Armados (desmovilizados), Madres Comunitarias, adultos mayores abandonados, o población rural migrante (Bottia, Cardona-Sosa, & Medina, 2012).
[2] La pobreza medida simultáneamente por los métodos de ingresos (línea de pobreza).
[3] Parcial por el hecho de compararse exclusivamente con la tasa de incidencia de la pobreza medida por ingresos, mientras que el índice del Sisben combina simultáneamente la medición por línea de pobreza y necesidades básicas insatisfechas (NBI). Adicionalmente, el criterio de población vulnerable, por motivos no exclusivamente económicos, tampoco está contenido en la tasa de incidencia de la pobreza.

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