Según una encuesta del Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM); el 26% de las mujeres de Tumaco han migrado a otra región o país a trabajar, lo que equivale a una de cada cuatro. Esta cifra es alta si se tiene en cuenta que el promedio mundial de migración por trabajo ronda el 4%; según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La historia de Milena y su llegada a Cali estuvo atravesada por la decepción. En Tumaco, una ciudad de Nariño donde la gente hace la vida al lado del océano Pacífico; Milena terminó sus estudios como maestra de preescolar y no logró conseguir un trabajo distinto al de empleada doméstica.
Según lo manifestado por Milena tras su llegada a Cali; «me vine a la deriva a buscar un empleo. Los primeros días sufrí muchas necesidades, pero luego una prima me ayudó a encontrar el trabajo donde estoy desde hace dos años, como empleada en una casa de familia”.
En su trabajo como empleada doméstica en Tumaco, Milena ganaba menos de $600.000 mensuales. En Cali, en cambio, recibe un salario mínimo, más las prestaciones sociales. “Sin embargo, también hay desventajas… Me toca pagar arriendo, en mi ciudad no. Pero yo estoy en Cali para buscar un mejor futuro para mi familia y mi hijo, por eso no importa que tenga que trabajar todo el día y no me quede tiempo para nada más”.
Para la docente e investigadora Lina Buchely, directora del Observatorio para la Equidad de las Mujeres, “En Tumaco, las mujeres migran, sobre todo, para trabajar como empleadas del servicio doméstico, niñeras o enfermeras, y dejan a sus hijos con las abuelas o con personas de la tercera edad. El hecho de que tengan que viajar para trabajar cuidando a otros nos habla de relaciones asimétricas entre mujeres y de una alta vulnerabilidad”.
Milena tiene momentos en los que añora estar de nuevo junto al mar, en su Tumaco. La vida del Pacífico, tan distinta y tan distante, la pone en dualidades que resuelve con pragmatismo: sabe que migró por un trabajo que le permite generar ingresos para ella y para su familia. “Aunque estoy acá en busca de un mejor futuro, en momentos uno termina siendo como esclavo y no le queda tiempo para nada. Me desgasto demasiado limpiando esas casas tan grandes. A veces me dan ganas de irme para mi casa, tal vez estudiar algo distinto…”.
Otros datos de interés, según la encuesta aplicada a 574 mujeres de San Andrés de Tumaco:
• El 54% de las mujeres tienen un empleo por el cual reciben remuneración. De ellas, el 87% gana menos de un salario mínimo.
• El 34% de las mujeres no tienen tiempo para actividades de ocio o autocuidado.
• Siete de cada diez mujeres en Tumaco se consideran pobres.
• El 38% de las tumaqueñas viven con niños o niñas menores de cinco años, lo que repercute en las cargas de cuidado que deben asumir.