El día 27 de julio del 2021, durante el segundo día de Matileo, el departamento de Lenguaje programó un taller de competencias en el que los integrantes del equipo “Los Champiñones” asumieron el reto de redactar un párrafo acerca de su posición frente al tema de la importancia de continuar fortaleciendo los procesos de lectura, escritura y oralidad cuando estudiamos en la universidad. En medio de ideas, debates y anécdotas, los integrantes del team determinaron que maximizar estas capacidades puede ser beneficioso para los distintos aspectos de la vida cotidiana que se expanden más allá de las responsabilidades universitarias, y que son necesarios dentro del día a día cómo parte de la sociedad.
En ese sentido, el grupo de Luisa Castaño, Salvatore Brusatin y Pablo González, afirma que: “Los procesos de lectura, escritura y oralidad son fundamentales para los universitarios, ya que estos procesos ayudan en el desarrollo humano para la obtención de habilidades que pueden ser usadas en varias ocupaciones, ya sean personales o laborales. No se puede negar que la lectura muchas veces aburre a las personas; sin embargo, esta es importante para fortalecer la expresión oral y escrita, y, sobre todo, es una de las mejores formas para la adquisición de conocimiento. Asimismo, la escritura ayuda a desarrollar la atención, concentración, organización y la memoria, que no solo nos van a servir en la vida universitaria, sino el resto de nuestras vidas y en especial en el ámbito laboral. Por último, la oralidad es crucial en los procesos socioculturales, ya que ayuda en la divulgación de creencias, doctrinas, información y muchos otros asuntos.”
Por su parte, Michael Viertel, Duvan Montilla, Samuel Coley y Juan Andrés Palacios, comentan que: “Durante la universidad se desarrollan varias habilidades, entre estas se encuentran las del campo de la comunicación. Fortalecer los procesos de lectura, escritura y oralidad permite desarrollar y potenciar habilidades en torno a la comunicación; estas cualidades permitirán que los estudiantes tengan una mayor capacidad para transmitir información. Además de esto, desarrollar estas capacidades también cambiarán los otros aspectos educacionales en la vida, ya que permitirá que se entienda de manera más concreta los textos, y por ende, se profundice el aprendizaje.”
Por otro lado, Daniela Collazos, Diana Ramírez, Samantha Agredo y Jaime Andrés, señalaron que: “Desde nuestra infancia nos enseñan a leer, a escribir, y a hablar de una forma superficial; sin embargo, a medida que transcurre el proceso educativo es necesario tener en cuenta que hay más profundidad en estos temas y que nos falta practicar más. Por tanto, es importante el fortalecimiento continuo de estas habilidades no solo en la vida universitaria sino también en el aspecto profesional. Esto produce una comunicación efectiva y asertiva. La práctica constante de la lectura, escritura y oralidad lleva al usuario a un nivel más alto de entendimiento y expresión.
Asimismo, Viviana Luna, Juana Jaramillo, Juan Girón, Sebastián Correa y Haydeer Castro, explican que: “Para la sociedad actual es relevante fortalecer los procesos comunicativos en función de convertirnos en buenos profesionales. Esto debido a que en algunas ocasiones las competencias previas que adquirimos en el colegio son deficientes, por lo que deben ser potenciadas, aún más si se busca mejorar la capacidad de expresarse asertivamente, ser buenos oradores, escritores y trabajar mejor en equipo, características necesarias en cualquier campo laboral. Además, es imprescindible para el acercamiento y la comprensión de los fundamentos teóricos de nuestras carreras. En resumen, es importante implementar y mejorar todas estas herramientas comunicativas para lograr un mayor rendimiento dentro de la universidad y tener éxito a nivel profesional una vez terminado este proceso.”
Al finalizar la actividad, se reafirmó la idea que la oralidad, la lectura y la escritura implican la capacidad de comunicar en el terreno del saber ser y el saber hacer. Pensar en este sentido conduce a analizar en qué se dice y cómo se dice, el por qué se dice y el para qué se dice, tanto en la oralidad como en la escritura y la lectura, lo que condiciona el tratamiento de intenciones y finalidades comunicativas adecuadas a la situación de comunicación que se le presenta al emisor. Así, podemos decir que los estudiantes de nuevo ingreso son conscientes de la importancia del desarrollo de estas competencias en el proceso formativo que están por comentar en la universidad.