Luego de una mañana llena de nuevos aprendizajes y actividades relacionadas con la lectura, llegó el momento de aplicar las herramientas que el profesor y las monitoras habíamos transmitido para asumir el reto de producir un texto. El equipo “Buenaaas buenaaas” se dividió en cuatro grupos que debían redactar las razones por las que es importante continuar fortaleciendo las habilidades en lectura, escritura y oralidad en nuestro paso por la universidad. De esta manera, reflexionaron sobre lo que habían aprendido por la mañana y lo que vendría en la segunda parte de los talleres dirigidos por el Departamento de Lenguaje.
El primer equipo conformado por Catalina Argoti, Daniela Machado, María de los Ángeles López y María Gabriela Navarrete resaltaron la integridad de las herramientas comunicativas, por lo que afirman que “La importancia de fortalecer la lectura, la escritura y la oralidad en la universidad es que son actividades insustituibles que vamos a ejercer en cada momento de nuestra vida. La lectura es necesaria para conocer el mundo, nos ayuda a desarrollar niveles más altos de concentración y nos entrena para organizar de mejor forma las ideas. Las tres habilidades en conjunto nos permiten mantener una comunicación más asertiva como receptores y como emisores, lo cual es fundamental, porque nos va a permitir comunicarnos efectivamente en los distintos contextos de nuestra vida personal y profesional. En conclusión, la lectura, la escritura y la oralidad, como herramientas del lenguaje, constituyen la fórmula perfecta para incrementar el aprendizaje y el desarrollo en general, lo cual facilitará nuestro camino por la universidad y nos dejará aprendizajes de por vida.”
Por otro lado, Gabriel López, Dana Fujisaka, Mariana y Miguel Vanegas se enfocaron en la mejora de nuestras habilidades comunicativas, en su párrafo señalaron que “Es importante seguir desarrollando la lectura, la escritura y la oralidad en la universidad porque estos tres procesos mejoran nuestra forma de comunicarnos con otros y vuelven más efectivo el intercambio de conocimiento. Por un lado, la escritura será fundamental para redactar con claridad textos académicos, bien sean ensayos, bien sean tesis o cualquier escrito similar. Asimismo, el hábito de la lectura nos permite mejorar las habilidades de reflexión y potenciar nuestra capacidad cognitiva. Por último, la oralidad es de gran relevancia para el intercambio de conocimientos, ya que las interacciones en el aula se realizan de forma oral. Concluimos, entonces, que estas tres habilidades son indispensables para comunicarnos efectivamente en la universidad.”
Por su parte, David Gómez, Jacobo Aristizabal, Luisa Urrea y Verónica Zamudio propusieron que “Es muy importante continuar desarrollando los procesos de lectura, oralidad y escritura en la universidad porque mejoran nuestra forma de expresarnos y de hacernos entender por los demás. La lectura es una de las actividades más importantes para el aprendizaje debido a que, leyendo, podemos aprender conceptos, ideas y opiniones que nos ayudarán a mejorar la formulación y comunicación de nuestras propias ideas. La oralidad es la forma de comunicación diaria del ser humano, por lo tanto, seguir aprendiendo diferentes palabras o expresiones enriquecerá nuestro léxico y volverá más fluida nuestra comunicación cuando expliquemos algún tema y cuando escuchemos a personas con criterios distintos al nuestro. La escritura es otro medio para expresarnos de forma clara y es necesario practicarla cada día, puesto que la vamos a necesitar cuando entremos al campo laboral. Podemos concluir que los procesos de lectura, oralidad y escritura, además de ser necesarios para la universidad, lo son para nuestra vida diaria; el enriquecimiento constante de esas tres competencias nos será muy útil para desenvolvernos en diferentes situaciones, tanto cotidianas como profesionales.”
Así fue como concluimos una sesión llena de reflexiones y nuevas herramientas que le permitirán a los estudiantes continuar con el fortalecimiento de la lectura, escritura y oralidad, las cuales por unanimidad consideramos que van más allá de la vida académica. Estos procesos comunicativos los aprendemos en la academia, pero nos preparan para la vida.