El proyecto fue muy cuestionado, razón por la cual la compañía decidió frenó esta solución.
“Creemos firmemente que es mejor que los padres tengan la opción de darle a sus hijos el acceso a una versión de Instagram diseñada para que puedan supervisar y controlar la experiencia en vez de depender de la capacidad de la aplicación de verificar la edad de chicos que son demasiado jóvenes como para tener un documento de identidad”, explicó.
“Si bien mantenemos la necesidad de desarrollar esta experiencia, decidimos hacer una pausa en el proyecto”, dijo.
La suspensión permitirá hacer consultas a padres, expertos, políticos y organismos reguladores para escuchar sus preocupaciones “y demostrar el valor y la importancia del proyecto”, afirmó Mosseri.
La “Campaña para una niñez no comercializada” atacó a Instagram por su “incansable enfoque en la apariencia” y alegó que “los niños más chicos están menos desarrollados para manejar esos desafíos” que los adolescentes.
La decisión de detener la nueva aplicación fue tomada cuando Facebook batalla contra un aluvión de efectos de reportes del diario The Wall Street Journal que revelaron que las investigaciones de la propia compañía mostraron que sabían del daño que Instagram podría generar en la salud mental de las adolescentes.
Facebook replicó que esos estudios detallaron tanto las experiencias positivas como las negativas de los jóvenes en las redes sociales.