2020 ha sido un año durísimo para la gran mayoría de sectores, entre ellos el publicitario. La inversión en marketing y publicidad ha sufrido un duro golpe con la llegada de la pandemia del coronavirus, una situación sin precedentes que se tradujo en recortes en los presupuestos de las marcas. No obstante, con la llegada del fin de año y la mirada puesta en 2021, parece que la industria comienza a ver la luz al final del túnel.
Estas plataformas tienen cada vez más peso para las marcas. Ya en 2017, las compañías y compradores de medios destinaron 54.400 millones de dólares a publicidad en social media a nivel mundial, tal y como recoge la Encuesta Global de Consumidores de Statista. Una cifra que, en los dos siguientes años, se elevó un 57% y llegó a los 85.700 millones.
Entre enero y marzo de 2020, la publicidad digital global tuvo que hacer frente a una caída significativa, pero se recuperó en el segundo y tercer trimestre. Se espera que la inversión en redes sociales llegue a los 91.300 millones de dólares en 2020, es decir, un 6,5% más que en 2019. El crecimiento del gasto en publicidad en buscadores será del 16% y alcanzará los 172.200 millones en 2021.
El gasto medio por usuario de redes sociales ascenderá, según previsiones, a 31,90 dólares en 2020, algo más que en 2019. En cinco años se espera que la cantidad se eleve a los 36,67 dólares.
Statista también muestra que en el año 2017 el 71% de la inversión destinada a la publicidad en redes sociales fue en dispositivos móviles, alcanzando el 79% en 2020. Se espera que la publicidad móvil llegue al 80% en 2021 y al 83% en 2025.
Por mercados, Estados Unidos es líder en inversión en redes sociales, con una previsión de 37.800 millones de dólares en 2020, un crecimiento del 4,5% respecto al pasado año. En 2021, las previsiones indican que llegará a los 44.100 millones. Tras EE.UU. se encuentra China con un gasto de 24.900 millones en 2020, un crecimiento del 11,3%. Reino Unido (5.700 millones), Japón (2.400 millones) y Australia (2.000 millones), completan el top 5.