Mientras los productos de naturaleza sostenible son normalmente más onerosos que los convencionales (y agujerean, por ende, el bolsillo del consumidor), los artículos de segunda mano redundan no solo en favor del medio ambiente sino que son también notablemente más baratos. No obstante, y pese a los productos de segunda mano son simultáneamente más sostenibles y más económicos (el consumidor es perfectamente consciente de esta doble ventaja), poca gente se rinde a día de hoy a los encantos de una tendencia que dista aún mucho de ser «mainstream».
Así se colige al menos de un reciente estudio llevado a cabo por el proveedor de servicios financieros Klarna en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. El informe de Klarna, que colocó bajo la lupa a más de 3.000 consumidores, se concentró en la moda y en la electrónica de consumo, dos segmentos en los que la economía circular que propugna la segunda mano tiene potencialmente muchísimo peso.
El 69% de los consumidores espera ahorrar dinero cuando decide comprar ropa de segunda mano o en su defecto reparar o alquilar prendas (algo que algunos de los clientes consultados por Klarna han hecho ya en primera persona). Y en esta misma línea, el 66% de los consumidores ha ahorrado dinero o espera hacerlo al decantarse por la opción de comprar artículos de electrónica de consumo de segunda mano.
La compra de artículos de segunda mano tiene la vitola de ser un hábito de consumo especialmente popular entre los consumidores menores de 35 años. No en vano, el 83% de los consumidores de entre 25 y 34 años cree en el poder de ahorro de la ropa de segunda mano, un porcentaje que se desploma, en cambio, hasta el 52% en el caso de lo consumidores mayores de 55 años.
La compra de productos de segunda mano dista aún mucho de ser una tendencia «mainstream»
Así y todo, si bien el consumidor es plenamente consciente de los beneficios en el plano financiero del mercado de segunda mano, no actúa necesariamente en consecuencia. Y aunque el 45% de los consumidores tiene el convencimiento de que un dispositivo electrónico reacondicionado puede ser tan bueno como uno nuevo, el 71% confiesa que no reparó su teléfono móvil la última vez que este se averió. Y este mismo proceder se aplica igualmente a otros dispositivos electrónicos.
El estudio de Klarna concluye, que pese a las ventajas potenciales solapadas al mercado de segunda mano, la compra de artículos usados es un comportamiento aún bastante poco común entre los consumidores. En 2023 el 70% de los consumidores compró, por ejemplo, artículos exclusivamente nuevos en el ramo de la moda. Y este porcentaje escala hasta el 82% en el caso de los móviles, las tabletas y los portátiles y hasta el 87% en el caso de otros productos de electrónica de consumo.
En este sentido, el mercado de segunda mano es dueño de muchísimo potencial que no ha sido convenientemente explotado hasta la fecha. Los centennials son quienes más dan fuelle a esta tendencia y están, de hecho, tres veces más prestos a comprar productos de electrónica de consumo que los consumidores de más de 55 años.
A la lenta adopción del mercado de segunda mano está contribuyendo la creciente conciencia que tiene el consumidor sobre el impacto en el medio ambiente de sus hábitos de compra. Más de una tercera parte de los consumidores confiesa tener una mayor preocupación por su propia huella ecológica. Y el 54% de los consumidores confiesa, de hecho, no tener interés alguno en poseer los dispositivos tecnológicos más avanzados.
En su investigación Klarna analizó asimismo las razones por las que los consumidores no hacen gala de hábitos de consumo más sostenibles. El 57% de los consumidores se lamenta, por ejemplo, del elevado coste de reparar los productos de electrónica de consumo. Y el 33% critica asimismo que la reparación de productos de electrónica de consumo no es a menudo realmente viable. En el ramo de la moda la viabilidad (31%), la conveniencia (30%) y la utilidad (27%) son citadas como las principales barreras a la hora abrazar hábitos de compra más sostenibles. En el caso de las prendas de segunda mano en particular, la depreciación de la ropa es contemplada asimismo como un importante obstáculo. El 21% de los consumidores se refiere a la merma en el valor de la ropa de segunda mano y el 27% esgrime idéntico argumento a la hora de revender productos usados de electrónica de consumo.
Fuente: https://www.marketingdirecto.com/marketing-general/trasformacion-sostenible-mut/segunda-mano-da-respiro-bolsillo-planeta-consumidor-asfixia