El mundo gasta 423.000 millones de dólares al año en subsidios a los combustibles fósiles. Una cantidad cuatro veces superior a la que se necesita para ayudar a los países pobres a hacer frente a la crisis climática, uno de los puntos a tratar en la conferencia mundial sobre el clima (COP26) que se celebra del 1 al 12 de noviembre en Glasgow.

La cantidad que se gasta directamente en estos subsidios podría sufragar las vacunas contra la Covid-19 de todas las personas del planeta o financiar tres veces la cantidad anual necesaria para erradicar la pobreza extrema en el mundo. “La pandemia ha dejado al descubierto aspectos obsoletos de la economía mundial. Entre ellos, el hecho de que el mundo siga gastando miles de millones de dólares en subsidios a los combustibles fósiles, mientras cientos de millones de personas viven en la pobreza y la crisis climática se acelera. Ante este contexto, debemos preguntarnos si subsidiar los combustibles fósiles es un uso racional del dinero público”, explica el administrador del Programa de Nacionales Unidas para el Desarrollo (PNUD), Achim Steiner.

Para destacar los efectos enormemente negativos que tienen los subsidios a los combustibles fósiles en las personas y el planeta, el PNUD ha producido un corto como parte de una nueva campaña en la que uno de los animales extintos más conocidos del mundo, un dinosaurio, pronuncia un elocuente discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La campaña “No elijas la extinción” cuenta con una plataforma de inteligencia colectiva, Global Mindpool, para ayudar a abordar los problemas más importantes de nuestro tiempo: la emergencia climática, la crisis de la naturaleza y la desigualdad. Global Mindpool pretende así apoyar al PNUD a fin de informar y preparar mejor a los responsables de las políticas en los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado.