Elon Musk, el mesías de Twitter que acabó convirtiéndose en su Judas

Elon Musk, el mesías de Twitter que acabó convirtiéndose en su Judas

Desde que se descolgó con el anuncio de comprar Twitter, lo cierto es que no estuvo nunca del todo claro lo que Elon Musk quería hacer de verdad con la red social.

Muchos contemplan a Elon Musk como una suerte de Mesías de la industria tecnológica. Sin embargo, el supuesto redentor de Silicon Valley ha hecho saltar en mil pedazos su cacareado acuerdo para comprar Twitter por 44.000 millones de dólares. Y en Tesla, la joya de la corona del empresario sudafricano, los problemas se amontonan desde hacer tiempo.

El naufragada adquisición de Twitter por parte de Elon Musk pone de nuevo en primer plano los inicios (no del todo halagüeños) del CEO de Tesla como emprendedor, cuando era complicado dilucidar si era realmente el genio que sus prosélitos juraban y perjuraban que era o era meramente un farsante.

¿Actúa realmente Musk movido por sus cuitas medioambientales y desea de verdad promover el cambio a las energías renovables para dar un respiro al asfixiado planeta Tierra? ¿Busca efectivamente dar alas a la libertad de expresión en Twitter? ¿O la verdadera y única obsesión de Musk pivota en torno al poder y el dinero?

Desde que se descolgó con el anuncio de comprar Twitter, lo cierto es que no estuvo nunca del todo claro lo que Musk quería hacer de verdad con la red social del pájaro azul, una plataforma que distaba además de estar en la cresta de la ola y llevaba languideciendo desde hace años. Resultaba inevitablemente chocante que un hombre como Musk, cuyo punto fuerte fue siempre levantar desde cero los cimientos de nuevas y revolucionarias compañías como Tesla y SpaceX, fijara de repente la mirada en red social decadente como Twitter. Si al sudafricano jamás se le hubiera pasado por la cabeza comprar viejos titanes automovilísticos como Chrysler o Ford para dar fuelle a la eMovilidad, ¿por qué iba hurtar su atención una empresa como Twitter?

El plan de Elon Musk de hacer volver a Donald Trump cual hijo pródigo a Twitter estaba igualmente condenado a fracasar estrepitosamente. La red social bloqueó de manera permanente al que fuera presidente de Estados Unidos en sus dominios desde que procurara soporte a quienes asaltaron el Capitolio de enero de 2021. Y ni siquiera Trump recogió el guante que tuvo a bien arrojarle Musk.

Elon Musk se precipitó a todas luces comprando Twitter y dar ahora la espantada es tan irresponsable como caprichoso

Contemplada en retrospectiva, la oferta de Musk para comprar Twitter por 44.000 millones de fue tan elevada como precipitada. Al fin y al cabo, los títulos de las grandes empresas tecnológicas se han sumido en el abismo en el transcurso de los últimos meses, explican Alexander Demling y Simon Hage en un artículo para Spiegel.

Si el CEO de Tesla se hubiera tomado el tiempo realmente necesario para poner a punto una megacompra de semejantes dimensiones, hoy habría pagado probablemente por Twitter la mitad. ¿Lo peor de todo? Que para más inri la fortuna de Elon Musk se ha visto seriamente menguada en los últimos meses por la pérdida de valor en la bolsa de Tesla.

El hecho de que Musk y sus abogados se escuden ahora en la información supuestamente falsa suministrada por Twitter para dinamitar el acuerdo parece una excusa excesivamente barata. El sudafricano deberá además afrontar ahora una farragosa batalla legal de la que no tiene demasiadas papeletas para salir airoso.

El tiempo y la energía que Musk ha gastado en los últimos meses en Twitter habría sido a todas luces mejor invertido en Tesla, que después de varios trimestres anunciando resultados de récord ha sufrido varios reveses en los últimos tiempos.

En China el fabricante de vehículos eléctricos se está topando de bruces con el rígido control de la pandemia por parte de las autoridades. Y en su patria chica, Estados Unidos, la NHTSA está investigando hasta qué punto el piloto automático de los automóviles de Tesla podría haber causado accidentes de tráfico.

Además, y como los problemas nunca vienen solos, Tesla deberá solventar un problema de software en más de 59.000 vehículos distribuidos por todo el mundo.

Es más evidente que Tesla, otrora una suerte de niño prodigio ajeno a los dislates, necesita ahora mucho más a Elon Musk que Twitter.

Fuente: https://www.marketingdirecto.com/digital-general/social-media-marketing/elon-musk-mesias-twitter-acabo-convirtiendose-judas