El reemplazo del icónico logo “I Love NY” de Milton Glaser hacer emerger a una furiosa turba de “haters”

El reemplazo del icónico logo “I Love NY” de Milton Glaser hacer emerger a una furiosa turba de “haters”

Los neoyorkinos reniegan del nuevo logo de Nueva York, pensado para la reactivación del turismo en la Gran Manzana tras la pandemia, y lo están asaeteando a críticas en las redes sociales.

Allá por los años 70 el legendario diseñador gráfico estadounidense Milton Glaser alumbró una campaña turística para el estado de Nueva York que incluía el icónico logotipo «I Love NY», el emblema que cambiaría para siempre las tiendas de souvenirs en la Gran Manzana. Y ahora casi 50 años después emerge una nueva campaña que bebe de algún modo de la magia de la campaña rubricada por Milton Glaser en 1977, pero que viene acompañada lógicamente de unos cuantos cambios, unos cambios que no han gustado, por cierto, un pelo a los neoyorkinos.

 

 

El nuevo logo «We Love NYC» nace con la vocación de capturar el espíritu de la ciudad de Nueva York y, según sus creadores, es la versión adaptada al siglo XXI de la celebérrima campaña lanzada en 1977.

Sin embargo, los neoyorkinos reniegan de las supuestas bondades del nuevo emblema, pensado para la reactivación del turismo en la ciudad de Nueva York tras la pandemia, y lo están asaeteando a críticas en las redes sociales.

¿Un actualización innecesaria de un icono?

La mayor parte de los neoyorkinos comparten su desdén por la estética del nuevo logo de su ciudad, que califican de «inexcusablemente malo en muchos sentidos«. En Twitter algunos consideran que el logo de la discordia es «una afrenta para una gran ciudad como Nueva York». E incluso la prestigiosa revista New York Magazine no ha dudado en vilipendiar el nuevo logo de la Gran Manzana.

Por su parte, la escritora neoyorkina Cindy Augustine admite que, aunque puede conectar de alguna manera con el reemplazo del «I» (Yo) por el «We» (Nosotros) en el logo, el resultado es del todo embarazoso y da la sensación de ser un diseño a todas luces apresurado.

«Lo odio», afirma con contundencia Benjamin Liong Setiawan, un periodista afincado en Nueva York desde hace 20 años. «Si quieren hacer algo, deberían haber tomado una dirección totalmente diferente en lugar de actualizar un clásico«, subraya Liong Setiawan en declaraciones a The Washtington Post.

También quienes no son neoyorkinos de pura cepa abjuran deliberadamente del nuevo logotipo de Nueva York. «Es una actualización que nadie ha pedido», subraya John Beeler, presidente y fundador de la empresa de viajes de lujo Altitude Luxury Experiences. «¿Por qué modificar una marca que es identificable en todo el mundo?», se pregunta.

«Creo que la gente está especialmente furiosa porque el nuevo logo es una especie de reemplazo del emblemático ‘I Love New York’ de Milton Glaser, pero sin un ápice de alma y estilo«, dice Dan Cassaro, un vecino de Brooklyn cuya parodia en Twitter del nuevo logotipo de Nueva York ha alcanzado la viralidad en la red social del pajarito.

Así y todo, el logo no sale del cascarón con la intención del reemplazar al antiguo. Es simplemente un complemento contemporáneo del anterior, subraya Maryam Banikarim, autora del nuevo emblema de Nueva York junto a su equipo de MaryamB en colaboración con el director de arte Graham Clifford y las agencias Founders y Grain Group.

Banikarim insiste en que todos y cada uno de los cambios implementados en el emblema han sido deliberadamente intencionados (y cuidadosamente pensados). Y asegura que la tipografía del nuevo logo se inspiró en las fuentes tipográficas utilizadas por el suburbano neoyorkino.

En cuanto a la controvertida integración en el logo de un corazón muy similar en su estética al de un emoji, Banikarim enfatiza que vivimos en un mundo en que los emoticonos han terminado erigiéndose en un lenguaje universal. Y la adición de la «C» a «NY» es para dejar claro que el emblema está enfocado a la ciudad de Nueva York y no al estado de Nueva York.

A Banikarim no le han sorprendido en todo caso las furibundas críticas recibidas por el nuevo logo de Nueva York. «Lo que más me gusta precisamente de los neoyorkinos es que opinan sobre todo y sobre todos», recalca. Banikarim acepta, por lo tanto, de buena gana sus críticas (que están, al fin y al cabo, fuertemente imbricadas en su ADN), pero invita también a los neoyorkinos a promover la participación ciudadana agazapada en las entrañas del nuevo logo (quizás soslayada por los vituperios recibidos por el diseño).

Fuente: https://www.marketingdirecto.com/marketing-general/tendencias/reemplazo-iconico-i-love-ny-desata-ola-odio