Presetado por los estudiantes de la clase de Individuo, Consumo y Sociedad: Jose David Hernández Guevara, Juan Esteban Rivas Correa, Cesar Velasco Jiménez, Isabella Valderruten, Nelson Ospina Mosquera y Natalia Orejuela.
En los últimos años, la aparición de las redes sociales, ha tenido gran influencia en el curso de la historia de la humanidad y en la forma en la que se percibe el consumo de bienes, servicios y productos. Tiktok, la red social con mayor tasa de crecimiento en los últimos años, cuenta con más de mil cincuenta y un millones de usuarios activos al mes y ha contribuido de manera exponencial a impulsar las tendencias globalmente. La plataforma, se ha encargado de promover actitudes de consumo frenéticas a través de productos que, únicamente por ser “virales”, llegan a ser consumidos sin ser evaluados previamente. Sin embargo, este consumo desmedido también ha estimulado en algunas personas el deseo de evaluar rigurosamente cada uno de los productos que se consumen, con el fin de generar mas conciencia en el proceso de compra.
La nueva tendencia llamada “Deinfluencing”, consiste en animar a los usuarios a no gastar su dinero en productos virales. La tendencia, es una respuesta natural a la cultura de consumo impulsado por la publicidad en las redes sociales y puede ser una señal de un cambio en la forma en la que los usuarios perciben e interactúan con TikTok. Es decir, los influencers, en vez de vender, comparten sus arrepentimientos y dan consejos sobre productos que no valen la pena. El hashtag “deinfluencing” ya cuenta con más de 170 millones de videos y ha estado creciendo constantemente en los últimos meses.
Esta nueva tendencia sugiere un problema para la publicidad y el marketing digital, ya que, algunos expertos creen que esta tendencia podría marcar el fin de la era de la “publicidad fácil” en la economía del marketing de influencers. Que alcanzó los $16.4 mil millones en 2022; lo curioso es, que al tratarse de creadores de contenido de poco alcance, se corren menos riesgo de conflicto con las empresas, permitiendo críticas no condicionadas por ningún factor más allá de la experiencia misma con el producto. De esta manera, nace una nueva masa de Desinfluencers, que permitirían a los consumidores contar con ambas caras de una misma propuesta comercial, sumando nuevos desafíos a las empresas que ahora deberán superar las opiniones abiertas y más realistas de sus productos el mercado.
En pocas palabras, casos como estos permiten invalidar la premisa general de que las generaciones actuales son más manipulables, ya que, al generalizar se estaría negando el trabajo de quienes se han sumado a esta tendencia. Aun así, se sabe que este movimiento está surgiendo, no solo para reducir el consumismo impulsivo, sino también como respuesta a la saturación de influencers. Esta generación, así como las anteriores, se adapta constantemente a los cambios, tiende a ser analítica y tiene mucho que ofrecer. Casos como este se están encargando de demostrarlo.
La sociedad actual se esta transformando, y como consumidores mas objetivos, críticos y responsables con el medio ambiente, buscamos fomentar cambios en la sociedad que no permita continuar con el consumo desmedido que tanto ha caracterizado a las últimas décadas.