Líderes hay muchos en el seno de las organizaciones, pero personas que encarnen lo que de verdad significa el liderazgo (con mayúsculas) hay bastante pocas. Está claro que los buenos líderes son un bien más bien escaso en el universo empresarial, pero ¿qué rasgos debe atesorar una persona para encarnar la quintaesencia del mejor liderazgo?
Sunnie Giles, que es especialista en ciencias el comportamiento en las organizaciones y consultora de desarrollo de liderazgo, colocó bajo la lupa a 195 líderes de más de 30 empresas en 15 países diferentes. Y les solicitó que eligieran las que eran a su juicio las 15 competencias de liderazgo más importantes en una lista de más 74 atributos diferentes.
A continuación, Giles, que ha dado cuenta de los resultados de su investigación en la publicación Harvard Business Review, agrupó las competencias que habían logrado abrirse en los primeros puestos en cinco categorías diferentes.
Del estudio emprendido por Giles se infiere que los rasgos más esenciales del liderazgo (que son inevitablemente difíciles de dominar porque para conseguirlo el líder debe actuar de alguna manera contra su propia naturaleza) son los siguientes:
1. Hacer gala de una ética sólida y proporcionar a las personas a su cargo un alto sentido de la seguridad
De acuerdo con la investigación llevada a cabo por Giles, el 67% de los consultados estima que ser dueño de unos elevados estándares éticos es esencial para ser un buen líder, mientras que el 56% subraya que los líderes deben comunicar de manera clara sus expectativas a las personas a su cargo.
Convenientemente amalgamados, estos atributos contribuyen a crear un entorno seguro y confianza. Un líder con elevados estándares éticos traslada a sus subalternos su compromiso con la justicia e instila confianza para que tanto él como las personas de su equipo sigan las reglas del juego. De manera similar, cuando los líderes comunican con claridad sus expectativas, se aseguran de que todo el mundo está en la misma página. En un entorno seguro los empleados pueden relajarse y dar fuelle libremente a la innovación y la creatividad.
Es importante que el líder se comporte de una manera consistente con sus propios valores y no tome decisiones de colisionen de alguna manera con sus principios y que haga sentir seguras a las personas a su cargo para tratar de neutralizar desde el principio los miedos emanados de determinados resultados o consecuencias.
2. Empoderar a los demás para que se autoorganicen
Dar instrucciones claras a los empleados y permitirles simultáneamente organizar su propio tiempo es otra cualidad esencial para la forja de un buen líder.
Es importante tener en cuenta que ningún líder puede hacer todo por sí mismo, por lo que es vital que pueda distribuir su poder en la organización que dirige y confiar en las decisiones tomadas por aquellos que están más cerca de la ejecución.
Diferentes investigaciones han puesto de manifiesto en múltiples ocasiones que los equipos empoderados son más productivos y proactivos, proporcionan un mejor servicio al cliente, y muestran además altos niveles de compromiso y satisfacción laboral. Sin embargo, lo cierto es que a muchos líderes les cuesta soltar la cuerda y permitir que sus subalternos tengan el poder de autoorganizarse. Y se resisten porque se muestran renuentes a que los demás puedan eventualmente cometer errores y temen asimismo eventuales consecuencias negativas de las decisiones de sus subalternos.
Así y todo, ceder poder es una forma de ganar influencia (y de robustecer a la postre el poder que tiene el líder).
3. Dar alas al sentido de conexión y de pertenencia
Los líderes que se comunican con frecuencia y de manera abierta con sus empleados y contribuyen a crear un sentimiento de que los fracasos y los éxitos se cosechan de manera colectiva espolean fuertemente la conexión entre las personas que forman parte de una organización.
Y se trata de algo muy importante en el seno de las organizaciones, porque los seres humanos somos animales sociales y necesitamos sentir que pertenecemos a un lugar. Desde el punto de vista evolutivo, el apego es importante porque aumenta nuestras posibilidades de supervivencia en un mundo extraordinariamente pródigo en depredadores.
Además, la ciencia sugiere que el sentido de conexión puede impactar de manera positiva en la productividad y el bienestar emocional. Hay investigaciones que ponen, de hecho, de manifiesto que las emociones son de alguna manera contagiosas en el lugar de trabajo, por lo que los empleados no pueden evitar sentirse exhaustos en el plano emocional cuando son testigos de interacciones que supuran toxicidad entre sus colegas de trabajo.
Desde el punto de vista de la neurociencia, la creación de conexiones es la segunda tarea más importante de un líder. Y es que una vez nos sentimos seguros, necesitamos sentir también que cuidan de alguna manera de nosotros.
Sonreír a las personas, llamar a las personas por su nombre y recordar sus intereses personales son fórmulas de probada eficacia para dar alas al sentimiento de pertenencia en el seno de las organizaciones.
4. Mostrar apertura de miras a las nuevas ideas y alentar el aprendizaje
Desplegar suficiente flexibilidad para cambiar de opinión, estar abierto a nuevas ideas y enfoques y proporcionar a los empleados seguridad para emprender ensayos y cometer errores son fortalezas que debe de atesorar todo buen líder. Y cuando estos tres rasgos se dan cita en un líder, esta también más presto a promover el aprendizaje.
Para aguijonear el aprendizaje entre los empleados, los líderes deben estar también prestos a cometer errores en primera persona (y aprender por supuesto de tales errores). Un buen líder se involucra en una discusión sin ideas preconcebidas y sin un resultado específico en mente y deja que la gente se exprese libremente y que todas las ideas puestas sobre la mesa sean tenidas en consideración.
El fracaso es el otro reverso de la moneda del aprendizaje y un buen líder lo tiene en cuenta, aunque se trata de algo que entra en conflicto a bote pronto con la búsqueda de resultados que debe perseguir toda empresa. Para resolver este conflicto los líderes deben levantar los cimientos de una cultura que aliente la asunción de riesgos mediante experimentos controlados que permitan pequeños errores que sean susceptibles de ser solventados con celeridad.
5. Dar alas al crecimiento
Comprometerse con la formación de sus empleados y ayudar a crecer a la próxima generación de líderes es vital para poner en práctica el liderazgo (y exprimirlo hasta la última gota).
Los líderes que se toman la molestia de enseñar y formar a las personas a su cargo son agasajados con elevadas dosis de lealtad y gratitud. En este sentido, aquellos empleados cuyos superiores se preocupan de su crecimiento personal y profesional están también más prestos a ir un paso más allá de aquello que se les pide y desplegar más excelencia en las tareas que se les encomiendan. Y la calidad de su trabajo pega asimismo el estirón cuando se sienten apreciados por sus jefes.
Por lo tanto, los líderes que desean sacar lo mejor de los miembros de sus equipos, deben aguijonear su aprendizaje y su crecimiento profesional y apoyarles en sus proyectos.
Fuente: https://www.marketingdirecto.com/marketing-general/tendencias/pasta-estan-hechos-lideres-pura-cepa