En tiempos de inflación el consumidor se hace más listo y se las sabe todas a la hora de obtener la máxima rentabilidad por su dinero sin tener que renunciar por ello a los productos que más le gustan.

La inflación, lamentablemente encabritada (particularmente el ramo de la alimentación), lleva baqueteando con inusitada fuerza la cartera del consumidor desde hace meses. Y en este nuevo contexto económico, donde la incertidumbre económica y el aumento de los costes llevan tristemente la voz cantante, el consumidor se hace más listo y se las sabe todas a la hora de obtener la máxima rentabilidad por su dinero sin tener que renunciar por ello a los productos que más le gustan.

De acuerdo con un reciente estudio llevado a cabo por Criteo, que entrevistó a más de 1.200 de consumidores en España, el cliente se apoya cada vez más en la red de redes para encontrar productos al mejor precio. El 76% de los consumidores declaran invertir más tiempo en la red de redes en busca de ofertas y promociones para acometer sus compras. Y el 67% encuentra efectivamente mejores precios online que en las tiendas físicas. No en vano, el 55% de los consumidores españoles confiesan que compran más en internet que en los establecimientos de toda la vida.

Hoy por hoy, y con la inflación asfixiándoles con sus larguísimos tentáculos, los consumidores españoles dicen estar gastando más que antes en las facturas de la luz y gas (63%), la alimentación (62%), la gasolina y el combustible (60%) y la hipoteca o el alquiler (29%).

Pese a la presión ejercida por la inflación el consumidor no renuncia a ciertos lujos

Conviene además hacer notar que el 39% de los consumidores con ingresos medios-bajos gastan lo mismo o más que antes en viajes, restaurantes y artículos de lujo. Este porcentaje escala hasta más del 52% en el caso de los consumidores con ingresos altos.

Por otra parte, a la hora de afrontar sus compras muchos consumidores se están colgando del brazo de una mentalidad de futuro para exprimir al máximo su poder adquisitivo. El 68% compra, por ejemplo, artículos esenciales como detergente y pañuelos a granel con el último objetivo de ahorrar. El 63% ha cancelado o pospuesto asimismo sus planes de comprar determinados artículos como consecuencia del alza de los precios, mientras que el 31% ha optado por adelantar la compra de productos de alto valor (electrodomésticos y muebles, por ejemplo) debido al aumento de los precios.

Que en tiempos de crisis el consumidor esté particularmente ojo avizor en busca de ofertas no quiere decir, no obstante, que este renuncie a los productos de calidad. De hecho, la calidad del producto (94%) es el factor más importante para los compradores, por delante del envío gratis (92%) y los descuentos y los cupones (88%).

En esta misma línea, y aun afrontando momentos complicados en los que toca apretarse el cinturón, el consumidor reclama a las marcas mucho más que descuentos. El 70% de los consumidores otorga muchísima preponderancia a los valores de las marcas a la hora de comprar, el 68% a los puntos de fidelización y el 65% a la sostenibilidad de las empresas que eligen para ejecutar sus adquisiciones.