El término “café especial” tuvo su origen en los Estados Unidos. En un principio, se aplicó a la gama de productos vendidos en tiendas dedicadas exclusivamente al café para diferenciar estos cafés de que generalmente está disponible en supermercados y otras tiendas al por menor.
La gama comprende cafés de calidad superior, de origen único y en mezclas; cafés no convencionales que de alguna manera se diferencian de la mayor parte de la oferta en el mercado, como cafés aromatizados y cafés con unos antecedentes o una historia especial.
Sin embargo, el término ha perdido precisión con el rápido crecimiento del número de puntos de venta de cafés especiales y más concretamente con la expansión de la gama de productos de cafés especiales. Puede decirse que la expresión “cafés especiales” se ha convertido en una etiqueta genérica que abarca una gama de cafés diferentes, que consiguen una prima superior a los demás o son considerados por los consumidores diferentes de las marcas de café disponibles normalmente.
El término es ahora tan amplio que no existe una definición universalmente aceptada de lo que son “cafés especiales”, y a menudo significa cosas distintas para cada individuo. Pero cabe resaltar que, independientemente de lo relativo del término, la propia noción de “especial” sugiere algún tipo de exclusividad, por lo que no es probable comercializar miles de toneladas de un determinado café y seguir llamándolo “especial”, ya que esta característica implica que el tipo de café sea único y tenga algún diferenciador dirigido a un nicho específico, en cantidades pequeñas, no distribuido masivamente como los cafés verdes corrientes, por lo que los productores deben estudiar muy cuidadosamente a quién va dirigido su café especial.
Es evidente que para exportadores pequeños de café de gran calidad el segmento de café especial ofrecen mejores perspectivas. Así mismo, las primas que alcanzan los cafés especiales pueden ser considerables a nivel minorista, pero las primas que reciben los productores son inevitablemente mucho menores, aunque también son importantes. Los cafés colombianos de por sí ya reciben una prima de sobreprecio respecto a la bolsa de Nueva York, pero hay primas adicionales que son variables y especificas dependiendo de cada tipo de café especial y de cada cliente.
En lo que respecta al consumo, el potencial del café especial parece casi ilimitado debido principalmente por la constante innovación de productos. En Estados Unidos, la Asociación Americana de Cafés Especiales (Specialty Coffee Association of America – SCAA – www.scaa.org) describe el auténtico café especial de calidad como aquél que en una muestra tipo presenta no más de cinco defectos, que no deja impurezas en ninguna taza y que posee características positivas evidentes.
Por otro lado, la Asociación Europea de Cafés Especiales (Speciality Coffee Association of Europe – SCAE – www.scae.com) describe el café especial como el producto final, y no como un producto de café verde, considerando el café de especialidad como una bebida elaborada a base de café, que en opinión del consumidor tiene una calidad excepcional, un gusto característico y una personalidad distinta y superior a los preparados de café común. Esta interpretación implica que la base de la bebida son los granos cultivados en zonas claramente delimitadas y que reúnen los más altos niveles del café verde, y su mejor tostado, almacenamiento e infusión. Y además, hace énfasis en que es un producto más lujoso y superior, con un cierto elemento de exclusividad, sugiriendo asimismo que el término “café especial” es realmente una etiqueta genérica que comprende una serie de cafés diferentes, que alcanzan una prima o sobreprecio respecto a otros cafés, o bien que los consumidores lo perciben como un café diferente.
Con la colaboración de:
Daniela Suarez, estudiante Administración de Empresas
Natalia Solano, estudiante Administración de Empresas
Universidad Icesi.