Una cuarta parte de los consumidores ha cancelado ya suscripciones a plataformas de vídeo en streaming con el último objetivo de llegar más desahogados a fin de mes.
La galopante inflación está haciendo jirones los bolsillos del consumidor, que con sus ingresos mensuales considerable mermados está ya metiendo la tijera al presupuesto habitualmente asignado a los ubicuos servicios de vídeo en streaming. De acuerdo con un reciente estudio de Quantilope, aproximadamente una cuarta parte de los consumidores estadounidenses y europeos ha cancelado ya suscripciones a plataformas de vídeo en streaming con el último objetivo de llegar más desahogados a fin de mes.
Los consumidores estadounidenses están, eso sí, más prestos a menguar el presupuesto destinado a los servicios de vídeo en streaming que los consumidores oriundos de Alemania y Reino Unido. Al otro lado del charco el 28% de los consumidores ha finiquitado ya suscripciones a Netflix y compañía, un porcentaje que se reduce al 23% y al 18% en Reino Unido y Alemania respectivamente.
Cortando amarras con las otrora irrenunciables suscripciones a los servicios de vídeo en streaming los consumidores buscan sanear sus cuentas y ahorra algo de dinero a fin de mes.
Las cifras aportadas por Quantilope en su investigación están en sintonía con el desgaste de plataformas como Netflix, que ha perdido suscriptores en el último semestre. Así y todo, Netflix continúa siendo el servicio de vídeo en streaming más popular allende los mares. El 63% de los estadounidenses ve contenidos en esta plataforma, a la que siguen en popularidad Prime Video (53%), Hulu (44%) y Disney+ (38%).
Los «baby boomers» son la generación que menos ascos hace a la publicidad en las plataformas de vídeo en streaming
Conviene, por otra parte, hacer notar que en Estados Unidos el 33% de los consumidores confiesa tener acceso gratuito a alguna plataforma de vídeo en streaming a través de amigos y familiares. En Reino Unido este porcentaje pega un brinco hasta llegar al 51% y en Alemania la cifra se desploma a apenas un 17%. A quienes incurren en esta práctica podría, no obstante, acabárseles muy pronto el chollo, puesto que tanto Netflix como Disney+ han anunciado recientemente medidas para echar el freno a las cuentas compartidas.
«Los proveedores de vídeo en streaming están batallando para crecer y mantener simultáneamente a sus suscriptores. Todos entienden además a la perfección que constituyen un gasto totalmente discrecional para los hogares«, subraya Alex Hall, associate director of Research Consulting de Quantilope.
La entrada en escena de modalidades más económicas con publicidad en Netflix y Disney+ podría contribuir a aliviar (al menos momentáneamente) el bolsillo del consumidor e impedir que cancele del todo sus suscripciones. Con todo, el 55% de los consumidores estadounidense prefiere rascarse el bolsillo para evitar ser confrontado con anuncios en las plataformas de vídeo en streaming. Este porcentaje se reduce a un 40% y un 45% respectivamente en Reino Unido y Alemania.
Por generaciones, los centennials (66%) y los millennials (76%) están en términos generales más prestos a pagar para sortear los anuncios que los «baby boomers» (32%), quizás porque estos últimos están también más acostumbrados a las pausas publicitarias en la televisión. Los «baby boomers» (55%) son también los más reacios a abonar una cantidad extra cada mes para poder liberarse del yugo de la publicidad. Esta cifra desciende hasta el 14% y el 17% en el caso de los millennials y los centennials respectivamente.
«La guerra del streaming está en pleno apogeo», señala Jenna Stearn, autora del informe de Quantilope. «La batalla entre los principales proveedores de vídeo en streaming se intensificará probablemente este año a medida que cambian también sus modalidades de suscripción», añade.
Fuente: https://www.marketingdirecto.com/anunciantes-general/medios/inflacion-desangra-mercado-video-streaming