Presentado por los estudiantes de Individuo, Sociedad y Consumo: Sofia Cabrera, Maria Alejandra Jaramillo, Maria Alejandra Linares, Sofia Luna Alvarez, Jose Rivero, Gabriela Zúñiga
El marketing se presenta a través de la playlist que escuchas a diario, una nueva película en cartelera, un plato de tu comida favorita o el olor de la persona que más amas. A día de hoy, las estrategias de publicidad y promoción de productos se llevan el crédito de moldear nuestros hábitos de consumo, e incluso, nuestra relación con el mundo. A raíz de esto, se ha transformado en una cuestión imprescindible para empresas y clientes; pues el marketing (más que un conjunto de técnicas que mejoran la comercialización de un producto) es una filosofía y metodología para satisfacer las necesidades de un mercado objetivo. Lamentablemente, a pesar de ver una gran acogida y comprensión del marketing en ésta época, no siempre fue así. Este concepto ha sufrido una profunda metamorfosis a lo largo de los años, y eso es justamente de lo que trata este artículo: el antes y el después del marketing.
Marketing Offline:
En las primeras etapas del marketing, las empresas se centraban en la difusión de mensajes publicitarios para generar conciencia de marca y aumentar las ventas. Estos mensajes se transmitían a través de los medios de comunicación tradicionales, como la televisión, la radio o la prensa. La publicidad tradicional tenía un enfoque unidireccional, en el que las empresas transmitían sus mensajes a los consumidores, sin tener en cuenta sus necesidades o preferencias.
Marketing Online:
El auge de internet y las redes sociales ha provocado una importante transformación en el marketing. El marketing digital ha permitido a las empresas llegar a su público objetivo de forma más personalizada e interactiva. A través de las redes sociales, las empresas pueden crear comunidades de clientes y establecer relaciones más cercanas con ellos. El marketing digital también ha permitido a las empresas medir el impacto de sus campañas de marketing de forma más precisa.
En última instancia, estos cambios representan un nuevo paradigma en la promoción de productos. Por ejemplo, el marketing actual se centra más que nunca en las necesidades y preferencias del cliente, es decir, que no obliga al público a que le guste el producto. Las empresas buscan crear experiencias de compra personalizadas que satisfagan las necesidades de su audiencia. Por esto, es también cada vez más personalizado, pues se utilizan datos para segmentar al público objetivo y crear mensajes y ofertas únicos. Para impactar en dichos grupos de personas, las compañías hacen uso de redes sociales y otras plataformas digitales para interactuar con sus clientes.
Indudablemente, el marketing es un campo en constante evolución. En el futuro, será aún más personalizado, interactivo y centrado en el cliente. La metamorfosis del marketing ha sido un proceso gradual que se ha adaptado a los cambios sociales, tecnológicos y culturales tan bruscos y acelerados del siglo XXI. Como simples consumidores, solo podemos procurar que las decisiones que moldean nuestro camino se originen desde la intención y no desde la mera impulsividad que puede brindar una pieza publicitaria diseñada “para tí”.