La pandemia que hemos vivido este año y que parece nos acompañará, al menos un año más, ha tenido como efecto favorable: el demostrar, en forma inequívoca, el significativo rol de las empresas y de los empresarios en el funcionamiento de la sociedad. Vimos y sufrimos el efecto devastador del cierre de empresas, pues rápidamente nuestra tasa de desempleo se duplicó, y ni qué decir del desempleo de mujeres y de jóvenes. Velozmente se crecieron los índices de pobreza, y claro, todo el concepto de bienestar se vino al suelo.
Estos hechos vienen a confirmar lo que desde hace muchos años se conoce explícitamente, pero que algunos ideólogos se niegan a aceptar, y es que, sin empresarios, no hay empresas, no hay productos/servicios, no hay empleo, no hay salarios, no hay compras, no hay ventas, no hay ingreso, no hay liquidez, no hay impuestos y que todos los participantes en la cadena de valor sufren tremendamente y la bola de nieve negativa se viene encima de la sociedad.
Esperamos que todos, independiente de credos políticos y de dogmatismos y sesgos ideológicos, hayamos aprendido de esta pandemia que las fuerzas vivas de toda economía, son los empresarios y sus colaboradores, pues son ellos quienes constituyen las empresas y dinamizan la economía. Este conjunto de líderes empresariales, inspirados y motivados en la creación de valor, generan las transformaciones, las innovaciones y las destrucciones creativas que mueven las economías. Por ello, hoy los invitamos a abandonar los eufemismos y llamar empresario o líder empresarial a quien crea ese valor y esa dinámica empresarial y también los exhortamos a reconocerles su valor en la sociedad.
Estos líderes empresariales nos han enseñado, en esta crisis, su capacidad empresarial, que unida al espíritu empresarial que los impulsa, les permitió convertir sus modelos de empresa a nuevas opciones que les dieron la capacidad de salir de la crisis y entrar en el sendero de la Teoría de la Abundancia. Para hacerlo debieron usar nuevas tecnologías en los distintos puntos de la cadena de valor, tuvieron que recurrir a la coinnovación con colegas y con colaboradores, para poder iterar y pivotear sus empresas, y debieron mantener la mentalidad empresarial al 200%, pues han sido muchos de esos factores los que les dieron la resiliencia requerida para seguir innovando, ensayando y logrando.
Estaremos en unos días iniciando el 2021 y las cuatro reglas de la Teoría de la Abundancia deben estar en todas nuestras acciones:
- El crecimiento se logra a través de cambios, y la velocidad de cambio es cada día mayor, no solo en productos/servicios, sino también en la misión general de la empresa. Tenemos que estar cada día más listos para actuar según lo que vaya pasando (La “Efectuación” de Sarasvathy) y para ajustar cualquier tipo de planeación que tengamos (La “causation” de la administración).
- Los cambios hay que hacerlos y mantener el liderazgo en ellos. Si usted no produce cambios disruptivos, sus competidores y sus clientes lo harán, y esto implica que la estrategia de estarse quieto, es la estrategia de morir.
- Los competidores son todos los días más numerosos y más agresivos, y están en todo el mundo. Es contra ellos que usted compite, no contra el vecino; pero ello, requiere tener una visión global de su empresa y moverse de acuerdo con esa visión.
- Haga redes, busque aliados, cree equipos de coinnovación con otras empresas, para poder tener una dinámica en su empresa que lo mantenga en un alto nivel de desempeño.
Es bueno recordar las cuatro normas que Farell planteó desde hace muchos años, cuando estudió las compañías exitosas mundialmente:
- Se requiere tener una comprensión, un sentido, un apego a la misión de la empresa, de forma tal que todos actuemos con un mismo objetivo. No se trata de tenerla solo en carteles o en pantallas en la empresa, se trata de que esté “impresa” en las mentes, los corazones y en todo el cuerpo de los que trabajamos en la organización.
- Se requiere mantener la cercanía de cliente-producto, pues allí está el alma de la empresa y en ese sentido todos somos vendedores y todos somos productores.
- Hay que estimular la innovación rápida y buscar aliados para que ello ocurra.
- Hay que estar todo el tiempo produciendo inspiración en todos los colabora dores para poder salir adelante.
Estamos seguros de que todos nuestros empresarios aplicarán estas y otras ideas que les permitan, no solo mantenerse en el mercado, sino también crecer y aportar más a la sociedad, pero especialmente, crear empleo, que es nuestro recurso de paz y de progreso
La segunda parte de este editorial, es la más difícil para mí, pues luego de 36 años de dirigir el Centro de Desarrollo de Espíritu Empresarial y de 41 años de labores en la Universidad Icesi, ha llegado el momento de dar paso a una nueva generación de académicos, que llegarán con muchas nuevas ideas, no solo para el Centro, sino también para toda la comunidad empresarial.
Sin falsa modestia debo decir que, gracias a los equipos humanos que me acompañaron durante estos 36 años en el Centro de Desarrollo del Espíritu Empresarial, pudimos lograr nuestras metas. Algunos de los principales logros fueron:
- Ayudar a crear en Latinoamérica una cultura empresarial.
- Invitar a muchos colegas académicos a vincularse a esta área de conocimiento.
- Diseñar cursos y metodologías educativas que permitieron sembrar en la mente de nuestros alumnos de pregrado, posgrado y educación continuada los “bichitos” del Espíritu Empresarial y la Creación de Empresa (Entrepreneurship), que para muchos de ellos han sido un camino de desarrollo profesional y personal.
- Generamos un volumen importante de publicaciones (libros de texto para el nivel universitario y para secundaria, capítulos de libros, cartillas, artículos en journals, presentaciones en congresos, informes de investigación, boletines electrónicos, colecciones de libros, etc.).
- Hicimos investigaciones a diferentes niveles
- Desarrollamos proyectos aplicativos.
- Hicimos 26 congresos latinoamericanos sobre Espíritu Empresarial.
- Creamos una Maestría en Creación de Empresas, tanto en la modalidad presencial, como en la modalidad virtual (pendiente de aprobación por el Ministerio de Educación Nacional).
- Representamos a América Latina en múltiples grupos de trabajo, en proyectos de investigaciones, en organizaciones como ICSB, GERA, WUSME, OIT, ONUDI, BID, ICRD.
- Hemos formado profesores de todos los niveles, invitándolos a replicar y a mejorar las metodologías educativas que hemos producido.
- Hemos dado formación a un gran número de personas de todos los niveles socioeconómicos y culturales, en múltiples regiones geográficas, para ayudarlos a crear sus empresas.
- Hemos servido de modelo para muchas otras instituciones que decidieron crear un Centro de Apoyo a los Empresarios.
- Hemos liderado la implementación de nuevas metodologías de acompañamiento a los empresarios en las distintas etapas del proceso empresarial.
- Dimos vida al Laboratorio de Creación de Empresas (algunos lo llaman la incubadora de empresas) Start-Upcafé.
- Creamos el Centro Propyme para dar apoyo y asesoría a las pymes.
- Creamos el Centro Alaya con el propósito de dar apoyo a los empresarios de toda la región que estén interesados en la asesoría y el acompañamiento que les ofrecemos gratuitamente.
- Hemos sido gestores de incubadoras de empresa (Funda Empresa y Crear Futuro), de la red regional de Emprendimiento, de la Red Universitaria de Emprendimiento (REUNE).
- Hemos orientado proyectos especiales para el desarrollo empresarial con diversas instituciones nacionales e internacionales: Red Pyme, Jóvenes con Empresa, Industrias Culturales, WISE con el apoyo del BID; programas de diverso estilo con MINTIC bajo la figura de Apps.co, Proyectos con IDRC (GEM Caribbean), proyectos con ministerios, con secretarias departamentales y municipales y con fundaciones y organizaciones no gubernamentales.
Pero, sobre todo, hemos visto que muchas personas, que estuvieron en nuestras actividades se han convertido en empresarios que hoy generan valor, riqueza, empleos, impuestos, bienestar y progreso.
Al despedirme de este rol, que fue el rol de mi vida, obviamente siento nostalgia, pero estoy seguro de que Ana Carolina Martinez, quien quedará al frente, y todo el equipo, encontrarán muchas nuevas avenidas para seguir contribuyendo al desarrollo empresarial de América Latina.
Agradezco inmensamente a los tres rectores de la Universidad Icesi, con quienes trabajé, a todos los directivos, profesores, empleados, colaboradores de la Universidad Icesi por el apoyo que me brindaron durante estos interesantes años de labor académica.
Espero, ya en mi nuevo papel de Consultor en Educacion Empresarial, y en Gestión de nuevas empresas, poder trabajar con ustedes en diversos proyectos y seguir gozando de su amistad y su deseo de transformar esta sociedad, para continuar cumpliendo ese ideal que tantas veces hemos lanzado en el CDEE-Icesi: “Necesitamos más y mejores empresarios para poder tener más y mejores empresas y poder lograr el desarrollo”.
Ya para cerrar déjenme desearles a todos ustedes, a sus familias y a sus colaboradores una Navidad llena de paz y tranquilidad y mis mejores deseos porque el 2021 sea un año de inicio de la recuperación de nuestras economías. Por favor cuídense.
Hasta pronto y mil gracias por la confianza depositada en mí por todos ustedes.
Rodrigo Varela V. Ph.D.
Director
Centro de Desarrollo del Espíritu Empresarial