Los nuevos retos empresariales colombianos
Al cierre del 2015 los colombianos nos enfrentamos a unas nuevas condiciones, algunas por acciones internas al país y otras por decisiones globales que se están tomando.
El gran cambio interno está asociado con el resultado de los acuerdos de paz que se están terminando de negociar en la Habana y con el resultado del plebiscito de aprobación que tendremos que votar los colombianos.
Es mi esperanza que estos dos procesos sean favorables, y que podamos iniciar un nuevo ciclo de la historia colombiana que nos lleve, en unos años, a poder pensar en ese gran ideal de la paz. Este periodo denominado por algunos como el “post-conflicto”, será una etapa en la cual toda la sociedad colombiana deberá tomar acciones muy específicas para poder que esa transición sea lo menos tortuosa posible para todos los colombianos, independiente de su posición política e ideológica.
Otro gran cambio tiene que ver con los nuevos objetivos de desarrollo que han planteado las N.N. U.U. en las cuales el tema de sostenibilidad y respeto profundo por el ambiente adquieren una preponderancia significativa.
Además de estos dos cambios, es claro que las condiciones económicas del país también serán muy diferentes en los próximos años, en parte por las variaciones significativas que hemos tenido en la tasa de cambio, por la caída de precios de algunos productos que exportamos, por los problemas de recursos que prevé el gobierno, por el decline significativo de nuestras reservas energéticas, por los efectos del Niño y por otra serie de circunstancias.
¿Qué implicaciones pueden tener estos hechos en las actividades de las entidades que trabajamos en el desarrollo empresarial, en la creación de nuevas empresas y de nuevos empresarios? Seguramente muchas y por ello debemos empezar a planear programas y proyectos orientados a atender esas implicaciones. Algunas de ellas podrían ser:
- Programas de desarrollo empresarial para todas las personas que se reintegran a la sociedad provenientes de los grupos armados, de las fuerzas armadas, de la sociedad en general. Estos programas deberán incluir no sólo procesos de formación sino también procesos claros de financiación, procesos de acompañamiento en: la estructuración de sus propuestas empresariales, la adquisición de los bienes que las iniciativas requieren, el arranque y la superviviencia de sus empresas.
- Programas de conformación de redes empresariales entre las empresas creadas, que permitan conectar los productos y servicios que ellas generan con los procesos de compra del sector público y del sector privado.
- Programas de formación y capacitación en oficios específicos, con potencialidad de acceso a empleos en el corto plazo, para el personal reintegrado, y anexo a esto organizaciones especializadas en colaborar en la adquisición y mantenimiento de esos empleos a través de procesos de mentoría y de apoyo en todos los frentes.
- Capacitación de los profesores de las escuelas y colegios existentes o nuevos, en las posibles zonas de ubicación de estos grupos y de sus familias con el propósito de que en los procesos de formación de los hijos se incluya adecuadamente el componente empresarial.
- Programas de fortalecimiento en todos los programas de formación y desarrollo de empresarios y en los de creación de empresa de la competencia “sensibilidad social” entendida como la comprensión y la aplicación de que el proceso empresarial y la creación de valor se deben construir respetando al ser humano y a la naturaleza, y que este proceso de creación de valor debe beneficiar a todos los grupos de interés del mismo: empleados, clientes, socios, proveedores, gobierno, sociedad, y que debe realizarse dentro de un marco ético y con un alto sentido de conciencia social.
- Programas de transmisión, a todos los actores de los procesos empresariales que ellos tienen papel y responsabilidad en el desarrollo de la paz y del bienestar futuro de Colombia y que por tanto deben tomar acciones específicas para fomentar dichos objetivos.
- Programas de desarrollo de nuevos modelos de empresas, que permitan a las empresas colombianas actuar con altos niveles de creación de valor en el nuevo entorno económico, lo cual implicaría entre muchas otras cosas el desarrollo de procesos innovadores en productos/bienes/servicios o en proceso de elaboración y/o distribución, o en la utilización de recursos, o en la aplicación de nuevos mecanismos de ventas. También se requerirá una mayor orientación hacia los mercados internacionales y para ello mejorar las condiciones de productividad y competitividad.
- Programas de desarrollo científico – tecnológico aplicado, que permitan la creación de mejores empresas con mayor valor agregado.
Esto implica por un lado fortalecimiento de los procesos de investigación y desarrollo y por el otro el apoyo para que estos se puedan convertir en empresas con capacidad de sostener y de crecer.
Pero estas ideas son sólo el comienzo de una larga lista que entre todos debemos construir e implementar pues el mejor abono al proceso de paz es la generación de empleos y ese debe ser el producto básico de los procesos de creación de empresa.
Los invito a todos a enriquecer esta lista, pero más aún a iniciar los procesos de implementación de las nuevas iniciativas que se les ocurran para que desde nuestro lado hagamos la contribución requerida, para el desarrollo del país.
Feliz Navidad y éxitos en el 2016
Cordial saludo
Rodrigo Varela V. Ph.D.
Director CDEE-Icesi