Capacidad de resistencia de las bacterias frente a los antibióticos
Las bacterias son microorganismos unicelulares milenarios, que se encuentran en la mayoría de los rincones de la tierra e incluso en nuestro cuerpo. De hecho, algunas de ellas traen efectos positivos para nuestra salud, como las bacterias intestinales que nos ayudan a regular diferentes funciones en el proceso de digestión (Serra, 2016). Sin embargo, hay unas cuantas que pueden causar infecciones y enfermedades graves, como tuberculosis o meningitis (Doron & Gorbach, 2008) . En este caso, para tratar tal tipo de bacterias se hace uso de moléculas que las atacan y las matan, llamadas antibióticos. Pese a que los antibióticos son una de las herramientas más útiles para tratar infecciones bacterianas, en los últimos años muchos de ellos han perdido su eficacia en esta lucha contra estos seres pequeños (Centers for Disease, 2021).
El anterior fenómeno, es conocido como resistencia antibiótica por parte de las bacterias. Esta resistencia frente a los antibióticos surge cuando las bacterias empiezan a tener cambios en su estructura que les permite sobrevivir a los efectos de los antibióticos, dando como resultado generaciones de bacterias más fuertes y difíciles de matar. Entre los principales mecanismos de defensa que pueden desarrollar las bacterias para resistir los antibióticos y esquivar su muerte, se encuentran (Munita & Arias, 2016).
- Alterar o destruir el antibiótico: algunas bacterias pueden llegar a modificar o destruir el antibiótico, haciendo que este ya no sea funcional para matarlas.
- Deshacerse del antibiótico: muchas bacterias tienen la capacidad de expulsar o “bombear” el antibiótico fuera de su cuerpo, mucho antes de que pueda actuar contra ellas, por medio de mecanismos propios en su estructura llamadas bombas de expulsión.
- Cambiar la estructura celular objetivo del antibiótico: Muchos antibióticos están diseñados para identificar y destruir partes específicas de una bacteria. En este caso, algunas bacterias pueden modificar su estructura, de tal forma que el antibiótico ya no pueda actuar de forma adecuada y cumplir su función.
- Limitar las entradas del antibiótico: otras bacterias pueden restringir el acceso de los antibióticos, modificando la penetrabilidad de sus entradas o el número de ellas.
Es importante destacar que, la automedicación con antibióticos o un uso inadecuado de estos por falta de conocimiento ha incrementado este problema, generando bacterias multirresistentes a diferentes antibióticos. Por lo tanto, tratar enfermedades bacterianas se ha convertido en un gran reto para el personal de salud a nivel mundial.
Producción de liposomas
Los liposomas son nano transportadores auto ensamblados, formados por fosfolípidos capaces de integrar una gran cantidad de compuestos químicos en su interior. Esto es porque la solubilidad de las moléculas depende de una propiedad llamada polaridad, y los liposomas tienen la ventaja de contar con una parte polar y otra apolar. Las sustancias polares (como el agua y el alcohol) se mezclan entre ellas, así como las apolares (por ejemplo, las grasas), pero al intentar combinar una sustancia polar con una apolar se producirá una mezcla heterogénea, y los liposomas lograran tomar lo mejor de ambos mundos.
Si los fármacos fueran soldados que combaten las enfermedades, los liposomas serían los tanques que transportan a estos soldados
Si los fármacos fueran soldados que combaten las enfermedades, los liposomas serían los tanques que transportan a estos soldados, ya que sus propiedades les permiten ser útiles para la protección del fármaco dentro del cuerpo, la dirección a sitios específicos, el aumento de la eficacia terapéutica y la disminución de efectos tóxicos. Por esto es que, gran parte de los medicamentos que utilizan liposomas se enfocan al tratamiento de infecciones y diferentes tipos de cáncer.
Hay diferentes métodos para la preparación de estos nanosistemas, el utilizado dentro del grupo de investigación se conoce como el método de inyección de etanol, el cual consiste en la preparación de dos mezclas. Una de estas es la apolar, contiene fosfolípidos, colesterol y en algunos casos, el fármaco. Por otro lado, la fase polar contiene una solución acuosa. La fase apolar es después dispensada en la polar lentamente utilizando una jeringa y bajo agitación constante, es aquí donde brilla la propiedad auto ensamblable de los fosfolípidos (Akbarzadeh et al, 2013).
Es importante tener en cuenta que los liposomas son muy inestables después de su formación, por lo que es necesario realizar procesos de recubrimiento que los protegen del daño; por lo general, se utilizan polímeros grado farmacéutico, que permiten también esconder los liposomas de nuestro sistema inmunológico para que este no los ataque e inutilice (Li & Huang, 2009).
Automedicación
Por automedicación nos referimos a la utilización de medicamentos por iniciativa propia sin ninguna intervención por parte del médico (ni en el diagnóstico de la enfermedad, la prescripción o la supervisión del tratamiento). Aunque es un hábito común en la sociedad, no está exento de riesgos: utilizamos medicamentos para el dolor de cabeza, para problemas gástricos, para relajarnos, para la tos, para la alergia, etc (Rioja Salud, n.d.).
Cuando hablamos de antibióticos, la automedicación con este tipo de medicamentos es una práctica desaconsejada a la sospecha de una infección.
La automedicación responsable puede ser conveniente si se utiliza para tratar síntomas menores como dolor, fiebre, acidez estomacal, etc. y durante un tiempo limitado. Aun así, si se dispensan sin prescripción médica no quiere decir que sean inocuos o que no pueda resultar perjudicial en determinadas situaciones, ya que no dejan de ser un medicamento. No obstante, cuando hablamos de antibióticos, la automedicación con este tipo de medicamentos es una práctica desaconsejada a la sospecha de una infección. Los antibióticos no se deben tomar nunca por iniciativa propia sin la supervisión de un médico (Tosh, 2022). Un ejemplo especialmente dañino durante esta pandemia fue el consumo innecesario e indiscriminado de antibióticos contra el coronavirus, cuando los antibióticos no curan infecciones provocadas por virus, sino infecciones causadas por bacterias. Si los utilizas cuando no debes y sin la supervisión del médico, estarás contribuyendo al desarrollo de bacterias resistentes a los actuales antibióticos.
Un síntoma o una sospecha de infección no necesariamente requiere de un antibiótico inmediato, no todas las infecciones son causadas por bacterias, también hay parásitos y virus que pueden producir fiebre o gripa. Si tomamos un antibiótico como primera línea de protección, y la infección que tenemos es por un virus, a la larga solo estamos contribuyendo a que cuando volvamos a tener una infección y esta si sea por una bacteria, el antibiótico sea inefectivo, los síntomas sean más graves y el tiempo de hospitalización, así como el costo del tratamiento sea más alto (O´Neill, 2016).
Alrededor de 700 mil personas mueren al año en todo el mundo por enfermedades a causa de bacterias resistentes. De hecho, se estima que, de no tomar las medidas necesarias, para el año 2050 este valor llegaría a 11 millones por año (O´Neill, 2016). Por eso, aunque los antibióticos estén disponibles en las droguerías sin prescripción médica, úsalos con responsabilidad hoy, y de esta manera nos protegerán mañana.
Riesgos de la Automedicación
La automedicación sin control profesional y capacitada, conlleva a una serie de riesgos para la salud que en la mayoría de casos son desconocidos por los ciudadanos (Rioja Salud, n.d).
- Toxicidad: efectos secundarios, reacciones adversas graves. Por ejemplo, a nivel digestivo o renales y en algunos casos, la intoxicación.
- Falta de efectividad en el tratamiento, porque se utilizan en situaciones no indicadas. Por ejemplo, la toma de antibióticos para tratar procesos víricos, contra los cuales estos medicamentos no son efectivos.
- Dependencia o adicción en el caso de los tranquilizantes o hipnóticos.
- Enmascaramiento de procesos clínicos graves y consecuentemente, retraso en el diagnóstico y tratamiento.
- Interacciones con otros medicamentos o alimentos que la persona esté tomando. Puede haber una potenciación o una disminución del efecto del medicamento.
- Resistencias a los antibióticos: el uso excesivo de antibióticos puede hacer que los microorganismos desarrollen mecanismos de defensa delante de estos medicamentos, de manera que dejan de ser eficaces.
Teniendo en cuenta lo anterior, no tome medicamentos sin receta médica, y en caso de sospecha de una posible infección, consulte a su médico antes de tomar cualquier medicamento.
REFERENCIAS
Serra, J. (2016). Microbiota intestinal. Atencion Primaria, 48(6), 345. https://doi.org/10.1016/J.APRIM.2016.04.003
Doron, S., & Gorbach, S. L. (2008). Bacterial Infections: Overview. International Encyclopedia of Public Health, 273. https://doi.org/10.1016/B978-012373960-5.00596-7
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Munita, J. M. & Arias, C. A. (2016). Mechanisms of Antibiotic Resistance. Microbiology Spectrum, 4(2), 464–472. https://doi.org/10.1128/microbiolspec.VMBF-0016-2015
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Rioja Salud. (n.d.). Riesgos de la automedicación. Recuperado Julio 28 de 2022. https://www.riojasalud.es/servicios/farmacia/articulos/riesgos-de-la-automedicacion
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Akbarzadeh, A., Rezaei-Sadabady, R., Davaran, S., Joo, S. W., Zarghami, N., Hanifehpour, Y., Samiei, M., Kouhi, M., & Nejati-Koshki, K. (2013). Liposome: Classification, preparation, and applications. Nanoscale Research Letters, 8(1), 1–9. https://doi.org/10.1186/1556-276X-8-102/TABLES/2
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