Fin de semana en Londres para aprender inglés (II) El Soho

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Bulliciosos, llenos de vida y acción las 24 horas del día. Tiendas insólitas, bares y restaurantes de todo tipo. Bienvenidos a Sobo y Chinatown, dos mundos separados por una avenida.

“So… ho!”. Ése era el grito que resonaba en esta zona cuando todavía era un coto de caza y los jinetes azuzaban así a los sabuesos para que cercaran a sus presas. Ha llovido mucho desde entonces, pero el grito h,i perdurado como nombre de este barrio, corazón del West End, que se enorgullece de su larga y rica historia modelada por sucesivas olas de inmigrantes, primero hugonotes franceses, más tarde italianos y chinos. Aquí es donde transcurre la vida más frenética de la ciudad: cafés llenos de urbanitas restaurantes de todas las nacionalidades, clubes nocturnos y un distrito rojo por el que se paseaba Bob Hoskins en la película Mona Lisa buscando a la amiga de la elegante prostituta Simone (Cathy Tysson). Aquí se encuentra también The Windmill, el primer lugar en el Reino Unido donde se hizo un espectáculo con chicas desnudas para elevar la moral de los soldados durante la II Guerra Mundial. Además, durante los bombardeos que sufrió esta parte de la ciudad, The Windmill nunca cerró sus puertas y acuñó el lema que lo hizo famoso: “We never dosed” (nunca cerramos). Ésta es una zona maravillosa para pasear, llena de personalidad, con calles y callejones que despiertan la curiosidad y un poco de espacio verde en Soho Square para sentarse a mirar lo que pasa.

Un buen lugar para comenzar este paseo es la estación de metro de Oxford Circus O, en la mitad de Oxford Street o, el límite norte de Soho. Por aquí deambulan cada día miles de personas, entrando y saliendo de sus más de trescientas tiendas.

Bajando por Regent Street O -pensada en un principio como la línea divisoria entre los bajos fondos de Soho y la burguesía del barrio de Mayfair, al otro lado-, se encuentran los grandes almacenes Liberty O, con su magnífica arquitectura de madera en blanco y negro y su interiorismo extravagante (www.Liberty.co.uk).

Siempre Carnaby Street

Girando por Great Marlborough Street O, un poco más adelante se llega a Carnaby Street o, esa calle que continúa enamorando a los jóvenes de hoy como en los años sesenta del siglo pasado, cuando era el epicentro del Swinging London y de aquellas boutiques que dictaban la moda de los jóvenes.

Pero el verdadero sabor y olor de Soho se empieza a notar en Broad-wick Street o, donde en el número 6 los amantes de la ropa interior sexy y divertida tienen una cita ineludible en Agent Provocateur, la tienda que rescató de los bajos fondos la lencería más coqueta y los juguetes eróticos. Las calles que corren de norte a sur son todas tentadoras, pero Berwick Street o ofrece un recorrido especialmente inusual. Tiene un mercado de frutas y verduras que luego se transforma en un callejón estrecho flanqueado por sexshops. Aquí nos estamos internando en el Londres gay, una zona vibrante tanto de día como de noche, cuando los bares y clubes empiezan a llenarse de vida. Y para los amantes del jazz, en el 17 de Frith Street, está Ronnie Scott’s O (www. ronniescotts.co.uk), un legendario club por donde han pasado y siguen pasando los mejores intérpretes de esa música.

Soho tiene más restaurantes por % metro cuadrado que en cualquier otra parte de la ciudad. Para los que quieran cocina clásica, una dirección: The Gay Hussar, en el número 2 de Greek Street. Se trata de un restaurante de la Europa del Este muy frecuentado por la clase política y donde se ha tejido más de una intriga entre platos de caza y botellas de vino húngaro. Si Soho es el corazón del West End, el corazón de Soho es Old Compton Street. En un tiempo, las enormes bandejas de pescado salado y los encurtidos de las tiendas italianas perfumaban toda la calle. Las ordenanzas municipales obligaron a cerrarlas, pero la actividad de la calle se ha mantenido gracias a tiendas como I Camisa & Son, con sede original en el número 61. Y hay más locales: los bares y cafés de la zona mantienen la costumbre de sacar sus mesas a la calle en las noches cálidas de verano.

 

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Té café y resistencia gay

En medio de tiendas que venden películas eróticas y ropa interior imposible de clasificar hay varios locales donde descansar un rato, como el Algerian Coffee Store, en el número 52 de Compton Street, con una variedad casi inabarcable de cafés y tés cuyos aromas son toda una invitación a visitar su cálido interior de madera. La Patisserie Valerie, en el número 44, es otro enclave francés recomendable. Pero para no olvidar que seguimos en Inglaterra, ahí está el pub Admiral Duncan, en el número 54. Se trata de uno de los primeros pubs gays de la ciudad, que fue el objetivo neonazi en 1999. Al otro lado de Shaftesbury Avenue está Chinatown, que en realidad es parte del Soho. El pequeño barrio, eminentemente comercial, se articula en torno a Gerrard Street y abarca otras tres o cuatro callejuelas aledañas. Aquí se perciben aromas insólitos, y se ven patos lacados colgando en los escaparates y supermercados como el Loon Fung (42.44 Gerrard Street), donde se puede encontrar todo lo necesario para hacerse en casa unos rollitos de primavera. También hay restaurantes donde al mediodía, entre el bullicio de los comensales, circulan las camareras con los carritos de dim sum (pasta rellena de verduras, carne o pescado) ofreciendo exquisitos manjares provenientes de los cuatro rincones de China. El Golden Dragón (28 Gerrard Street) es muy popular entre los habitantes de Chinatown y los fines de semana hay que armarse de paciencia para entrar, pero la variedad de dim sum hace que merezca la pena.

Información facilitada por estudiodeidiomas.com, una de las mejores academias de ingles en Madrid

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