Una opción interesante para las vacaciones, si disponemos de los medios necesarios, es realizar tours por Italia, Francia y Alemania, tres países europeos con multitud de lugares y ciudades interesantes llenas de encanto. A continuación te mostramos algunas de las más recomendables.

PARÍS: Si existe en el mundo una ciudad que represente la grandiosidad y la belleza, esa sin duda es París. Metrópoli de las artes y la historia, de los museos y las iglesias, de la gastronomía y cómo no, de la moda. Una ciudad que hace que los cinco sentidos del viajero se deleiten al recorrer sus calles llenas de espiritualidad.

BERLÍN: Durante casi treinta años, esta gran urbe estuvo estigmatizada por el famoso muro que dividía la ciudad, una vez derribado, Berlín mostró al mundo su sus fascinantes atractivos, tanto históricos como culturales, lo que la han convertido en una ciudad que fascina a los visitantes que tienen la suerte de pasear por ella.

MUNICH: Con una curiosa mezcla entre modernidad y tradición, la capital de Baviera es uno de los destinos preferidos de Alemania, una ciudad con una extensa historia en la que podremos disfrutar de maravillas arquitectónicas y naturales.

FLORENCIA: Una de las ciudades más bonitas del mundo, la capital de la Toscana es una hermosa ciudad, acompañada por unos alrededores impresionantes, lo que la convierten en un destino ideal para nuestras vacaciones, su impresionante arquitectura, su romanticismo y su gastronomía, harán que jamás nos olvidemos de ella. Toda la Toscana es general es un deleite para los sentidos.

ROMA: La “Ciudad Eterna” como se la conoce, reúne una gran parte del patrimonio histórico mundial, en un simple paseo por Roma podremos recorrer más de 2000 años de historia, donde los más famosos artistas han dejado su hella para el disfrute de sus visitantes. Nada se parece a Roma, ningún sitio del planeta nos proporcionará sus sensaciones.

VENECIA: Sus canales, sus palacios y sus iglesias nos harán sentir que estamos dentro de un cuento medieval, Venecia es un monumento en sí misma. Recorrer la ciudad atravesando sus puentes, dar un paseo en góndola por sus canales y visitar la Plaza de San Marcos, son cosas que todo el mundo debería hacer una vez en la vida.