¿Cuántas incontables historias, hemos oído, visto o leído, sobre animales asesinos? Animales que de un día a otro, enloquecen, y arrasan con todo lo que se les cruce por el camino. Pues yo, por mi parte, he visto un montón de películas sobre esto (SYFY Channel brindando las mejores peores películas del mundo), y también he visto varios libros con animales enloquecidos.

Desde Hitchcock y Los Pájaros, Peter Benchley y Tiburón hasta Stephen King y Cujo, por solo hablar de algunos pocos ejemplos, han usado como trama central, animales que matan, pero antes de estos tres exponentes, estaba Sir Arthur Conan Doyle con El Sabueso de Baskerville, y déjenme decirles que es INCREIBLE.

El libro, publicado por primera vez en 1902, nos lleva a Londres, y nada más y nada menos, que a la mismísima puerta del detective más famoso del mundo, Sherlock Holmes y John Watson. Esta es la tercera novela publicada de las aventuras del detective y su fiel compañero, y francamente, es mi favorita. Nos lleva a una antigua leyenda de una rica familia que vive en un páramo y que por generaciones dice ser asediada por un perro gigante y diabólico; tras la muerte del patriarca Baskerville, la familia busca la ayuda de Holmes para poder deshacerse del perro diabólico. Es aquí que Watson y Holmes (el querido Watson me cae mejor), van a la casa en el páramo para tratar de resolver la antigua maldición, y ponerle fin a las muertes.

El libro está lleno de descripciones increíbles, que sin lugar a dudas te transportan al paramo junto con Watson y Holmes, es difícil parar de leerlo, el final de cada capítulo te deja ansioso de empezar el siguiente, de por fin resolver el misterio, donde TODOS son sospechosos, y todos escoden cosas reprochables; además, un buen misterio NUNCA cae mal.

Así, que si son como yo, que aman este tipo de contenido, (no necesariamente las películas de SYFY, aunque la saga de Sharknado es una joya), les recomiendo por encima de todo, leerse esta novela, tiene amor, traición, venganza, neblina, y sobre todo, un perro gigante diabólico, no se van a arrepentir de leerlo.

 

Daniela Becerra Lukauskis