¿Ha escuchado últimamente que no hay suficientes ingenieros disponibles o que empresas de otros países están viniendo a Colombia a “llevarse” a nuestros ingenieros, en grupos cada vez más grandes?
La respuesta es sí. Y esa es, a grandes rasgos, la realidad que está viviendo Colombia y el mundo occidental. Lo más preocupante es que parece que el estado, las empresas, las universidades y la sociedad en general no nos hemos dado cuenta de las implicaciones que esto tiene para el desarrollo del país, pues, sin ingenieros, no podremos competir en un mundo cada vez más globalizado. Necesitamos ingenieros para desarrollar muchos sectores que son incipientes y donde tenemos potencial, para re-inventar muchos sectores industriales en la región y el país, que han entrado o entrarán en crisis, por los desarrollos tecnológicos y la globalización.
A manera de ejemplo, en la Universidad Icesi la tasa de desempleo de los ingenieros es mínima, en un país en donde alcanza más del 11%, es ya toda una sorpresa. Y, peor aún, que en los dos últimos meses, la Universidad Icesi ha recibido solicitudes formales de candidatos para numerosos cargos, en proyectos de expansión y desarrollo de empresas, para trabajar en proyectos regionales o internacionales, pero hemos tenido que responder a esas compañías que no tenemos disponibilidad ni ahora, ni en el futuro próximo. Es dramático, para la región y el país que desde ahora las universidades no alcancen a suplir las necesidades de personal profesional en muchas áreas técnicas de las empresas. Todo esto porque las carreras técnicas como las ingenierías no están dentro de las opciones de vida de los bachilleres y las universidades tenemos pocos profesionales para entregar al mercado laboral.
Nos encontramos frente a un panorama que, de no ser intervenido rápidamente como política de Estado, puede acarrearle muchos años más de retraso al crecimiento de Colombia, en el contexto mundial, y grandes desventajas competitivas, cuando las fronteras económicas del país sean menores, por el desarrollo de tratados de libre comercio o convenios multilaterales.
Una cifra estadística publicada recientemente por CNN hace evidente que este es también un problema de Occidente: en China, se gradúan 400.000 doctores por año; en India, unos 300.000; en Estados Unidos, sólo lo hacen 80.000. En Colombia, guardadas las proporciones, sólo 40 obtienen el doctorado, cada año. Al número de doctores se asocian las patentes, la investigación y la producción de nuevo conocimiento.
La empresa de tecnología Cisco Systems calcula que, en Europa, habrá un déficit de 350.000 Ingenieros, con énfasis en Tecnologías de Información y Comunicaciones, para el año 2010.
En el último estudio del WEF (Foro Económico Mundial), Estados Unidos ha caído varios puestos en su posición competitiva, en parte debido a estos fenómenos. Mientras tanto, el Oriente sigue escalando posiciones.
La siguiente información, extractada de un estudio con estadísticas muy completas de matriculados y graduados, desde 2001 hasta el 2006-1, llamado “Programas de Ingeniería en Colombia, Cuarta Versión”, presentado recientemente por la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería – ACOFI, presenta algunos hallazgos importantes:
• Las denominaciones de programas crecieron de 37, en 1992, a un máximo de 113, en 2003; descendieron a 94, en 2007.
• La cantidad de programas pasó de 200, en 1992, a un máximo de 1.042, en 2003; bajó a 916, en 2007.
• La matricula total pasó de 190.919, en 2001, a un máximo de 200.777, en 2005, para bajar a 194.528, en 2006-1. Estos son promedios anuales.
• La cantidad de graduados pasó de 16,011, en 2001, a un máximo de 20.376, en 2006, para bajar a 12.809, en 2006-1. Estos son promedios anuales.
• En comparación con el total del sistema de educación superior, el 25.8 por ciento estudiaba Ingeniería, en 2001, (el 74.2 por ciento estaba en otras profesiones), mientras que, en 2006, los porcentajes eran de 24.1, para Ingeniería, y 75.9, para el resto de profesiones.
Entonces, esto muestra que la educación en Ingeniería en Colombia se está contrayendo, desde mediados de esta década.
¿Por qué se ha producido este fenómeno?
La ingeniería ha perdido relevancia social. Antiguamente, el ingeniero era reconocido socialmente, pues era quien construía las grandes obras de infraestructura que ayudaron a desarrollar el país. Hoy debe seguir construyendo estas grandes obras indispensables, pero ha perdido protagonismo; ya no nos parece tan importante construir los ferrocarriles, un gran puente, una central hidroeléctrica o una refinería petrolera. Estas obras son igualmente tan importantes ahora como antaño, para la sociedad, pero nuestra admiración por estas grandes obras humanas ha decaído. Las nuevas generaciones tienen otros referentes; la TV y los medios de comunicación han contribuido, en gran medida, a fijar estos nuevos referentes. Sin querer banalizar el problema, pero ¿cuando es un Ingeniero el protagonista de una novela de éxito?
Recientemente, en USA, la CBS y la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles) crearon la serie Numb3rs, donde el protagonista es un matemático. Precisamente, la crearon, para tratar de atraer la atención social hacia las ciencias básicas y la ingeniería. Discovery presenta la serie ¿Cómo lo hacen?, para que las personas comprendan la complejidad de los procesos productivos, etc.
Otra de las posibles causas del fenómeno es la preparación de los estudiantes en ciencias básicas, matemáticas, física, química y biología. Los estudiantes no ven estas asignaturas con gusto, ni la enseñanza es agradable. Hay aún un fuerte componente de aprendizaje de memoria, sin que se haya encontrado un sentido claro a la enseñanza de estas ciencias. Con esta materia prima, los estudiantes de secundaria no desean continuar profundizando en estas ciencias que son las bases de la Ingeniería; tampoco, según sus propias palabras, se sienten bien formados, y quizás los “rajen” en los primeros semestres.
Recientemente en la primera página de El Tiempo encontramos al noticia que se había modernizado la carátula del libro de Algebra de Baldor, para hacerla más amable a los estudiantes; habían eliminado al árabe y colocado en su lugar un profesor de aspecto bonachón. Infortunadamente el problema no es de la carátula. Eliminan del texto un justo reconocimiento a la cultura árabe padre de las matemáticas sin cambiar el principal problema del texto que es la metodología de enseñanza.
Los estudiantes que pasan por la ciencia, enseñada de forma fragmentada, sin lógica, donde lo más importante es la memoria y los procedimientos mecanizados que no permiten entender el por qué de las cosas, quedan con fobia a la ciencia presentadas de esta manera. Dejemos estas cosas a los “nerdos”, dicen ellos. El problema es que cada vez hay menos “nerdos”.
Los “nerdos” son indispensables para las nuevas empresas, producto de la economía del conocimiento. Dos “nerdos”, Sergey Brin y Larry Page, crearon hace apenas unos años a Google, una de las empresas más valiosas y más reconocidas del mundo. Otro “nerdo”, Mark Zuckerberg, creó Facebook, uno de los fenómenos en las redes sociales; otro “nerdo”, Shawn Fanning, creo Napster, la empresa que cambió el negocio de la música. Unos años antes, dos “nerdos”, Steve Jobs y Steve Wosniak, crearon Apple Computer, y otro “nerdo” creó a Microsoft. Pero nuestros jóvenes no desean ser “nerdos”; entonces, no tendremos en el futuro estas empresas innovadoras, cuya base es la ciencia.
En el último examen que realiza la OCDE a los estudiantes de 15 años, en las áreas de ciencias (PISA – Programa Internacional para la Evaluación de Alumnos), Colombia ocupó el puesto 53, entre 57 países, el último lugar entre los países de América Latina que se presentaron. Sólo estamos con nivel superior a Túnez, Azerbaiyán, Qatar y Kirguistan.
Debemos decir aquí también que, en nuestra sociedad, tan permeada por el dinero fácil y los resultados inmediatos, una profesión que requiere un poco más de esfuerzo no es necesariamente popular entre la juventud.
Otro fenómeno que debemos reconocer es que las ciencias básicas han tenido, tradicionalmente, una enseñanza aburrida. El currículo de ingeniería tradicionalmente requiere unas sólidas bases en ciencias, pero estas tienen poca interacción con el mundo práctico. Tradicionalmente, poca aplicación práctica se le puede ver a un experimento de física o a una ecuación matemática. Obligamos a nuestros estudiantes que atraviesen un árido desierto de enseñanza de ciencias básicas, antes de poder hacer la aplicación de estos conocimientos y comenzar a explorar los fundamentos profesionales de la carrera.
En Europa, los libros de matemáticas de los jóvenes están llenos de problemas prácticos, que integran la geometría, el álgebra, la física y la química.
Nuestra organización curricular, sin negar que es necesaria, podría ser revisada para que la enseñanza de la ciencia sea más agradable, más amena, menos acartonada, sin quitarle rigor. Y, con esto, también debemos reconocer que los mismos ingenieros somos parte de la crisis de nuestras carreras.
*Ingresos al primer semestre en el período julio-noviembre
*Universidades Icesi, Javeriana, San Buenaventura, Autónoma, Santiago de Cali y Univalle.
Fuente: Facultad de Ingeniería – Universidad Javeriana | Gráfico/ El País
El horizonte es complejo, si lo vemos por más de 5 años. La tendencia de ingreso de los estudiantes a las carreras de ingeniería, en las universidades del país y de los Estados Unidos, tiende a la baja, con porcentajes que muestran que, cada año, menos personas quieren ser ingenieros y, en cambio, prefieren carreras de las ciencias administrativas, económicas o humanidades.
Para Antonio Jiménez, Director Regional de MaycoTech Colombia, responsable de la operación de la compañía en Centroamérica y en la Región Andina, el problema ha sido tan grave, que ya empezaron a ir a los colegios para, desde ahí, iniciar lo que ellos han denominado el plan semillero. “La idea es acercar a los muchachos a la tecnología y mostrarles el mundo de oportunidades que ofrece la ingeniería. Simulamos cómo va a ser su desarrollo profesional, lo rentable que es y el amplio entorno en donde se pueden mover. Además, tienen muchas opciones de especialización y, por si fuera poco, siempre estarán a la vanguardia”.
Él complementa: “La tecnología es muy atractiva, es creatividad; son ideas frescas e innovación. La Ingeniería no son solamente números, es lógica, racionamiento, creatividad, es algo como cerrar los ojos y soñársela, imaginarse cosas diferentes… además, la Ingeniería da prestigio y contribuye, de forma muy importante, a la pujanza de la economía de un país”, afirma Antonio Jiménez.
En la reciente reunión nacional de la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería – ACOFI, la Dra. Lueny Morell, de Hewlett Packard, dijo: “Necesitamos incrementar el número de estudiantes que llegan a las carreras de ingeniería y nutrir una nueva generación de científicos y de ingenieros…”. Y, por último, manifiesta: “Si los ingenieros son la clave del desarrollo económico, necesitamos innovar, reformar la educación en ingeniería, para responder mejor a los desafíos globales”.
Estoy seguro de que en la Ingeniería está el negocio del siglo, y por ello, dependerá de usted y de otros actores de la sociedad dar la respuesta que permita insertar a Colombia entre los países que lo lideren.
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Publicada originalmente en la revista Interacción de la Universidad Icesi – Dic 2007