Palabras Clave: Iuiai Wasi, Sirindango, Universidad Icesi, Conocimientos ancestrales, Innovación, Productos artesanales, Chagra, Colaboración, Desarrollo sostenible, Orquídeas: mujeres en la ciencia, Antropología, Ingeniería química, Renealmia Alpinia.
Hola queridos lectores. Hoy, en nuestro blog Semillas de Paz, queremos compartir con ustedes las experiencias personales de las mujeres de la asociación Iuiai Wasi durante su segunda salida de campo. Este viaje se llevó a cabo en las instalaciones de la Universidad Icesi en la primera semana de mayo, donde tuvieron la oportunidad de aprender y trabajar en un entorno lleno de ciencia, tecnología e innovación. Cada una de ellas vivió momentos significativos que han marcado tanto su crecimiento personal como el de la asociación. Acompáñennos mientras conocen a algunas de las integrantes de la asociación Iuiai Wasi por medio de estas vivencias donde se combinan los saberes ancestrales con los conocimientos científicos, mostrando la riqueza de este intercambio.
En la Universidad Icesi, el espíritu del conocimiento ancestral se encuentra con el dinamismo de la ingeniería química, y allí, las voces de María Aleidy Chindoy, Ana Miticanoy, Sineida Viveros y Mónica Papamija tejen una narrativa de descubrimientos y aprendizajes que resuena en cada rincón del laboratorio y más allá.
María Aleidy Chindoy, con la pasión de quien busca entrelazar mundos, se sintió inspirada durante nuestra segunda salida de campo. Cada espacio compartido se convirtió en un terreno fértil para que la ciencia, la tecnología y el conocimiento ancestral florecieran juntos. En el laboratorio, las horas pasaban como suspiros, llenas de experimentos, mezclas y análisis del sirindango en todas sus composiciones. Esta fusión no solo fomentó el aprendizaje teórico, sino que avivó la creatividad, permitiéndonos desarrollar productos como jabón, brillo labial y shampoo. En la cocina, el sirindango se transformó en salsa, ají, queso crema y yogurt. Cada actividad culminaba con un sentido de logro y una curiosidad inagotable por lo que el siguiente día nos depararía.
Ana Miticanoy, en su travesía hacia Cali, encontró un terreno fértil para compartir y adquirir conocimientos valiosos. La integración de plantas medicinales en recetas tradicionales fue una revelación, un puente entre lo ancestral y lo moderno. Este intercambio no solo enriqueció sus prácticas, sino que también fortaleció su cultura, ligada íntimamente a la artesanía y el territorio. Agradecida, Ana vislumbra un futuro en el que estos conocimientos se perpetúan, dejando un legado invaluable para las generaciones venideras.
Sineida Viveros, líder nata de su comunidad, vio en el laboratorio de Icesi una ventana abierta hacia nuevas posibilidades. La infraestructura industrial, antes inaccesible, se convirtió en un terreno de exploración y aprendizaje. Esta experiencia despertó en ella expectativas grandiosas: fortalecer las chagras medicinales y adquirir herramientas para transformar aceites, pomadas y esencias. Sineida no solo vislumbra un crecimiento personal, sino un impulso colectivo que motive a las mujeres de su comunidad a seguir trabajando con dedicación y esperanza.
Mónica Papamija, artesana de corazón, encontró en la innovación de Icesi una fuente inagotable de aprendizaje. Trabajar en equipo con profesionales, entender los procesos que una planta atraviesa en el laboratorio, y ver cómo el sirindango se transforma, fueron experiencias que dejaron huellas indelebles en su memoria. Cada conocimiento adquirido se convierte en una semilla lista para ser compartida con su familia y su asociación, fortaleciendo los lazos entre lo tradicional y lo moderno.
Así, en la encrucijada donde la ciencia y la tradición se encuentran, estas mujeres tejen una narrativa de colaboración, aprendizaje y transformación. Sus experiencias no solo enriquecen sus propias vidas, sino que se convierten en faros que guían a sus comunidades hacia un futuro donde el conocimiento ancestral y la innovación científica caminan de la mano, abriendo caminos nuevos y fértiles para las generaciones futuras.
Espero que esta entrada les haya llevado a un viaje de descubrimiento y aprendizaje, tal como lo fue para nosotros vivir estas experiencias. ¡Gracias por acompañarnos en este emocionante trayecto!