Autora: Esmeralda Álvarez
La pandemia trajo con ella, nuevas posibilidades de construir aprendizajes y nunca pensé que una de ellas sería una experiencia académica internacional. Siendo la Universidad de los Andres y Chile con la Universidad Adolfo Ibañez, las anfitrionas de este Summit 2020. Estar allí presente ya era un logro. Mi Zoom se convirtió en una plataforma de interacción mundial, aunque no pise tierras extranjeras, sentí la acogida de diferentes culturas durante esos días, pude ver muchas sonrisas de mi querida Latinoamérica, así como del viejo mundo. El valor académico que da la
multiculturalidad es demasiado enriquecedor. El Summit me permitió una reflexión profunda y tan necesaria: de toda crisis surgen nuevos liderazgos. Sentirme parte de una cantidad de jóvenes que se están pensando el presente, se la están jugando por quebrantar paradigmas y por buscar un bien común, fue posiblemente lo mejor de la experiencia. Desde el primer día uno de los capacitados docentes nos sorprendió con un objetivo esencial: reafirmar el propósito de nuestras vidas, encontrar el propósito que nos mueve; construir lo que somos sobre lo que nos apasiona, sin duda esto me exigió una introspección sobre lo que quiero ser, lo que soy y lo que quiero dar. Esta vivencia no se limitó a los medios tecnológicos sino que trascendió a la realidad, mientras que me enfrentaba a algo
desconocido, disfruté y goce el aprendizaje con personas diversas capaces de construir soluciones responsables, flexibles, conscientes y empáticas para la sociedad.