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COE I: Siga las instrucciones…

Instrucciones para subir una escalera
Julio Cortázar

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Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.

Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).

Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

Tomado de Manual de Instrucciones (1962)
No. de palabras: 381

BIENVENIDOS

Sean ustedes bienvenidos a este espacio de clase en el que reflexionaremos, opinaremos, conversaremos, nos reíremos un poco y, sobre todo, intentaremos aprender algo de esta cosa-tarea-forzosa que es la producción intelectual oral y escrita con intención
Mmmm, ¿comunicación oral y escrita con intención? Toda producción tiene una intención. Es como hablar. Uno dice algo porque quiere que Otro lo escuche, lo entienda y comprenda -a veces Uno quiere que le respondan-… Uno quiere comunicarse -esa es una de nuestras palabras clave-. Si no fuera así, si Uno anduviese por el mundo produciendo cualquier cantidad de fonemas inintelegibles para Otro, pues nada… no pasaría nada… A no ser que Uno desee que Otro crea que Uno está un poco mal de la cabeza… y del corazón… Porque si bien cabeza y corazón son dos órganos diferentes, y Uno crea que el acto de la producción oral y escrita surge únicamente de los pensamientos, otra vez, pues nada… que Uno está equivocado al pensar que los pensamientos surgen solitos por ahí en algún recoveco enlombrizado del cerebro y que esta actividad intelectual nada tiene que ver con el deseo-anhelo de expresarse…

Tenemos entonces como amistoso y cordial saludo de bienvenida a este curso, la tarea seria de reflexionar sobre estos tres asuntos:

1. ¿Qué quiero-anhelo-deseo decir-escribir con eso que quiero decir-escribir?
2. ¿Por qué quiero-anhelo-deseo decir-escribir eso?
3. ¿Para qué quiero-anhelo-deseo que eso sea escuchado-leído por Otro?

Una sugerencia (que no es para que estemos prevenidos, nos sintamos amenazados o acorralados, sino listos):
Preparen sus sentidos: conozcan sus quereres-anhelos-deseos. Y, sobre todo, estén prestos a lo que esperan de ustedes mismos. Es en los actos comunicativos en los que mediremos nuestras fuerzas.

Un abrazo de oso para todos los Unos y Otros,

Andrea