En Colombia, las políticas oficiales sobre el sonido han estado más dirigidas al control de ruido, aunque ya hay iniciativas, como la de la Fonoteca Nacional, que buscan conservar una memoria histórica a partir de manifestaciones sonoras. Respecto al Departamento del Valle, es de resaltar que el POT actual de Cali tiene un gran énfasis en lo ambiental. Sin embargo, su aproximación apenas si considera el sonido como parte de esta categoría. Las estrategias sobre sonido, como se ha dicho, sólo consideran habitualmente el factor decibelios, pero aún no supone un patrimonio inmaterial, una expresión de las culturas que debe ser sistemáticamente estudiado.
Es por esta razón que la realización de talleres con énfasis en el sonido como manifestación cultural abre caminos a una resignificación de los elementos de la cultura. Al mismo tiempo crea plataformas de difusión y redes para incorporar las nuevas tecnologías al tejido social, que es quien finalmente acoge y escoge lo que considera su patrimonio.
Los retos dan pie a formular las siguientes preguntas:
¿Cómo lograr la asimilación del paisaje sonoro, como un “bien inmaterial” a la vez que una herramienta de expresión?
¿Qué estrategias son las ideales para fortalecer procesos de investigación-creación que, partiendo del paisaje sonoro, generen procesos de apropiación del PCC?