Author: Andres Lopez Astudillo
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LAS COOPERATIVAS DESPUÉS DEL PARO
La CTA Real Sociedad, del ingenio Providencia, puede darnos una buena ilustración de la manera cómo se desenvuelven las cooperativas de los corteros vallecaucanos, ahora que la dirección y control de ellas ha quedado en sus manos.
Vitorino Caicedo, su gerente y representante legal, nos informa que con 263 asociados es la CTA más numerosas en Providencia, y la que mejor cumple los requerimientos de calidad de la empresa. No en vano obtuvo el menor porcentaje de materia extraña en el corte de la caña, lo cual le hizo ganadora de un premio especial por parte de la empresa, consistente en un paseo para todos los asociados y sus familias el pasado mes de diciembre.Â
Su Consejo de Administración es de cinco miembros, que se reúnen cada quince dÃas lo mismo que la junta de vigilancia, que entre sus funciones tiene el imponer multas a los corteros que dejan de ir a trabajar sin la debida justificación, o realicen actos en contra de las metas y la constitución misma de la cooperativa.
El costo de las tres dotaciones de vestuario e implementos de trabajo que entrega a sus corteros asociados está incluido en el precio global de la tonelada de caña cortada, pero no es suficiente para suplir todas sus necesidades, y el faltante tiene que salir de su bolsillo. Vitorino Caicedo calcula que en el año a un cortero le toca sacar de su sueldo algo más de $100 mil para comparar los implementos que se le van agotando, sobre todo guantes, machetes y limas. Para tal efecto recientemente inauguró un mercado cooperativo, donde les venden a los corteros estos elementos a precio más favorable que el del mercado, lo mismo que granos y abarrotes a precios económicos, que son descontados por nómina. Con este mercado la cooperativa obtiene un ingreso adicional. Y también ofrece el servicio del crédito a sus asociados. Se les presta hasta el triple de los aportes sociales que tengan.
La nómina y los gastos de administración de la CTA Real Sociedad tienen un costo cercano a los 5 millones de pesos mensuales, discriminados asÃ: el gerente devenga $900 mil, el coordinador de campo $700 mil, dos secretarias de a $408 mil cada una (salario mÃnimo), el administrador del mercado cooperativo $528.000, y el revisor fiscal y el contador, quienes trabajan por horas y devenga cada uno $600 mil. A estas erogaciones hay que sumar las prestaciones sociales de los funcionarios anteriores, el valor de los cheques del pago de quincena y el arrendamiento de sus oficinas: $500.000.
En cuanto al tema de los excedentes, tenemos que por aportes sociales de los asociados (el 4%) y los rendimientos de la operación, por cada tonelada cortada Real Sociedad obtiene $671. Asà que las 106 mil toneladas cortadas en el perÃodo comprendido entre el 1º de septiembre (cuando empezaron a operar las cooperativas dirigidas por los corteros) y el 31 de diciembre de 2005, le representaron unos excedentes de $70 millones, que quedó en $53 millones netos una vez descontados los gastos de administración. La pregunta que se hace Vitorino, y con toda justicia es: cómo hacÃan antes los contratistas que dirigÃan las cooperativas para obtener tan buenos beneficios, hasta volverse verdaderos capitalistas, con capacidad incluso para comprar maquinas de corte de caña, cuando el costo de cada máquina bordea los mil millones de pesos.
Según la Ley 79 de 1988, es la asamblea general de asociados la que debe determinar el destino de los excedentes, de la siguiente manera: 20% para el fondo de educación, 20% para el fondo de protección de aportes sociales y un 10% para el fondo de solidaridad. El 50% restante queda a disposición de las Asamblea, que podrá redistribuirlo en los fondos sociales existentes o en otros nuevos que cree, o destinarlos a fondos de revalorización y amortización, o incluso puede retornarlos a los asociados en proporción al trabajo realizado en el año.
En el caso de las CTA Real Sociedad, Vitorino nos informa que el 20% del fondo de educación lo invierten en becas de estudio para los hijos de los asociados y en una donación al colegio donde estudia el mayor número de ellos. Y el fondo de solidaridad lo destinan a apoyar a los compañeros que se accidenten o enfermen y tengan incapacidades mayores a 15 dÃas, toda vez que se quedan mucho tiempo sin recibir salario. Las ARS se demoran meses para pagar el dinero de una incapacidad.Â
Estabilidad laboral en veremos
El presidente de la CUT Valle, Diego Escobar, afirma que mucho de lo que lograron los corteros con los paros de 2005, lo han ido perdiendo en la oferta mercantil, o sea en la negociación directa que por separado hace la empresa con cada una de las cooperativas.
“Como es una oferta mercantil -señala Escobar-, el que contrata, o sea la empresa, pone las condiciones. Siempre va a ser más favorable al empleador que al trabajador. Las cooperativas prácticamente tienen que firmar lo que les pongan, como renunciar a la estabilidad laboral, por ejemplo”.
En efecto, en casi todos los ingenios la oferta mercantil tiene una cláusula que dice, como en el caso del ingenio Central Castilla: “En el evento de que la presente oferta sea aceptada, queda expresamente estipulado y aceptado que Central Castilla podrá declarar unilateralmente y de pleno derecho la terminación anticipada de la presente oferta mercantil de servicios sin necesidad de requerir a la declaratoria administrativa o judicial previa“.
Lo anterior significa que los corteros no tienen ninguna estabilidad, que son dueños de la cooperativa pero realmente no son dueños de nada porque en cualquier momento la empresa la puede dejar sin efecto, no dándole más corte de trabajo. “En ese aspecto -dice Diego Escobar- a los corteros con los contratistas les iba incluso mejor, porque con ellos por lo menos habÃa garantÃa de que el contrato duraba un año entero. Ahora en cualquier momento se puede acabar”.
A parte de eso, toda la responsabilidad de la operación recae sobre los hombros de la cooperativa, y sus asociados en conjunto, y de manera solidaria, deben responder por las pérdidas y errores que se cometan, junto con la oferta mercantil debe presentar una póliza de seguros. Cada cooperativa debe cumplir la cuota de caña cortada que le fije la empresa, y es responsable de la calidad del corte y del estado de la caña hasta el momento en que el transportador la lleve al ingenio. Para efectos de dirimir los conflictos que puedan darse entre la empresa y las cooperativas, se crea un tribunal de arbitramento constituido por un delegado de la empresa, otro de la CTA y un tercero de la Cámara de Comercio de Cali.
El avance de la mecanización
Pero el problema mayor, la gran preocupación de las cooperativas de corteros del Valle del Cauca hoy en dÃa, tiene que ver con el bajón que ha sufrido la oferta del corte de caña. El contrato que este año 2006 firmaron con los ingenios fue en términos generales por menor valor del esperado. Es decir, rebajó el volumen de trabajo ofrecido, lo que ya está generando corteros cesantes y una dramática disminución del promedio salarial.
En Incauca las cooperativas este año tuvieron que salir de 325 asociados corteros, porque ya sobraban. Otras cooperativas en cambio, como la Real Sociedad de Vitorino Caicedo, optaron mejor por rotar los corteros. Un dÃa ponen a descansar un carro (46 corteros) al dÃa siguiente otro, y asà sucesivamente. Son una especie de vacaciones obligadas y no pagadas. De esa manera no echan a nadie y todos aseguran su trabajo, pero todos ganan menos salario. Es una torta más pequeña para el mismo número de comensales.
Y es una situación que adicionalmente resiente económicamente a la cooperativa, porque por el tiempo que los corteros estén parados la cooperativa tiene que seguir pagando su seguridad social y el aporte de pensiones. Lo mismo ocurre con el transporte, porque los buses que la cooperativa contrata para movilizar a los corteros tienen que pagarse tengan o no el cupo completo. Se calcula que en Incauca cada cooperativa pierde por ese concepto $100 millones al año.
La causa principal de esta situación, no hay duda, es el incremento del número de maquinas de corte que los ingenios han introducido en el último año, sobre todo después de los paros de 2005. El solo ingenio Providencia tiene, según se dice, 10 máquinas trabajando, lo que explica que de los 2 mil hombres que antes tenÃa en el corte de caña tenga ahora apenas 1.200. Y no era para menos, porque una máquina reemplaza el trabajo de 80 hombres.
Los empresarios de la industria azucarera defienden la opción de la mecanización como necesaria dentro de las perspectivas que se abren tras el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos. Y también lo defienden como una estrategia de protección ante los eventuales paros de los corteros, como el realizado en el 2005, pues el corte de la caña se tiene que hacer en el tiempo que es, no se puede dejar para mañana, y los empresarios no están dispuestos a tener pérdidas millonarias por causa de no cortar la caña, habiendo máquinas que pueden hacer ese trabajo sin mayores traumatismos. Se dice que dentro de las metas que Asocaña tiene para el 2006, está la de mecanizar el 30% del corte de caña en el campo.
Por su parte, el cortero Reinel Ramos, de la CTA Unicristal, ve asà el problema:
“Estamos muy preocupados con las máquinas. Al ingenio donde yo trabajo llegaron cuatro nuevas, y eso ha traÃdo como consecuencia que ahora terminemos más temprano la jornada laboral, y ya no estamos cortando sino un tajo, a los sumo dos. La gente de cuatro y cinco tajos se acabó. A la cooperativa le ha tocado poner a descansar a unos veinte corteros diariamente, corteros que ese dÃa no reciben paga. De los 246 que estábamos asociados el año pasado, este año salieron 46”.
Y Diego Escobar, de la CUT, agrega:
“En noviembre el Gobierno Nacional les aceptó a los industriales del azúcar la  importación de 24 máquinas cortadoras. Todo ese proceso de mecanización ha sido orientado por Asocaña, que tiene una gran responsabilidad en la situación de miseria y desgreño laboral en que están los corteros. Recientemente ocurrió un caso en que un grupo de corteros indignados amenazaron con quemar las máquinas. Nosotros los disuadimos porque eso era complicar más las cosas. No es gratuito que hoy las máquinas cortadoras tengan una vigilancia privada especial en los ingenios“.
Ausberto Angulo, vocero de la dirección de la CTC Valle, dice:
“Las máquinas son peligrosas, dañinas para el empleo de los corteros, y de generalizarse crearÃan un problema social muy grave en el Valle del Cauca. Por eso en una reunión que tuvimos las tres federaciones de la CTC acordamos tratar ese tema con los empresarios y sacan un comunicado pronunciándonos sobre el tema, dirigida al presidente Uribe, a los ministerios”.
A principios de febrero hubo una reunión de los alcaldes de siete de los municipios de mayor influencia de los ingenios, en la cual los burgomaestres fijaron su posición y advirtieron sobre las consecuencias nefastas que la mecanización del corte en materia de desempleo. Además porque los ingresos fiscales del municipio como el movimiento del comercio y los servicios en la región dependen del sector azucarero, en el que el mayor número de empleos los genera el corte de caña.
Por otra parte, Adolfo Tigreros informó que con los corteros cooperados de Incauca se está tratando de conformar un sindicato, y ya se habla de que inicialmente arrancarÃa con 1.100 corteros afiliados. “Es un sindicato -aclara Tigreros, que tiene más un sentido polÃtico que laboral; es un recurso de fuerza para pelear el derecho al trabajo, el asunto del Tratado de Libre Comercio y el problema de la mecanización. Para nada más sirve, porque se trata de corteros que no están vinculados a los ingenios sino asociados a cooperativas, y por tanto no pueden negociar pliego de peticiones ni convención colectiva.
A manera de colofón
La situación de los corteros de la agroindustria cañera del Valle del Cauca resulta ser pues un buen espejo para mirar lo que está pasando con el fenómeno de la “deslaboralización” en Colombia, y en especial con el tema de la proliferación de las CTA.
A diferencia de las CTA que funcionan en algunos paÃses desarrollados, donde su envergadura y organización es tal que logran competir con las grandes empresas multinacionales, nuestras CTA se encuentran en un terreno movedizo, de mucha fragilidad. No son autónomas, ni tienen manejos democráticos y están totalmente condicionadas a las empresas que las contratan. Son organizaciones de bajo soporte administrativo, con serias dificultades para cumplir los estándares de productividad exigidos, y con poca claridad sobre el tema cooperativo. Son, en últimas, cooperativas fundadas con el visto bueno de las empresas y con el propósito principal de hacerle esguinces a la legislación laboral vigente.
Los asociados de las CTA en el sector de la caña son realmente trabajadores rasos de bajos ingresos, que presionados por la necesidad aceptan vincularse a esos remedos de cooperativas. Además, la solidaridad que se pueda realizar a través del trabajo colectivo queda en un segundo plano, porque ¿Qué queda de colectivo en una CTA cuyos asociados se juntan únicamente para vender su fuerza de trabajo? La acumulación en bienes y capital, que es lo que realmente garantiza la riqueza y la proyección a futuro, en estas CTA no se da, porque la propiedad colectiva realmente no existe, y no tienen capacidad de crecimiento y diversificación.
El argumento principal que el Estado colombiano y los empresarios esgrimieron para poner en marcha la polÃtica de flexibilidad laboral desde comienzos de la década de los 90, fue que ésta polÃtica generarÃa empleo y pondrÃa a los empresarios en una mejor posición de competencia en el contexto del modelo neoliberal de las economÃas globalizadas. Las preguntas que hay que hacer ahora son entonces: ¿La proyección en generación de empleo y competitividad sà se ha cumplido en el caso de las Cooperativas de Trabajo Asociado? ¿Qué calidad de empleo ofrecen estas cooperativas? ¿Están en condiciones de competir con otras similares del exterior?
Por lo pronto, quedémonos con un comentario de Jaime Montoya, vocero de la CUT Valle, quien sobre el estado y la proyección de las Cooperativas de Trabajo Asociado de los corteros de la caña, no fue muy optimista:Â
“Nosotros en la CUT hemos concluido que tal como están las cosas, hasta hubiera sido mejor para los corteros continuar con el régimen de los antiguos contratista, porque estos de todas maneras son patronos, y como tal se les puede presentar un pliego de peticiones, que tienen que resolver, y en esa misma medida permiten la organización sindical. Mientras que en las cooperativas, asà estén dirigidas por los mismos corteros, esas posibilidades no se dan”.
Pero en lo que sà todos, tanto la CUT como la CTC y los corteros rasos coinciden, es que se tiene que seguir dando la lucha por la vinculación directa de los corteros a los ingenios. Es una reivindicación que en ningún momento se debe dejar perder de vista.