Un joven escritor en la Escuela

Andrés Felipe Vargas, un admirador de William Ospina, y de otros escritores colombianos, llegó a la Cali hace 3 años desde la Vereda Versalles de Pitalito, Huila. Aquí comenzó a estudiar Licenciatura en Ciencias Sociales en Icesi y a escribir “Mi Abuela y el Niño de la Luna”, libro con el que ganó el Concurso Nacional de Cuento Infantil Comfamiliar Atlántico en su edición nro. 27. Su libro que inicia con una bella idea: “Quisiera que hubiera una línea telefónica en el cielo. Que llegaran hasta allá los mensajes”. Para esta edición del Boletín, Andrés habla sobre su arribo a la literatura infantil, sobre el proceso de construcción de Mi Abuela y el Niño de la Luna, y sobre sus sueños y esperanzas alrededor de dos pasiones: la enseñanza y la escritura.

 

¿Por qué apuntarle a la literatura infantil?

Comienzo confesando que yo no soy muy cercano a la lectura de literatura infantil, la cual conocí en mi colegio, la Normal Superior de Pitalito, a través de los cuentos del profesor Gerardo Meneses Claros, quien hoy en día es uno de los escritores colombianos más reconocidos en el campo de la literatura infantil. Aunque él nunca me dio clase, era prácticamente un requisito leerlo en el curso de español con la profesora Aidamary Bolaño. Recuero La Luna en los Almendros y Danilo Danilero, Cabeza de Velero, que es un libro tradicional en Pitalito. Ese fue mi primer acercamiento. Aidamary fue muy importante. Mi llegada a la literatura la hago más o menos en grado noveno, junto a ella, cuando conozco a Eduardo Galeano y William Ospina. También el fútbol me marcó cuando conocí a Eduardo Sacheri, quien me impulsó a la lectura de cuentos con uno que escribió sobre fútbol callejero.

¿Cómo nace Mi Abuela y El Niño de la Luna?

De la necesidad de inmortalizar a mi abuelita Carmen, quien ya falleció hace 9 años. Ella es el centro que marca mi historia y mi familia. Viví con ella 5 años y desde chiquito oí las historias que me contaba junto a mi abuelo.

¿Cómo fue el proceso de creación del libro y tu participación en el concurso?

Me entero del concurso mediante la biografía del profe Gerardo, pues él también lo ganó. En ese momento yo ya tenía la idea, pero no lo había escrito aún. Lo comencé con la dedicatoria, que dice “Para ti, abuela, porque cuando lo vi, ya no eras más que recuerdo”. Después empecé a escribir en las vacaciones de enero y de ahí no paré sino hasta el mes siguiente.

En el proceso de escritura tomé como base los conocimientos que aprendí con el profesor Harold Kremer en el curso de Crónica y Literatura, una de las electivas en humanidades que ofrece Icesi. Él me enseñó que un cuento tiene un tema, un nivel de la historia, un nivel del relato y unos puntos de giro. Así comencé a estructurarlo, pensando también cuáles iban a ser mi secuencias y el lenguaje. Recuerdo que una noche me salió el primer capítulo. En ese momento me dije “yo creo que va a salir un buen cuento”, entonces trabajé hasta acabarlo y luego me decidí a enviarlo al concurso.

Además de referirte a la abuela Carmen, ¿en qué más se parecen este libro y tú?

Cuando se hace algo artístico uno deja todo en ello, entonces creo que tiene casi todo de mí. En mi caso, en este cuento escribí todo lo que quería decir. Incluso dos de los personajes tienen los nombres de personas que, en el momento de creación del libro, no habían nacido y que ahora para su publicación ya nacieron: Juan Esteban y Cataleya, personajes de mi cuento, son los hijos de mis primos. Quería que ambos conocieran la historia que ahí relato y que tuvieran su propio libro. Adicionalmente, creo que es un cuento muy colombiano, al fin y al cabo, nace de lo que he vivido.

Claro, por ahí se menciona la canción de Faltan cinco pa´ las 12 y se juega a la Rayuela.

Sí.

¿Y cómo marca tu vida ganar el concurso?

Es un paso importante, este concurso lo han ganado escritores como Fernando Meneses, Evelio Rosero y Triunfo Arciniegas. En mi vida yo pienso dedicarle mucho tiempo a la literatura, pues sueño con escribir más libros, así que creo que esto es un buen comienzo: es mi primer cuento. Esperemos que sea el primero de muchos.

¿Has pensado en integrar la escritura y la lectura de cuentos a la enseñanza de las ciencias sociales?

Por supuesto. Creo es que fundamental la incorporación de las historias orales de los pueblos a las clases, sobre todo a las de ciencias sociales. Esto permitiría que niños, niñas y jóvenes empiecen a entender su historia y a conocerla desde sus propios padres, madres y abuelos. Porque siempre nos han traído una cartilla y nos han dicho “esta es la historia”, pero es una totalmente alejada; como si Cristóbal Colón no tuviera nada que ver con nosotros. Creo, además, que la literatura permite que las personas vivan aquello que ya pasó, de ahí nace la novela histórica por ejemplo, la cual estudié con el profesor Hoover Delgado de la Escuela. Espero incorporar este tipo de relatos a mis clases. Qué mejor que poder decirle a los niños “yo hice este cuento. Leámoslo juntos”. Por lo pronto quiero que sobre esto sea mi tesis, me la pienso como la construcción de una narración oral para la enseñanza pedagógica de la historia enfocada en mi escuelita.

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