Por: Ana Sofía Ortíz
En el presente texto se realizará un análisis comparativo entre la ciudad de Santiago de Cali y Medellín. La discusión girará en torno a temas como las políticas públicas, minería ilegal, memorias de la ciudad, dinámicas partidistas, la influencia de los empresarios en la política de cada ciudad, el narcotráfico y las transformaciones que como ciudad han desarrollado.
Empezaré comparando las políticas públicas y su funcionamiento en cada ciudad, tomando como un primer enfoque el presupuesto participativo. Teniendo en cuenta lo descrito por la Ley 28056 de la República de Perú sobre la participación ciudadana y la transparencia en los recursos, se crea el proyecto del presupuesto participativo; el cual, según el Artículo 1 de la Ley 28056, “es un mecanismo de asignación equitativa, racional, eficiente, eficaz y transparente de los recursos públicos, que fortalece las relaciones Estado- sociedad civil. Para ello los gobiernos regionales y gobiernos locales promueven el desarrollo de mecanismo y estrategias de participación en la programación de sus presupuestos, así como en la vigilancia y la fiscalización de la gestión de los recursos públicos.” (Congreso de la Republica de Peru, 2003).
En Colombia, un ejemplo claro de presupuesto participativo es Medellín. Según el Semillero en Gobierno y Políticas públicas de la Universidad EAFIT, la ciudad ha desarrollado el presupuesto de manera correcta. Teniendo en cuenta que Medellín está dividido por comunas, el presupuesto participativo (P.P) se genera de acuerdo a este ordenamiento. Así se organiza de manera equitativa la distribución de los recursos públicos, lo cual fomenta la participación y la identificación de las necesidades de la ciudadanía. Todo esto mediante un mecanismo que la administración de Medellín ha ideado para que la ciudadanía se mantenga activa, se trata de poner puntos en los que las personas pueden elegir a qué consideran que deben ir enfocados los recursos públicos en su comuna.
Por otro lado, en Cali desde el año 2014, se está planeando realizar el presupuesto participativo. Sin embargo, no se ha concretado nada desde entonces. A pesar de eso, en febrero de este año, se desarrolló una reunión con algunos ediles de la ciudad. Durante ésta se trató el tema del presupuesto participativo, se discutió cómo esta implementación generaría algunas repercusiones positivas.
Cambiando un poco de tema, también me gustaría hacer un pequeño análisis sobre la minería ilegal y su influencia en la comunidad. Frente a esta categoría, tanto Antioquia como el Valle del Cauca han tenido que lidiar con la minería ilegal aurífera. Por ejemplo, hace algunos años se descubrió que Buriticá, Antioquia era algo así como una “montaña de oro”, lo que en seguida atrajo a una serie de actores que se dedicaron a su excavación y extracción. El impacto no tardó en manifestarse, las dinámicas sociales cambiaron a tal punto que aquellos que ponían las reglas y realizaban procesos de gobernanza eran quienes manejaban el oro. Esto significa que la comunidad fue perdiendo fuerza en la toma de sus propias decisiones y algunas de sus prácticas culturales se vieron trastocadas o amenazadas.
En el caso del Valle del Cauca, procesos similares se han venido gestando en la zona de Los Farallones. El impacto ambiental que ha dejado la minería ilegal ha sido enorme. Según el periódico el país , más de 700 hectáreas de bosque han sido taladas. Además, sedimentos cargados de mercurio y cianuro se descuelgan por las laderas y nacimientos de agua. Esto es fatídico porque la vuelven peligrosa para el consumo humano. El impacto en el territorio es altamente negativo, el riego de los cultivos que sostienen económicamente a la población se convierte en una tarea imposible ya que contamina el sembrado y enferma a las personas.
Un factor más del que me gustaría hablar es acerca del funcionamiento de los partidos políticos. Según el semillero de historia de la Universidad EAFIT, el cual trabaja en una investigación sobre política y cultura durante la elección popular de alcaldes y concejales municipales de 1988 a 2013, uno de los objetivos principales de los partidos a la hora de cooptar votantes es convertir al candidato en un producto aspiracional. En ese sentido, la estrategia giraba en torno a la asignación de valores que resultaban importantes para los votantes. Cuestiones como el trabajo duro, la honestidad, la idea de progreso social propio; salían a relucir ya que hacen conexión con el tipo de cultura positiva que existe dentro del imaginario del votante. Esta misma estrategia serviría para entender cómo las diferencias sociales y culturales entre Cali y Medellín influyen en el tipo de gobierno que se elige. Lo que al mismo tiempo habla de un tipo específico de electorado.
En cuanto a temas de influencia política, cabe también mencionar el importante papel que juegan los empresarios paisas en la toma de decisiones. Al igual que como pasó en Cali, Medellín es una ciudad que está marcada por la historia del narcotráfico. Esta problemática, como es de esperarse, contrajo consigo ciertos modos de operación. Los empresarios antioqueños que no estaban inmiscuidos dentro de negocios ilegales, se aliaron con ONGs o fundaciones internacionales para hacerle un frente común a este fenómeno que los afectaba de forma directa. Hoy en día ellos son muy activos en la incidencia política. Esto intentan lograrlo a partir de tres perspectivas: 1) el conocimiento, 2) la agenda y 3)la institucionalidad. A través de estos enfoques, ellos financian investigaciones en las principales universidades de la ciudad, lo que, de alguna manera, les garantiza que sus intereses sean tenidos en cuenta dentro de la política local. En Cali la situación no es diferente. Una muestra clara de ello fue cuando los empresarios vallunos se unieron para tumbar el proceso de ley dentro del que se estipulaba asignarle un impuesto a las bebidas azucaradas.
Finalmente, creo que el tema de la memoria y las huellas que ha dejado el narcotráfico, tanto en Cali como en Medellín, no puede dejar de tratarse. En el caso de Medellín, por ejemplo, los rezagos económicos y sociales del cartel de Medellín, de Pablo Escobar y de la operación Orión en la Comuna 13, todavía son visibles. Muchos centros de memoria y museos han sido creados con el fin de no dejar morir estos terribles sucesos. En Cali es un poco distinto. A pesar de que también fue una de las capitales del narcotráfico en Colombia, no cuenta con ningún centro que se dedique a contar esta historia. Una de las razones de esto es que las muertes violentas asociadas con este fenómeno han disminuido.
Después de analizar todo lo que sucedió en la historia de estas dos ciudades y qué actores influenciaron en ella, realizaré una comparación sobre la transformación de la ciudad. Tomaré como objeto de comparación la comuna trece de Medellín y el barrio Terrón Colorado, ubicado en la comuna uno de la ciudad de Cali. Mi experiencia visitando la comuna trece de Medellín fue de sorpresa. Observar cómo, después de tanta violencia, se generó una transformación de la realidad de los habitantes de la zona convirtiendo lo negativo en algo de lo es que es posible sacar una mejor cara, como lo es el mostrar la memoria de la comuna y fundar centros de arte y educación, así como mejorar su espacio público; me pareció un logro que no puede dejarse de nombrar.
Una iniciativa similar se generó en la comuna uno de la ciudad de Cali. Este barrio, que era considerado como uno de los más peligrosos, hace algunos años ha venido ganando visibilidad debido a que comenzado a llevar iniciativas como “Terrón Colorado”, la cual, en un apoyo conjunto entre gobierno local y comunidad, ha logrado llevar a cabo algunas intervenciones que han incidido de forma positiva dentro de la comunidad barrial. Otro gran ejemplo de transformación de la ciudad de Cali se encuentra en el barrio Siloe, aunque este barrio en la actualidad se sigue considerando uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, la intervención del gobierno local y los proyectos como el mío cable, entre otros, han ido fortaleciendo un ambiente de ciudadanía adecuado para mejorar las condiciones del barrio.