Por Yamileth Bolaños Martínez, estudiante de Psicología de la Universidad Icesi. Sexto semestre. Ensayo escrito en el curso “Taller de formación profesional (Educativa)”.
En el contexto de la clase “Taller de Educativa II” uno de los temas centrales a trabajar ha sido el del Vínculo educativo y su importancia en el mundo actual. El presente texto busca articular este trabajo teórico con una visita[1] a una institución educativa, haciendo énfasis en las cualidades que en una maestra propician la aparición del vínculo (el cual adquiere especial relevancia en la escuela maternal), y en dos similitudes que, desde mi perspectiva, se encontraron en la institución visitada con la propuesta de Reggio Emilia: la participación activa de los niños en las diversas actividades y el espíritu investigativo presente tanto en los niños como en las maestras (Spaggieri, 2001).
Ahora, ¿Por qué preguntarse por el vínculo educativo en primera infancia y su posible visualización en las prácticas de un jardín infantil? En la época actual se vive en un mundo globalizado, que en el campo educativo nos pone frente a una disyuntiva: la variable económica, el consumismo, la competitividad cada vez mayor por un lado y la necesidad de la construcción de relaciones adecuadas con los demás y el entorno por otro (Fornasari, 2007) . De esta forma llegan pedidos a las instituciones educativas para que los niños a muy temprana edad manejen lenguas extranjeras y empiecen a adquirir conocimientos en informática en lo que personalmente nombraría como una carrera contra el tiempo, mientras se olvidan las verdaderas necesidades que un niño de los 0 a los 5 años podría tener como el juego o el desarrollo de múltiples lenguajes que trascienden lo verbal (Fornasari, 2007).
Entonces a la pregunta: ¿Qué alternativa teórica y empíricamente comprobable se podría encontrar hoy, que pueda abogar por una adecuada construcción de relaciones con el otro y el entorno? Se respondería con un enfoque en “la construcción del vínculo educativo en Primera Infancia”, sin embargo, ya que la importancia en la construcción del vínculo con el otro aparece en el maestro ¿dónde se ve que emerja el vínculo y cuál es el papel de los maestros en él?
En la institución visitada se tuvo la oportunidad de hablar con una docente titular que expresó su gusto desde la infancia por el trabajo con los niños, con una experiencia amplia en educación para la primera infancia. Ligado a esto está la inquietud por prepararse formalmente para atender y cuidar a los niños y por mantenerse actualizada en lo que concierne a la primera infancia, ahora ¿es suficiente para una maestra estudiar licenciatura en pedagogía infantil para poder ayudar a construir el vínculo educativo? No. La maestra adquiere un papel central como promotora de los primeros vínculos y aparece la necesidad de que ella haya establecido un sano vinculo consigo misma (Fornasari, 2007) y la docente entrevistada es ejemplo de ello cuando cuenta que todo el tiempo se está cuestionando en su labor, evalúa qué es lo que se ha hecho bien, o regular e intenta convertirlo en una ganancia, investigando continuamente, porque los niños de esta época en su opinión, van más allá, cuestionan y están pendientes de cada detalle.
Esta docente posee una característica fundamental para la tarea vincular: la capacidad de reflexionar sobre sí misma continuamente. No obstante, en la práctica, ¿dónde es visible el surgimiento del vínculo educativo? La construcción del vínculo educativo brota en las posibilidades de contacto y de juego para los niños, las miradas, caricias, manos que atienden, el trabajo afectivo y las palabras que animan a los niños (Fornasari, 2007). En el jardín infantil al inicio de la jornada se cantan rondas infantiles, se juega al lobo y la maestra hace evidente la continua escucha y observación a los niños cuando relata que en el desarrollo de los niños a su cargo lo más importante es su parte motora, aunque se requiere de un equilibrio entre lo afectivo y lo motor, ya que de un adecuado desarrollo en estos aspectos se desprende posteriormente el desarrollo cognitivo. Lo afectivo se trabaja a través de la narrativa y los cuentos, ella comenta: “por ejemplo si un niño tiene al papá enfermo se lee con los niños “Franklin va al hospital[2]”, para que ellos vayan comparando lo del cuento con su vida cotidiana… Los cambios en los niños son muy significativos y como no pueden expresarlos se manifiestan por medio del golpe, del llanto, de orinarse en la ropa, porque son niños que están en el proceso de control de esfínteres, entonces uno se pregunta qué le pasará y uno empieza a indagar y si se han cambiado de casa o la abuelita se ha ido de viaje, entonces todos esos cambios para ellos son muy significativos”.
Existe un último ejemplo de la tarea vincular que esta maestra ha llevado a cabo. Se debe recordar antes, que en el vínculo educativo se hace necesario que el estudiante se identifique con su maestra y más allá de eso que descubra la pasión de él por lo que hace, a su vez, al maestro debe interesarle aquello que va a enseñar y debe tener en cuenta a los sujetos, sus tiempos y sus disposiciones (Nuñez, 2003) la profesora lo reúne en el siguiente relato: “…es primera vez que yo estoy con un niño Down, es decir un niño especial en cualquiera de sus cualidades, entonces yo decía cómo será que lo tengo que tratar, será que le tengo que tener un cuidado especial a él solo o con el grupo, entonces empecé a investigar… entonces yo dije no, un niño Down tiene su dificultad pero es un niño normal y me vi una película sobre un muchacho Down que ahora es un doctor y da ponencias y todo, entonces a mí me llamo mucho la atención eso y yo dije no, tiene que ser igual, él es un niño normal y ese muchacho decía “Yo le agradezco a mi madre que no me inhabilitó sino que me hizo ser más” entonces lo mismo hago yo con él, todas las atenciones las tiene pero es un niño que tiene las mismas exigencias…”
Esbozada ya la construcción del vínculo educativo, aparecieron a lo largo de este recorrido tanto teórico como empírico, por un lado dos cualidades que caracterizan a la institución, en consonancia con la propuesta de Reggio Emilia: la participación activa de los niños en las actividades (sin olvidar el límite y la norma) y el espíritu investigativo.
Respecto a la participación activa los niños reciben una propuesta por parte de sus maestras, no se trata de olvidar la norma y dejar que hagan “lo que ellos quieran” sino que lo que ellos hacen es una elección y continuamente preguntan y cuestionan a sus maestros, por ejemplo se les propone ir a visitar a los animales, ellos pueden alimentarlos, mirarlos, acariciarlos… pero la norma es que lleven botas y estén en la actividad con los animales, si la maestra no las lleva puestas ellos inmediatamente cuestionan este hecho.
En cuanto al espíritu investigativo, la maestra entrevistada hizo referencia a su compromiso de investigación constante e igualmente expresó la visión del desarrollo propia que va de acuerdo a lo planteado por el MEN[3]. La institución visitada igualmente dispone de un espacio para la ciencia en el cual hay ranas, ratones, abejas angelitos, entre otros recursos, que buscan despertar en los niños esa curiosidad por el saber.
Finalmente, aparecieron en este recorrido observaciones del jardín infantil, actividades (visitas a los animales, rondas infantiles, narraciones de cuentos, entre otras) y narraciones puntuales de experiencias vividas que dejan ver el vínculo educativo y la importancia de la maestra de la escuela maternal como promotora del mismo. Aparecieron también niños con muchas preguntas y deseos de saber que pueden ser favorecidos por la institución y sus maestras, quienes fueron centrales en este texto. Igualmente surgieron otros aspectos dignos de mencionar, que sin embargo merecen ser revisados en otro texto: la inclusión educativa, y en general qué se está realizando para que la ley sobre educación inclusiva implementada en el país sea un hecho. Personalmente opino que este ejercicio teórico-práctico de clase es fundamental para un psicólogo ya que aparte de la rigurosidad teórica que no nos puede dejar de acompañar para poder hacer observaciones no desprevenidas, hay un componente humano que solo es posible vivenciar y el haberse podido contagiar de esa pasión por el trabajo con niños en la primera infancia sumada al gran compromiso con el cual el personal de una institución toma su labor es fundamental para tratar de entender qué es lo que llamamos “vínculo educativo” ya no solo teóricamente sino en la práctica.
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[1] El grupo en el cuál participé estaba a cargo de una docente, quién contaba con una auxiliar y tenía a su cargo a 11 niños entre los 2 y 3 años. Los niños vestían un uniforme que tenía su nombre estampado. Solían interactuar entre sí pero generalmente entre dos niños, la maestra era quien invitaba a la interacción grupal con las rondas infantiles. Estaban muy pendientes unos de otros, si uno lloraba o si alguien diferente a las personas usuales llegaba a la casa. Solían arrebatarle el juguete al compañero y se hacía necesaria la intervención de la maestra, quien propiciaba las disculpas y el reconocimiento del otro.
[2] Cuento infantil.
[3] El Ministerio de Educación Nacional dice que para los niños entre los 2 y 3 años es importante la adquisición de autonomía, de lenguaje, el afianzamiento de la marcha, entre otras competencias. La maestra enfatizó en la narrativa y el desarrollo motor de los niños (Ministerio de Educación Nacional, 2009).
Referencias
Fornasari, L. (2007). Vincularidad y pedagogía de la escucha. Nueva Aula Abierta , 13-14.
Ministerio de Educación Nacional. (2009). Desarrollo Infantil y Competencias en la Primera nfancia. Bogotá: Taller Creativo de Aleida.
Nuñez, V. (2003). El vínculo Educativo. En H. Tizio, Reinventar el vínculo educativo. Aportaciones de la pedagogía Social y del Psicoanálisis (págs. 19-44). Barcelona: Gedisa.
Spaggieri, S. (2001). Atravesar los límites. Cuadernos de Pedagogía , 58-62.