Los días junios 17 y 18 se desarrolló la cuarta jornada del laboratorio, en los municipios de Sevilla y Caicedonia, con tres sesiones que propusieron como objetivo seguir trabajando sobre actividades pedagógicas que presentaran el sonido como una forma de narrar, representar y registrar la realidad.
La primera sesión se desarrolló en la ‘Fundación comando de los sueños’, en Sevilla el día viernes 17 de junio, en horas de la mañana. Básicamente se expuso una charla titulada ‘sonido y cotidianidad’, en ella y de manera interactiva se reflexionó con los talleristas acerca del papel del sonido en los espacios íntimos, en la construcción de roles y demás espacios que forjan la memoria individual y colectiva. En otras palabras, pasamos un par de horas considerando el significado del sonido que produce una escoba al barrer.
En la sesión de la tarde y siguiendo con la temática de las narrativas, se propuso a los talleristas partiendo de lo trabajado en la mañana, construir un relato que mezclara lo íntimo y lo público en un espacio particular. Nos trasladamos entonces hacía el parque central de Sevilla y empezamos a diseñar la construcción de un relato sonoro que diera cuenta de las relaciones sociales que se tejen en ese lugar. La dinámica consistió en seleccionar por parejas un objeto sonoro representativo de la plaza, para ser grabado y escuchado. La suma de estos objetos o su escucha en perspectiva, permitió reflexionar sobre las formas de identificar ‘sonoridades’ que marcan acciones y cambios. Aquellas voces, pasos, aves y sonidos de campanas capturados, pueden llegar a ser el relato de la vida de un jubilado que pasa sus tardes en ese territorio, o simplemente la historia de un niño que corretea palomas un viernes después de la escuela.
Esta jornada del laboratorio culminó con una sesión larga el día 18 de junio, para esa ocasión nos dirigimos al municipio de Caicedonia, para experimentar con un formato de reconocimiento y registro que denominamos ‘crónica sonora’. A eso de las nueve de la mañana nos dirigimos a la zona rural de Caicedonia para buscar rastros del paisaje rural. Con la guía de Marco Cárdenas, nos adentramos en el cauce del rio Pijao, conociendo la diversidad del ecosistema y por supuesto, grabándolo. Durante el recorrido buscamos objetos y paisajes sonoros. Nos entrevistamos, charlamos y construimos relatos acerca de lo que escuchamos.
Finalmente, de manera colectiva construimos una pieza que sintetizó esta actividad de sensibilización y reflexión. De caminar y escuchar para grabar. De encontrar otra forma de reconocer el Paisaje Cultural Cafetero, la cual se hace presente en los sonidos que van desapareciendo en la transición de lo urbano a lo rural que se vive en municipios como Caicedonia y Sevilla.