Los días 12, 13 y 14 de junio se continuó el desarrollo del laboratorio en cada uno de los municipios seleccionados, las cuales básicamente siguieron el mismo orden metodológico, con algunas variaciones de acuerdo a las inquietudes y disposición de los participantes. Las sesiones se organizaron de la siguiente manera:
Riofrío |
Trujillo |
Segunda sesión: viernes 12 de junio | Segunda sesión: sábado 13 de junio |
Tercera sesión: sábado 13 de junio | Tercera sesión: domingo 14 de junio |
De entrada, el laboratorio propició reflexiones sobre la definición de Paisaje Cultural Cafetero, tema que genera muchas inquietudes en los habitantes de la región, ya que a ciencia cierta no reconocen si es una oportunidad, una política pública o un discurso más con poca incidencia, pero buena fama. En este sentido se intentó explicar, desde una perspectiva geográfica, alejada de debates políticos, en qué consiste la territorialización que genera la declaración de la UNESCO. Hecha esta aclaración se procedió a desarrollar el taller con una sensibilización frente a los referentes sonoros, introduciendo así a los participantes en una dimensión estética reconocida, pero poco explorada en su cotidianidad.
Se continuó con un ejercicio colectivo en el que se les pidió a los talleristas organizarse en grupos para debatir y construir una representación cartográfica-sonora de su municipio, para posteriormente exponerla frente a todos los participantes del laboratorio, esto con el fin de generar reflexiones que buscasen resignificar espacios, rutas y referentes de memoria.
Después de tener esta sensibilización sonora y territorial, se propuso una ‘caminata sonora’, actividad de reconocimiento y dialogo en la que se empezó a realizar un primer acercamiento real y audible de lo sonoro, los participantes del laboratorio tuvieron la oportunidad de escuchar, grabar y recordar aquellos sonidos que para ellos son marcas y referentes de memoria. En conclusión estas dos jornadas dejaron abiertas posibilidades para el próximo encuentro, para el cual se les pidió a los participantes empezar a desarrollar un diario de campo en el que consignasen referentes sonoros, esta tarea serviría de apoyo para el trabajo de co-creación a desarrollar posteriormente.