Buscan
regímenes especiales que garanticen su permanencia
y competitividad en la zona
A la Presidencia de la República enviaron solicitudes
para seguir recibiendo beneficios, debido al término del
período de la Ley. De más 250 empresas que iniciaron
en la región hoy funcionan 139.
Cada amanecer con el cielo despejado era la señal para
que Julio Ibarbo saliera de su casa, en zona rural de Puerto Tejada
(Cauca), con varios recipientes al hombro para luego empezar a
recorrer los ríos en su vieja canoa. Sus manos callosas
dan muestra de las largas jornadas de recolección de arena,
la labor que realizaban sus antepasados afrocolombianos y por
la que en un comienzo ganaba 5.000 pesos diarios. Pero si ese
día amanecía lloviendo, el río no le daba
trabajo a este hombre de brazos corpulentos.
Eso fue hace cinco años hasta que se convirtió en
uno de los operarios en la empresa Papeles del Cauca S.A., empresa
que la multinacional Kimberly Clark, creó dentro de uno
de los 12 parques industriales conformados hace diez años
en el norte del Cauca, cuando el Gobierno Nacional les otorgó
beneficios a empresarios interesados en la Ley Páez. La
zona vivió un cambio no sólo histórico, sino
económico con la generación de más de 20.000
empleos, entre directos e indirectos. Hoy muchas de estas empresas
están en vilo porque quedan menos de cuatro meses para
que expire la Ley y se teme una desbandada.
Las opiniones sobre el desarrollo logrado y la generación
de empleo están divididas, pues mientras los gremios respaldan
la Ley, para algunos grupos indígenas no ha habido avances.
Según un estudio del Centro de Investigación en
Economía y Finanzas de la Universidad Icesi de Cali, entidad
contratada por una serie de instituciones lideradas por la Caja
de Compensación Familiar del Cauca (Comfacauca) para precisar
cuál ha sido el impacto de la Ley en esta última
década, desde la segunda mitad del siglo XX la economía
de esta región se caracterizaba por una mayor vocación
agraria con baja participación del sector industrial y,
en general, bajo dinamismo del nivel de actividad económica.
“Para el período de vigencia de la Ley no solamente
se presenta el mayor crecimiento promedio de la economía
caucano, sino que éste es más estable que otros
periodos considerados y por primera vez más estable que
el mismo crecimiento nacional. Así mismo, durante los 5
siguientes años de la implementación de la Ley Páez,
la tasa de crecimiento del PIB del Cauca se ubicó por encima
de la de los departamentos vecinos”, dice la investigación.
Los empresarios ya empezaron una carrera por lograr recibir nuevos
beneficios con regímenes transitorios que garanticen su
permanencia. “Por eso estamos buscando, a través
del Gobierno, beneficios: unas condiciones que eviten la salida
de industriales”, afirma el gerente de la Industria Colombiana
de Alimentos S.A. (Inducolsa), Alfredo Espinosa. Anota que en
los inicios de la Ley Páez, la zona contaba con más
de 250 empresas y hoy, según cifras que les ha suministrado
la Cámara de Comercio del Cauca, funcionan 139. Inducolsa,
instalada en el municipio de Caloto, genera 250 empleos. El 99
por ciento de sus trabajadores eran areneros de ríos y
agricultores de café, frutas y cacao. Espinosa también
defiende los impactos que ha traído la Ley Páez
por la inversión no sólo en sus plantas de operación,
sino en planes orientados a la comunidad. Menciona que Inducolsa
ha invertido cerca de 1.500 de millones de pesos en procesos de
instalación de acueductos, dotación de computadores
y mejoras de infraestructura en colegios.
“Definitivamente la Ley Páez ha sido una gran oportunidad
para esta región por el proceso de industrialización.
Antes esto era totalmente diferente, con extensos sembrados de
caña, vías de acceso precarias. Hoy lo que se tiene
con bastante esfuerzo hay que desarrollarlo”, dice Julio
César Alonso, director del Centro de Investigación
en Economía y Finanzas de la Universidad Icesi. “Quiero
enfatizar que 10 años son muy poco, pero lo que hemos visto
aquí en el Cauca es un milagro, es una experiencia bien
interesante; el impacto social pudo haber sido mejor definitivamente,
pero es cierto que el impacto económico es muy grande”,
agrega Alonso.
Los empresarios plantean la creación de zonas francas o
regímenes especiales con beneficios del 15 por ciento de
renta. Espinosa explica que no se genera competitividad al pasar
del 0 por ciento a una renta del 33 por ciento. A esto se suman
los problemas que generan los continuos cortes del servicio de
energía, según lo manifiestan algunos de los industriales.
“En febrero tuvimos 17 apagones, lo que implicó para
nosotros cuatro días con la operación detenida y
eso no tiene sentido. Obviamente, tenemos plantas con las que
suplimos esa necesidad, pero no es lo mismo”, dice el Gerente
de Inducolsa.
‘Un
frente común’
La
propuesta también busca la consolidación de un frente
común con congresistas, alcaldes del norte del Cauca, diputados
del departamento y los gremios. De hecho, estos industriales entregaron
un primer documento al Ministerio de Hacienda para su estudio,
además de realizar consultas con la Alta Consejería
Presidencial para la Competitividad y Productividad.
El campanazo de alerta también lo dio la Corporación
Empresarial del Cauca, Cencauca. La entidad coincide en que si
no hay oportunidades no es posible sostener las operaciones, teniendo
en cuenta los problemas de energía y añade los de
transporte. Cencauca está al frente de las solicitudes
de más de una veintena de industrias que evalúan
su estancia.
Voceros de la fábrica de Colombina S.A., cuyo objetivo
de producción en la zona de la Ley Páez es la línea
de galletas y ponques, también señalan los inconvenientes
por las suspensiones de energía y al igual que los demás
piden mejores condiciones de competitividad.
Pero Julio Ibarbo está tranquilo porque los dirigentes
de la empresa aseguran que Papeles del Cauca sigue operando. En
un recorrido por algunos parques industriales con representantes
de Comfacauca, la Cámara de Comercio de Popayán
y la Universidad Icesi de Cali, Luisa Fernanda Lorza, gerente
de Asuntos Corporativos de Papeles del Cauca S.A. de Kimberly
Clark, manifestó: “Nos quedamos acá porque
la inversión la tenemos y porque creemos en nuestra gente.
Hemos construido una gran empresa para trabajar y queremos seguir
aportando a la comunidad”.
Dice que la compañía se ha caracterizado por ser
socialmente responsable. “Creemos que le tenemos que devolver
a la comunidad todo aquello que nos ha dado, no solo por generar
780 empleos en la zona, pagando nuestros impuestos de manera juiciosa
sino comprometidos con el ambiente”, señala Lorza
y agrega que esa responsabilidad social se refleja en una inversión
superior a los 10 millones de dólares (20.000 millones
de pesos) en plantas de tratamiento de agua, además del
trabajo con la comunidad. Recalca que Kimberly en esta zona de
la Ley Páez patrocina un programa con más de 1.000
niños de Puerto Tejada. La idea, dice, es que salgan de
su esquema de vida, a través de actividades deportivas
y culturales (enseñanza de danzas y de cómo tocar
instrumentos musicales).
Ibarbo al igual que Alexánder Baldomero, uno de sus compañeros
de trabajo en Kimberly, hablan de que son más los beneficios
que han recibido por ser parte de una nueva dinámica laboral,
con mejores garantías de salud y prestaciones sociales.
El Gerente de Inducolsa menciona que la llegada de las empresas
implicó una capacitación de la mano de obra y cambiar
una cultura. “En algunas ocasiones, cuando se trabajaba
con turnos y llovía en un comienzo algunos trabajadores
no venían a trabajar porque no existía cultura de
industria, de cumplir unos horarios, de una disciplina y de una
capacitación”, dice el Gerente.
El estudio de la Universidad Icesi indica que en este proceso
de industrialización los empresarios tuvieron que ocupar
en cargos de alta dirección a trabajadores provenientes
de Cali, esto también se repite en trabajadores con nivel
de calificación profesionales y técnicos y tecnólogos.
Por ello, muchas empresas iniciaron procesos de formación
técnica, a través de alianzas. Kimberly Clark maneja
un programa de capacitación para este propósito
con profesores de Comfacauca.
Ibarbo no se inmuta. Habla que aunque al paleo por encontrar arena
en el río le dedicó 13 años de su vida, hoy
está satisfecho con el manejo de máquinas en Kimberly
y aspira a tener capacitaciones en el futuro que le impliquen
viajar a otras ciudades o al exterior, como algunos operarios
ya lo han hecho. Ahora cada amanecer para él es la señal
de que debe apurarse para llegar a tiempo a marcar tarjeta.
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