CONCLUSIONES

  • Concebimos el mundo solo en términos de orden y desorden, o bien sea  determinismo y azar, porque son comportamientos que van de la mano; por un lado porque el orden implica hablar de disciplina, continuidad y organización, el cual debe aplicarse universalmente, pero para que todos los individuos lo acepten debe ser científicamente comprobado, es decir verdadero y según los pensadores Popper y Prigoguin para que esto suceda debe ser algo refutable. Por otro lado para refutar algo se requieren discusiones intelectuales al respecto, dando paso así al desorden, a los cuestionamientos que deben ser solucionados, y para ello debemos recurrir a tomar decisiones reuniendo toda la información disponible y ante la falta de ella, acudir al azar bajo el riesgo de la incertidumbre.
  • Inferimos que los mínimos detalles influencian los grandes cambios. Lo cierto es que si llevamos este postulado al área político, económica, científica, ética, y social; serviría para tomarlo como punto de referencia de grandes cambios en el mundo.
  • Es la incertidumbre la que nos sigue estimulando para crecer tanto personal como socialmente, de lo contrarío estaríamos en un mundo monótono sin nada nuevo que probar, ni descubrir.